Durante los primeros meses de la Operación Barbarroja (la invasión de la URSS lanzada por los alemanes y sus aliados el 22 de junio de 1941), el Grupo de Ejércitos Norte de la Wehrmacht bajo el mando del Generalfeldmarschall Wilhelm Ritter von Leeb avanzó rápida e inexorablemente a través de las Repúblicas Bálticas ocupadas por los soviéticos (Lituania, Estonia y Letonia) en dirección a Leningrado (la actual San Petersburgo). El 8 de agosto de 1941, el Panzergruppe 4 del Generaloberst Erich Hoepner penetró entre las defensas soviéticas en el sector de Luga alcanzando después Novgorod. Los restos de los 8º y 27º Ejércitos Soviéticos, quedaron de esa manera aislados al oeste del Lago Peipus y la única vía de escape fue replegarse hacia Tallinn, la capital de Estonia, donde quedaron cercados por los ejércitos alemanes.
Una gran parte de la Flota del Báltico "Bandera Roja" (Krasnoznamyonnyy Baltiyskiy Flot, KBF), más de 200 buques, quedó también encerrada en el puerto de la capital estonia. Inicialmente, Stalin se negó a permitir la evacuación por mar a Kronstadt, en el Golfo de Finlandia, de los defensores soviéticos, insistiendo en resistir a toda costa. El 17 de agosto la defensa de la bolsa de Tallinn fue confiada al Almirante Vladimir Tributs, el cual disponía de unos 20.000 hombres (4.000 soldados del Ejército de Tierra, 8.000 marineros de unidades de la flota y unos 8.000 milicianos) para formar el esquelético 10º Cuerpo de Ejército encargado de la defensa del perímetro de la ciudad.
Para cuando el dictador soviético quiso cambiar de opinión, ya era demasiado tarde para llevar a cabo una retirada ordenada. Intuyendo que los soviéticos tratarían de romper el cerco por mar, entre el 9 y el 23 de agosto, la Kriegsmarine y sus aliados de la Marina Finlandesa habían sembrado un gigantesco y tupido campo de minas en las aguas cercanas a la península de Juminda. Los dragaminas soviéticos comenzaron a intentar abrir un pasillo para sus convoys a través de los campos de minas, por lo que, a fin de evitarlo, los alemanes destacaron en esa zona una batería de cañones de 150 mm y la armada finesa desplegó a su 2ª Flotilla de lanchas torpederas. Al mismo tiempo, la 3ª Flotilla de lanchas torpederas (S-Boots) alemana quedó concentrada a la altura de Helsinki y los bombarderos bimotores Junkers Ju-88 del Fliegergruppe 806 con base en Estonia fueron puestos en alerta.
Tributs decidió primero evacuar por mar a todos los heridos, así como a todos los habitantes que no pudieran participar en la defensa de la ciudad, también a algunas unidades de los 8º y 27º Ejércitos Soviéticos que se habían replegado hacia la capital estonia. El buque de transporte "Baltika" aunque dañado por una mina magnética logró evacuar 3.500 personas hasta Kronstadt, sin embargo el "Siberia" menos afortunado fue hundido por los bombarderos del Fliegergruppe 806. Sin embargo, antes de que el navío zozobrara, más de 3.000 pasajeros fueron transbordados a pequeñas embarcaciones que se acercaron para prestar socorro. La línea del frente se acercaba cada vez más hacia la ciudad, sobre la cual la artillería pesada alemana comenzó a disparar de manera inmisericorde.
El 19 de agosto los alemanes lanzaron su asalto final sobre Tallinn. A pesar de la dramática situación, el almirante Tributs consiguió mantener una apariencia de tranquilidad y orden entre las tropas que se habían replegado hacia la bolsa, pero la evacuación no podía esperar. El día 23 de agosto el crucero "Kirov" y el destructor "Leningrad" dispararon su artillería contra las tropas alemanas, las cuales respondieron disparando con piezas de gran calibre. Más de 600 obuses fueron disparados sobre los navíos rusos y el recinto portuario. El 25 de agosto, los destructores "Gordyi" y "Smetlivyi" procedieron a tender cortinas de humo para tratar de ocultar el embarque de tropas. Sin embargo, el hecho de que los soviéticos no contaran con protección aérea para cubrir la evacuación, unido al pesado fuego de la artillería y de los ataques de la Luftwaffe, provocó que al menos un millar de personas que pretendían embarcar resultaran muertas en el mismo puerto.
