Cine: "El Puente" (1959)

Basada en una novela del escritor Manfred Gregor y dirigida por Bernhard Wicki, "El Puente" ("Die Brücke") nos traslada a un pequeño pueblecito alemán mientras la guerra en Europa se aproxima a su final ante el inexorable avance de los ejércitos aliados.

Allí, un grupo de adolescentes alemanes, casi niños, son llamados a filas y reciben una rápida instrucción básica como soldados de infantería. Su profesor, para evitar que sean enviados al frente, suplica al mando militar local para que los libre de combatir. Casi lo consigue, pero finalmente los jóvenes son enviados junto con un veterano sargento a la retaguardia, con órdenes de proteger un pequeño puente sin importancia, a la entrada de su pueblo.

Sin embargo, una serie de trágicas coincidencias trasladará bruscamente a los jóvenes soldados a la línea del frente, al ser el citado puente el objetivo de un ataque de tanques Sherman norteamericanos.

Film de modesto presupuesto, rodado en blanco y negro, con actores desconocidos y escasos medios técnicos, "El Puente" se revela como una película excepcional e imprescindible que nos muestra cómo se vivió en Alemania los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y las diferentes reacciones de la población ante al inminente final de la contienda y frente a una derrota que ya se sabía segura. Con un marcado mensaje antibelicista, la película de Wicki aborda el sinsentido de la guerra, mostrando el inútil sacrificio de unos niños que, literalmente, de la noche a la mañana, se ven sumergidos en la brutalidad de la guerra, al ser enviados a combatir por una causa absolutamente perdida.

Al mismo tiempo, el film habla sobre la pérdida de la inocencia de estos muchachos y lo absurdo de que vidas tan jóvenes queden truncadas inútilmente. Entusiasmados e ilusionados por convertirse en soldados, o, incluso, en héroes para su amenazado país, los protagonistas no tardarán más que unas pocas horas en ponerse frente a frente con la cruda realidad.

Aunque "El Puente" carga sus tintas en los personajes (sus sentimientos, ilusiones, esperanzas, miedos...), es decir en la parte dramática, la batalla final (única que muestra la película), pese a estar rodada con enorme sencillez, limitados medios y sin un ápice de efectismo, si que logra transmitir una gran verosimilitud y crear una tensa atmósfera durante las escenas de combate, reflejando a la perfección el horror de la guerra y cómo el pánico y la ansiedad comienza a hacer mella en los jóvenes soldados conforme escuchan el sonido de los tanques enemigos que van avanzando hacia el puente que defienden y según sus defensores van cayendo uno tras otro. Wicki usa con eficacia los planos cortos, pero con ello consigue que el espectador capte perfectamente las emociones de cada uno de los personajes, muy distintas entre sí, y que se muestre cómo en cada situación, los jovenes reaccionan cada uno de diferente manera.

La película obtuvo la Espiga de Plata en la Seminci de Valladolid del año 1960, el Globo de Oro y estuvo nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa. Totalmente recomendable no sólo para los aficionados al género bélico y a la Segunda Guerra Mundial, sino también para cualquier amante del buen cine.