viernes, 13 de enero de 2012

Los Nisei


Nisei es un vocablo japonés que significa segunda generación, y se refiere a los japoneses nacidos en segunda generación en un país distinto de Japón. Este término fue aplicado fundamentalmente a los estadounidenses descendientes directos de japoneses emigrados nacidos en los EEUU que lucharon en la Segunda Guerra Mundial en el Ejército norteamericano, principalmente en el teatro europeo, donde destacaron por su valor y capacidad combativa.

Tras el ataque a la base naval de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, se desató en los EEUU un marcado odio contra todo lo japonés, así como un fuerte resentimiento hacia los ciudadanos de origen nipón que vivían allí, quienes tuvieron que sufrir no solo el desprecio de toda la sociedad norteamericana, sino también ataques contras sus propiedades - quema de sus casas y negocios - e incluso, algún asesinato de miembros de sus familias. A ello contribuyó en gran medida un falso y tendencioso rumor que, 3 días después del ataque, se propagó como la pólvora que aseguraba que 20.000 nisei estaban preparándose para iniciar un levantamiento armado en San Francisco. A comienzos de febrero, el diario Los Angeles Times, echó más leña al fuego con un desafortunado y xenófobo editorial en el que se aseguraba: "Una víbora es una víbora, sin que importe donde se abra el huevo. De la misma manera, un japonés-estadounidense, nacidos de padres japoneses, se convierte en un japonés, no en un estadounidense".


Por su parte, el propio Gobierno norteamericano efectuó registros en los domicilios, con el objetivo de incautar cámaras de espionajes, armas subversivas y otros objetos, llegando a realizar requisas "legales". La histeria llegó a tal punto que el Gobierno de EEUU declaró a los japoneses residentes como "extranjeros enemigos en territorio estadounidense" y se promulgó la Orden Ejecutiva 9066, en virtud de la cual, se fue internando a unos 110.000 japoneses residentes (de los cuales, una gran mayoría eran nisei, es decir, nacidos en los EEUU) en campos de internamiento, suspendiéndoseles sus derechos civiles. Incluso, los militares de origen japonés fueron expulsados del ejército e igualmente internados en dichos campos.


En las Islas Hawaii, esta medida resultó muy difícil de aplicar ya que la gran mayoría de sus habitantes eran de origen nipón. Tampoco se pudo aplicar totalmente la medida de expulsión de estas personas de las fuerzas armadas debido a que no había suficiente personal auténticamente estadounidense. Al mismo tiempo, se dio la particular y sorprendente circunstancias de que miles de hawaianos de ascendencia japonesa se presentaron en las oficinas de reclutamiento para luchar en la guerra contra Japón. Delos Carleton Emmons, un general del servicio de reclutamiento de EEUU en las Hawaii, decidió desactivar algunos batallones hawaianos de la Guardia Nacional en cumplimiento de las directivas del ejército, pero logró convencer al mando americano de la peculiar situación de las Hawaii. De este modo decidió no expulsar a los nipo-estadounidenses del ejército y consiguió la autorización para formar un cuerpo exclusivo formado por nisei que recibió el nombre de Batallón Provisional Hawaiano.


El 100º Batallón de Infantería se formó con 1.500 soldados de la Guardia Nacional de Hawaii de ascendencia japonesa (nisei), pero en vez de ser entrenados en territorio insular, se les trasladó a territorio continental estadounidense donde pudiera ser evaluada su capacidad de combate y lealtad a los EEUU. Finalmente, el 5 de junio de 1942, el Alto Mando Estadounidense quedó satisfecho con los resultados del entrenamiento del 100º Batallón y decidieron reclutar en total unos 5.000 nisei-americanos, extrayéndolos de los campos de internamiento de California y formando el 442.º Regimiento de Infantería (442 Regimental Combat Team). La idea que se transmitió al público al formar estos contingentes era de que iban a actuar como policía militar, tropas de retaguardia o guardias de campos de prisioneros. No obstante, cabe destacar que en su fuero interno, los mandos estadounidenses consideraban a estas tropas, así como a los afroamericanos o latinos, como soldados "de segunda categoría" y que su intención real era el emplearlos como tropas de choque y asalto en escenarios muy comprometidos en caso de que se necesitaran refuerzos. Lo que en otras palabras viene a conocerse como "carne de cañón". Eso sí, los familiares prisioneros de aquellos que fueron aceptados en este regimiento no recibieron ningún tipo de privilegios y fueron tratados de igual modo que el resto de internos de los campos de internamiento.


