"El Holocausto Asiático" ('Horror in the East') del británico Laurence Rees - escritor, productor y director creativo de la BBC en programas sobre historia y series documentales - es un interesantísimo y recomendable (a la par que breve y ameno) libro sobre las innumerables atrocidades cometidas por el Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Chino-Japonesa (1937-1945) y la Segunda Guerra Mundial en los escenarios de Asia (Birmania, Hong Kong, Singapur, Malasia, China...) y en las Islas del Pacífico.
Unos crímenes execrables que nada tienen que envidiar a los perpetrados en el Frente Oriental Europeo por la Alemania Nazi o el Ejército Rojo y que en muchas ocasiones incluso los superan con creces en número y en crueldad.
El terrible genocidio de Nanking en 1937 (más de 300.000 prisioneros y civiles asesinados) y las otras matanzas y violaciones en masa de civiles llevadas a cabo en China, los enterramientos vivos, las prácticas de bayoneta y espada realizados con campesinos y prisioneros vivos, los experimentos con armas bacteriológicas y biológicas, la realización vivisecciones y otras prácticas médicas y quirúrgicas con personas vivas, las mujeres obligadas a la fuerza a prostituirse en burdeles para las tropas, la brutalidad y maltrato sistemático contra los prisioneros de guerra (por ejemplo, en el campo de Sandakán (Malasia) sólo sobrevivieron 6 prisioneros de un total de 2.500, víctimas del hambre, la sed, las enfermedades, las extenuantes marchas por la selva y los trabajos forzosos), el canibalismo practicado sobre cadáveres de soldados australianos (o incluso prisioneros vivos) en Nueva Guinea, los suicidios colectivos o los ataques de los kamikazes, se dan cita en las páginas de la obra de Laurence Rees.
A través de una serie de testimonios de víctimas y, lo que es más interesante, de los propios verdugos, el autor no sólo da un somero repaso al amplio catálogo de brutalidades y tropelías cometidas por los nipones contra los combatientes enemigos, los prisioneros de guerra y la población civil, sino que además trata de encontrar respuestas e intentar explicarse estos terribles hechos. ¿Por qué si los japoneses habían tratado humanamente a sus prisioneros en la Primera Guerra Mundial, se comportaron tan cruelmente en la Segunda? Si el antiguo código del guerrero japonés y de los samurais le obligaba a impedir que fuera capturado, pero también a tratar con amabilidad a aquellos que se le rendían, ¿por qué en la Segunda Guerra Mundial todo eso cambió drásticamente? Este libro es, a la vez, una respuesta a esas (y otras cuestiones) - que obviamente no voy a desvelar, eso lo dejo para vosotros - y un alegato contra la brutalidad y el sinsentido de la guerra.
Unos crímenes execrables que nada tienen que envidiar a los perpetrados en el Frente Oriental Europeo por la Alemania Nazi o el Ejército Rojo y que en muchas ocasiones incluso los superan con creces en número y en crueldad.
El terrible genocidio de Nanking en 1937 (más de 300.000 prisioneros y civiles asesinados) y las otras matanzas y violaciones en masa de civiles llevadas a cabo en China, los enterramientos vivos, las prácticas de bayoneta y espada realizados con campesinos y prisioneros vivos, los experimentos con armas bacteriológicas y biológicas, la realización vivisecciones y otras prácticas médicas y quirúrgicas con personas vivas, las mujeres obligadas a la fuerza a prostituirse en burdeles para las tropas, la brutalidad y maltrato sistemático contra los prisioneros de guerra (por ejemplo, en el campo de Sandakán (Malasia) sólo sobrevivieron 6 prisioneros de un total de 2.500, víctimas del hambre, la sed, las enfermedades, las extenuantes marchas por la selva y los trabajos forzosos), el canibalismo practicado sobre cadáveres de soldados australianos (o incluso prisioneros vivos) en Nueva Guinea, los suicidios colectivos o los ataques de los kamikazes, se dan cita en las páginas de la obra de Laurence Rees.
A través de una serie de testimonios de víctimas y, lo que es más interesante, de los propios verdugos, el autor no sólo da un somero repaso al amplio catálogo de brutalidades y tropelías cometidas por los nipones contra los combatientes enemigos, los prisioneros de guerra y la población civil, sino que además trata de encontrar respuestas e intentar explicarse estos terribles hechos. ¿Por qué si los japoneses habían tratado humanamente a sus prisioneros en la Primera Guerra Mundial, se comportaron tan cruelmente en la Segunda? Si el antiguo código del guerrero japonés y de los samurais le obligaba a impedir que fuera capturado, pero también a tratar con amabilidad a aquellos que se le rendían, ¿por qué en la Segunda Guerra Mundial todo eso cambió drásticamente? Este libro es, a la vez, una respuesta a esas (y otras cuestiones) - que obviamente no voy a desvelar, eso lo dejo para vosotros - y un alegato contra la brutalidad y el sinsentido de la guerra.
Este libro no lo tengo. Sí he visto el reportaje asociado a él, que en España se tituló "Terror en el Pacífico" escrito y producido por Laurence Rees.
ResponderEliminarTomo nota de él para la lista de pendientes.
http://librosenguerra.blogspot.com.es/
@Llorenç Carbonell: Te lo recomiendo encarecidamente, aunque si has visto ya el documental, quizás no te conmocione tanto como a mí. En mi caso, cuando lo leí desconocía las atrocidades cometidas en China por el ejército japonés (la guerra chinojaponesa creo que es un episodio de la WW II bastante olvidado y sobre el que no se ha escrito mucho en general): Manchuria, Nanking (todavía no había visto la excelente y brutal película "Ciudad de Vida y Muerte"), la Unidad 731 del Dr. Ishii, etc...
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