El día 26 de agosto más de 90 buques con entre 25.000 y 28.000 personas a bordo y miles de toneladas de armas y material militar e industrial ya estaban preparados para abandonar el puerto, con sus respectivos buques de escolta de la armada soviética. Finalmente, la noche del 27 de agosto, mientras las tropas germanas entraban en Tallinn, tres grandes convoys llevando al grueso de las tropas evacuadas abandonaban el puerto estonio, mientras un cuarto lo hizo en embarcaciones menores. Muchos otros pequeños buques navegaron en solitario, agregándose en ocasiones a un convoy o a otro, por lo que hay cierta confusión en la composición de los mismos según las fuentes.
La improvisada flota encargada de llevar a cabo la evacuación estaba formada por más de 200 embarcaciones: unos 60 buques mercantes de distinto tamaño, que eran acompañados de una fuerza de la armada soviética formada por 20 transportes, un petrolero y numerosos barcos auxiliares. Como escolta estaban el crucero "Kirov" (en la fotografía bajo estas líneas), 9 destructores, 12 submarinos, 14 lanchas torpederas y otros barcos de guerra auxiliares. Entre ellos, había también unos 25 dragaminas, muchos de ellos obsoletos, que iban en vanguardia para tratar de abrir paso a través de los campos de minas.
Lo que ocurrió a continuación fue el mayor desastre naval ruso de la historia, peor incluso que la derrota sufrida contra los japoneses en Tsushima en el año 1905. El conocido como el "Dunkerque soviético" fue un desastre militar y humano de proporciones casi bíblicas. Fue una verdadera carnicería, una dantesca escena, con mercantes y barcos de guerra estallando a derecha e izquierda, aviones atacando desde arriba y minas, miles de minas acechando por doquier. Los barcos que componían la flota de evacuación tenían que salir por un estrecho canal hacia el cabo de Juminda. Dado que carecía de cobertura aérea, la enorme flota se hizo a la mar lentamente al abrigo de la oscuridad para evitar los ataques de la aviación germana.
Sin embargo, con las primeras luces del alba, los bombarderos Ju-88 de la Luftwaffe se cebaron con la flota hundiendo 5 barcos a lo largo de la mañana. Pero lo peor llegaría a partir de media tarde, cuando llegaron al área minada, insuficientemente despejada por los dragaminas. Hacia las 16:00 horas el vapor "Ella" fue el primero en tropezar con una mina y hundirse; inmediatamente después, la artillería costera alemana y finlandesa desataron una tormenta de fuego sobre la flota soviética, mientras la aviación nazi la atacaba sin descanso desde los cielos. Al final de la tarde se unieron a la fiesta las lanchas torpederas alemanes y finesas, que acabaron de desbaratar los esfuerzos por tratar de abrir paso a través de los campos de minas. Todo ello creo gran confusión, los dragaminas encargados de despejar el camino sufrieron daños a causa de minas a la deriva, así como los buques de guerra. El gran transporte "Ivan Papanine" (3.374 tons.) se hundió con más de 3.000 personas a bordo. Hacia las 23.00 horas los soviéticos perdieron 3 destructores en el espacio de 15 minutos.
Finalmente, a medianoche, la flota ancló al norte de Vaindlo, en mitad del campo de minas. La Flota Roja del Báltico había perdido 5 destructores, 2 lanchas torpederas, 1 patrullera, 3 cazaminas, 3 submarinos, 2 lanchas cañoneras, 15 transportes de tropas y 2 barcos auxiliares. Además 2 destructores, 1 cazaminas, un líder de flotilla y otro transporte resultaron dañados. En la mañana del 29 de agosto, la flota continuó su camino, mientras los bombarderos alemanes la continuaban hostigando sin descanso. Sin cobertura aérea, ni cañones antiaéreos (los buques de guerra no dieron protección a los mercantes ya que estaban ocupados por no encontrarse con minas a la deriva, y otros barcos rápidos como el crucero "Kirov" se alejaron de la zona) y posibilidad de maniobra limitada por los campos de minas, eran un blanco fácil. Los aviones alemanes aprovecharon para hundir otros 2 transportes militares y numerosos barcos civiles.