Una de las condiciones que impuso el Alto Mando Estadounidense es que estos soldados no se enfrentarían con soldados japonesesa diferencia de otros casos similares como los italo-estadounidenses, los franco-estadounidenses que sí se les permitió combatir contra sus países de origen. No obstante, esta medida no fue del todo aplicada, ya que muchos regimientos que combatieron en el frente del Pacífico requirieron, a medida que se avanzaba hacia Japón, de traductores e intérpretes nipo-estadounidenses para labores en el Servicio Militar de Inteligencia Estadounidense. 

El 23 de septiembre de 1943, el 442º Regimiento de Infantería fue desembarcado en Salerno (Italia) siendo adscrito a la 34ª División de Infantería. El baustismo de fuego lo recibieron durante los combates en la Línea Volturno cuando se enfrentaron al 29º Regimiento Panzer, donde miembros del 442º Regimiento destruyeron tanques demostrándose como excelentes lanzadores de bazookas. Posteriormente combatieron la ciudad de Castellina y en el Monte Miletto, siendo después trasladados en febrero de 1944 a los sangrientos combate por la Abadía de Montecassino, junto a soldados de origen afroamericano y latino. Los nisei se destacaron combatiendo con extraordinario coraje y arrojo a los alemanes. El 442º Regimiento de Infantería se redujo en esos terribles combates cuerpo a cuerpo de 3.800 efectivos a apenas unos 521, ganándose el apodo de "Batallón del Corazón Púrpura", por la innumerables condecoraciones recibidas por sus miembros.


Hubo que traer a nuevos reemplazos para recomponer el aguerrido y aniquilado regimiento, que después fue enviado a luchar en la Batalla de Anzio en julio de 1944, donde logró romper el cerco formado por tropas de élite alemanas después de un mes y medio de sostenidos y reñidos combates. Después de estos escenarios, los miembros del regimiento japonés-estadounidense se destacaron bravamente en los bastiones de Lanuvia y La Torretto que permitieron despejar de alemanes finalmente el camino a Roma. El General Mark Wayne Clark deseando entrar triunfalmente a Roma con tropas americanas, retuvo al 442º Regimiento de Infantería a 11 km de la capital italiana no pudiendo participar en el desfile por la liberación, hecho que causó mucha controversia ya que tenían los méritos más que de sobra para estar presentes. Según se dice, el General Clark por un tema de imagen, no quería que los italianos vieran que sus libertadores eran realmente japoneses en vez de estadounidenses.


Posteriormente, en septiembre de 1944 el 442º Regimiento fue desplegado en el sur de Francia y agregado a la 36ª División de Infantería, combatió en St.Die y los Vosgos ganándose una Citación Presidencial. En Bruyeres, combatieron en combate urbano con notable eficacia ganándose otra Citación Presidencial. Una de las acciones más destacables del 442º Regimiento fue el rescate de 221 miembros del 1er Batallón del 141º Regimiento de Infantería - el "batallón perdido" - copados en un valle entre los bosques de Biffontaine y La Houssiere, donde estaban siendo embolsados y aniquilados por tropas de élite alemanas muy bien emplazadas y apoyadas por francotiradores. Una carga frontal con la bayoneta calada del regimiento nisei puso a la fuga a los alemanes, no sin antes sufrir 800 bajas y causar unas 100 bajas a los alemanes. Después, el regimiento fue reasignado nuevamente a la 34ª División en Italia y acabó la guerra como parte de la reconstituida 92ª División de Infantería.



Terminada la guerra, el 442º Regimiento nisei cuyo lema era "Go for broke", una expresión usada en los juegos de cartas en Hawaii para indicar una apuesta y que se podría traducir como "a por todas" - fue uno de los regimientos más galardonados de la historia militar estadounidense con nada menos que 18.000 condecoraciones, dos citaciones presidenciales, 21 Medallas de Honor, 52 Cruces de Servicios Distinguidos, 1 Medalla al Servicio, 560 Estrellas de Plata, 22 Legiones al Mérito, 4.000 Estrellas de Bronce y la sorprendente cantidad de 9.846 Corazones Púrpura.

A pesar de este destacable historial de combate, los veteranos miembros nisei ya desmovilizados del regimiento nisei se encontraron con un país que aún mantenía a sus familiares en campos de internamiento y además no se les permitía ingresar a locales de comercio y bares colocando un letrero "no se admiten japos". Además, durante la guerra, muchos nisei perdieron todas sus posesiones ya que sus ahorros fueron confiscados por el gobierno al ser considerados "propiedad enemiga". Se estima que se les confiscaron unos 400 millones de dólares, pero después de la guerra, el gobierno solamente devolvió 40 millones.


El gobierno estadounidense sabía que tenía una deuda moral con sus ciudadanos de origen nipón y se disculpó con ellos en 1988, atribuyendo su accionar y la concentración de prisioneros principalmente a "los prejuicios raciales de la época, la histeria bélica y la deficiencia del liderazgo político". El presidente Ronald Reagan firmó además un acta, donde otorgaba una compensación de 20.000 dólares a las víctimas sobrevivientes. Recientemente se entregó en el Capitolio la Medalla Colectiva de Oro  - la mayor distinción civil del país - a cientos ancianos veteranos de origen japonés. "Estados Unidos estará siempre en deuda con el valor, el coraje y la dedicación de estos hombres para su país, que tuvieron que combatir dos frentes, la discriminación en casa y la lucha contra el fascismo", señaló el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, en una lectura de la ley que fue aprobada por el Congreso el año pasado y que otorgaba dicho reconocimiento.

4 comentarios:

  1. Buenísima entrada Sr Furilo, me ha encantado. Conocía muy poco sobre estos soldados japoamericanos. Otro ejemplo más del laberíntico conflicto que fue la WWII y que es fuente inagotable de sorpredentes "anécdotas".
    Creo que el cine hollywoodiense tiene cuentas pendientes con estas historias de racismo en la WWII que no han sido todo lo denunciadas que se merecen. Y eso que material hay de sobra.

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  2. Vamos, estaba yo que hubiera combatido mientras mi familia seguía en campos de internamiento y me lo quitaban todo, los cojones. Todo para que 40 años después, me pidan perdón...

    1besico!

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  3. MR. LOMBREEZE: Gracias mañooooo!!! Tiene Vd., como casi siempre, dicho sea de paso, más razón que un santo. A excepción de "Mientras nieva sobre los cedros" (1991) - un drama con Ethan Hawke y Max Von Sydow, entre otros, que creo recordar no estaba mal, aunque era algo ñoño - no recuerdo yo ninguna película sobre el internamiento de japoneses en campos de prisioneros durante la WW II. En cuanto al 442º Regimiento Nisei, he leido que existe una peliculilla de 1951 llamada "Go for Broke", pero no la he visto.

    FIONA: Bueno, al menos pidieron perdón, no como otros y les concedieron compensaciones y reconocimientos, aunque fueran más simbólicas que otra cosa. Nunca es tarde si la dicha es buena.

    De todos modos, la historia se repite y se seguirá repitiendo: en Vietnam, Irak y demás guerra libradas por los EEUU, la "carne de cañón" la formaban por ejemplo los afroamericanos y los latinos, sin ir más lejos.

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  4. interesantisimo relato, otro mas de lo gran desconocida que es la guerra, me recuerda a los de la novena.

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