Finalmente, un total de 165 barcos, con más de 16.000 personas a bordo consiguió llegar, aunque algunos dañados gravemente y muy maltrechos, a los puertos Konstradt y Leningrado durante la tarde del día 29 de agosto. Pero el coste había sido muy alto. Las minas, la artillería costera, las torpederas a motor alemanas y finesas y la Luftwaffe hundieron en total 65 barcos soviéticos, causando la muerte de unas 14.000 personas.
Tributs decidió primero evacuar por mar a todos los heridos, así como a todos los habitantes que no pudieran participar en la defensa de la ciudad, también a algunas unidades de los 8º y 27º Ejércitos Soviéticos que se habían replegado hacia la capital estonia. El buque de transporte "Baltika" aunque dañado por una mina magnética logró evacuar 3.500 personas hasta Kronstadt, sin embargo el "Siberia" menos afortunado fue hundido por los bombarderos del Fliegergruppe 806. Sin embargo, antes de que el navío zozobrara, más de 3.000 pasajeros fueron transbordados a pequeñas embarcaciones que se acercaron para prestar socorro. La línea del frente se acercaba cada vez más hacia la ciudad, sobre la cual la artillería pesada alemana comenzó a disparar de manera inmisericorde.
El 19 de agosto los alemanes lanzaron su asalto final sobre Tallinn. A pesar de la dramática situación, el almirante Tributs consiguió mantener una apariencia de tranquilidad y orden entre las tropas que se habían replegado hacia la bolsa, pero la evacuación no podía esperar. El día 23 de agosto el crucero "Kirov" y el destructor "Leningrad" dispararon su artillería contra las tropas alemanas, las cuales respondieron disparando con piezas de gran calibre. Más de 600 obuses fueron disparados sobre los navíos rusos y el recinto portuario. El 25 de agosto, los destructores "Gordyi" y "Smetlivyi" procedieron a tender cortinas de humo para tratar de ocultar el embarque de tropas. Sin embargo, el hecho de que los soviéticos no contaran con protección aérea para cubrir la evacuación, unido al pesado fuego de la artillería y de los ataques de la Luftwaffe, provocó que al menos un millar de personas que pretendían embarcar resultaran muertas en el mismo puerto.
El día 26 de agosto más de 90 buques con entre 25.000 y 28.000 personas a bordo y miles de toneladas de armas y material militar e industrial ya estaban preparados para abandonar el puerto, con sus respectivos buques de escolta de la armada soviética. Finalmente, la noche del 27 de agosto, mientras las tropas germanas entraban en Tallinn, tres grandes convoys llevando al grueso de las tropas evacuadas abandonaban el puerto estonio, mientras un cuarto lo hizo en embarcaciones menores. Muchos otros pequeños buques navegaron en solitario, agregándose en ocasiones a un convoy o a otro, por lo que hay cierta confusión en la composición de los mismos según las fuentes.
La improvisada flota encargada de llevar a cabo la evacuación estaba formada por más de 200 embarcaciones: unos 60 buques mercantes de distinto tamaño, que eran acompañados de una fuerza de la armada soviética formada por 20 transportes, un petrolero y numerosos barcos auxiliares. Como escolta estaban el crucero "Kirov" (en la fotografía bajo estas líneas), 9 destructores, 12 submarinos, 14 lanchas torpederas y otros barcos de guerra auxiliares. Entre ellos, había también unos 25 dragaminas, muchos de ellos obsoletos, que iban en vanguardia para tratar de abrir paso a través de los campos de minas.
Lo que ocurrió a continuación fue el mayor desastre naval ruso de la historia, peor incluso que la derrota sufrida contra los japoneses en Tsushima en el año 1905. El conocido como el "Dunkerque soviético" fue un desastre militar y humano de proporciones casi bíblicas. Fue una verdadera carnicería, una dantesca escena, con mercantes y barcos de guerra estallando a derecha e izquierda, aviones atacando desde arriba y minas, miles de minas acechando por doquier. Los barcos que componían la flota de evacuación tenían que salir por un estrecho canal hacia el cabo de Juminda. Dado que carecía de cobertura aérea, la enorme flota se hizo a la mar lentamente al abrigo de la oscuridad para evitar los ataques de la aviación germana.
Sin embargo, con las primeras luces del alba, los bombarderos Ju-88 de la Luftwaffe se cebaron con la flota hundiendo 5 barcos a lo largo de la mañana. Pero lo peor llegaría a partir de media tarde, cuando llegaron al área minada, insuficientemente despejada por los dragaminas. Hacia las 16:00 horas el vapor "Ella" fue el primero en tropezar con una mina y hundirse; inmediatamente después, la artillería costera alemana y finlandesa desataron una tormenta de fuego sobre la flota soviética, mientras la aviación nazi la atacaba sin descanso desde los cielos. Al final de la tarde se unieron a la fiesta las lanchas torpederas alemanes y finesas, que acabaron de desbaratar los esfuerzos por tratar de abrir paso a través de los campos de minas. Todo ello creo gran confusión, los dragaminas encargados de despejar el camino sufrieron daños a causa de minas a la deriva, así como los buques de guerra. El gran transporte "Ivan Papanine" (3.374 tons.) se hundió con más de 3.000 personas a bordo. Hacia las 23.00 horas los soviéticos perdieron 3 destructores en el espacio de 15 minutos.
Finalmente, a medianoche, la flota ancló al norte de Vaindlo, en mitad del campo de minas. La Flota Roja del Báltico había perdido 5 destructores, 2 lanchas torpederas, 1 patrullera, 3 cazaminas, 3 submarinos, 2 lanchas cañoneras, 15 transportes de tropas y 2 barcos auxiliares. Además 2 destructores, 1 cazaminas, un líder de flotilla y otro transporte resultaron dañados. En la mañana del 29 de agosto, la flota continuó su camino, mientras los bombarderos alemanes la continuaban hostigando sin descanso. Sin cobertura aérea, ni cañones antiaéreos (los buques de guerra no dieron protección a los mercantes ya que estaban ocupados por no encontrarse con minas a la deriva, y otros barcos rápidos como el crucero "Kirov" se alejaron de la zona) y posibilidad de maniobra limitada por los campos de minas, eran un blanco fácil. Los aviones alemanes aprovecharon para hundir otros 2 transportes militares y numerosos barcos civiles.
Finalmente, un total de 165 barcos, con más de 16.000 personas a bordo consiguió llegar, aunque algunos dañados gravemente y muy maltrechos, a los puertos Konstradt y Leningrado durante la tarde del día 29 de agosto. Pero el coste había sido muy alto. Las minas, la artillería costera, las torpederas a motor alemanas y finesas y la Luftwaffe hundieron en total 65 barcos soviéticos, causando la muerte de unas 14.000 personas.
"La Segunda Guerra Mundial" de Antony Beevor
http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?p=539468
http://ww2diario.blogspot.com.es/2011/08/la-evacuacion-de-tallinn-o-el-dunkerque.html
http://www.perogrullo.com/?p=1646
http://en.wikipedia.org/wiki/Soviet_evacuation_of_Tallinn
Muy buen post y muy bien escrito,estaba intrigado en como acabaría la flota la travesia.Sin apoyo aereo ni baterias antiaereas bastante peor podia haber acabado todo.
ResponderEliminarAl final con el poco tiempo que dispongo para la lectura aparcaré mis libros y me dedicaré a tu blog... felicitaciones por el post.
ResponderEliminar@jose: ¡Gracias compañero! Fue un verdadero desastre. Algo parecido a lo podría haber sido Dunkerque si las cosas hubieran salido mal. Aunque como dices, incluso pudo haber sido peor. Saludos!!
ResponderEliminar@isra: Me enorgullecen tus halagos, pero teniendo en cuenta que he bajado el ritmo de publicación de posts, no creo que pierdas mucho tiempo en leer el blog. Además, no querría yo, un humilde aficionadillo, tener sobre mi conciencia el haberte apartado de los libros y de la senda de la cultura, ¡hay tiempo para todo! jejeje...
Gran historia. Además, yo la desconocía... :-(
ResponderEliminarhttp://librosenguerra.blogspot.com.es/
Gracias, Llorenç. Saludos!!
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