La noche del 22 de octubre de 1943, las frías aguas de la Bahía de Martin en la Península del Labrador (Canadá), en el Atlántico Norte, se abrieron entre dos enormes surcos de espuma surgiendo de entre ellos la oscura silueta de un submarino. Se trataba de un U-Boot de la Kriegsmarine alemana, concretamente el U-537 (en la foto inferior), que había levado anclas del puerto alemán de Kiel el 18 de septiembre de 1943, para acometer una misión muy especial en tierras canadienses. Ahora mismo os la cuento.
No cabe duda de que, durante la Segunda Guerra Mundial (al igual que en cualquier otra guerra), el clima era un elemento a tener muy en cuenta antes de acometer cualquier operación o plan de ataque. Unas condiciones climatológicas adversas o desfavorables podían suspender una ofensiva, paralizar las actividades de la aviación o enviar al traste cualquier operación. Por ello, los mandos militares debían de tener los mejores medios a su alcance para que las predicciones meteorológicas fueran lo más precisas posibles a tales efectos.
El clima en el Hemisferio Norte del globo se mueve predominantemente de oeste a este. Este hecho daba a los Aliados una importante ventaja: la red de estaciones meteorológicas aliadas en América del Norte, Groenlandia e Islandia les permitía hacer pronósticos meteorológicas muchísimo más precisos y fiables que los alemanes. Los metereólogos alemanes sólo obtenían informes climáticos enviados por buques y submarinos que operaban en el Atlántico Norte, los informes de las estaciones meteorológicas clandestinas existentes en partes remotas del Ártico y las lecturas recogidas a lo largo del Atlántico por aviones especialmente equipados. Sin embargo, los buques y las estaciones clandestinas eran fácilmente capturados y desmanteladas por los aliados durante la primera parte de la guerra, y los datos facilitados por los aviones era sumamente incompletos, pues los aparatos eran de alcance limitado y susceptibles de ser derribados por el enemigo. La presentación de informes periódicos elaborados por los submarinos suponía ponerlos en riesgo, ya que rompía su silencio de radio, pudiendo los aliados localizar y rastrear sus movimientos mediante la triangulación de señales.
El clima en el Hemisferio Norte del globo se mueve predominantemente de oeste a este. Este hecho daba a los Aliados una importante ventaja: la red de estaciones meteorológicas aliadas en América del Norte, Groenlandia e Islandia les permitía hacer pronósticos meteorológicas muchísimo más precisos y fiables que los alemanes. Los metereólogos alemanes sólo obtenían informes climáticos enviados por buques y submarinos que operaban en el Atlántico Norte, los informes de las estaciones meteorológicas clandestinas existentes en partes remotas del Ártico y las lecturas recogidas a lo largo del Atlántico por aviones especialmente equipados. Sin embargo, los buques y las estaciones clandestinas eran fácilmente capturados y desmanteladas por los aliados durante la primera parte de la guerra, y los datos facilitados por los aviones era sumamente incompletos, pues los aparatos eran de alcance limitado y susceptibles de ser derribados por el enemigo. La presentación de informes periódicos elaborados por los submarinos suponía ponerlos en riesgo, ya que rompía su silencio de radio, pudiendo los aliados localizar y rastrear sus movimientos mediante la triangulación de señales.
Para obtener más información, los alemanes desarrollaron la estación meteorológica terrestre Wetter-Funkgerät (WFL). Diseñada por Ernest Ploetze y Edwin Stoebe y fabricada por la compañía alemana Siemens, era una estación meteorológica automática que consistía en diversos sistemas de medición además de un potente transmisor de 150 vatios y un mínimo de 10 contenedores con baterías secas de alto voltaje que funcionaban con niquel-cadmio (que garantizaban el funcionamiento de la estación durante 3 meses). La estación tomaba lecturas del tiempo (temperatura, humedad, presión barométrica, dirección y velocidad del viento), traducía esos datos automáticamente al Código Morse y los transmitía cada 3 horas a través de onda corta. El Alto Mando alemán decidió que 14 de esas estaciones meteorológicas WFL serían desplegadas formando una red secreta por el Ártico y sub-regiones del Ártico (Groenlandia, la isla del Oso, Spitsbergen y Franz Josef Land) y 5 se colocarían alrededor del Mar de Barents. Dos de ellas se destinarían también en América del Norte.
El submarino U-537 comandado por el capitán Peter Shrewe (en la foto superior), zarpó de Kiel (Alemania) el 18 de septiembre de 1943. Tras una breve parada en el noruego puerto de Bergen, se hizo de nuevo al mar el 30 de septiembre. Su misión era la instalación de una de esas estaciones WFL en un emplazamiento lo suficientemente deshabitado de América del Norte que pudiera aportar valiosa información meteorológica para las operaciones de la Kriegsmarine. Se decidió que el lugar idóneo era la costa de la Península del Labrador (Canadá). A bordo del submarino alemán viajaba un científico, el Dr. Kurt Sommermeyer,
su ayudante Walter Hildebrant y la Wetter-Funkgerät (WFL) Número 26 (la sexta de una serie de 21 estaciones meteorológicas de este tipo fabricada por Siemens).
El 22 de octubre el U-537 llegó a la Bahía de Martin en el extremo norte de la Península del Labrador. Una hora después de fondear, un grupo de exploradores habían localizado un lugar adecuado y poco después el Dr. Sommermeyer, su ayudante y diez marineros desembarcaron para instalar la estación. Vigías armados se colocaron en tierra mientras parte de la tripulación reparaba los daños del submarino causados por una fuerte tormenta sufrida durante el viaje. Durante las siguientes 48 horas el U-537 estuvo anclado mientras la tripulación traspasaba los contenedores de 220 libras, junto con un trípode y un mástil, a botes de goma y los llevaba a tierra. La estación meteorológica se instaló 400 metros tierra adentro en una colina de 500 m de altura en la posición 60 ° 5' N, 64 ° 24' O. Para evitar sospechas algunos de los equipos se habían marcado con la inscripción "Servicio Meteorológico de Canadá" y la tripulación dejó abandonados en los alrededores paquetes vacíos de cigarrillos americanos. A las 17:40 del 23 de octubre, después de comprobar que la estación estaba funcionando correctamente, Schrewe levó anclas y se dirigió a cumplir una patrulla anti-buque en Terranova, la cual realizó sin incidentes, regresando a Lorient (Francia) el 8 de diciembre.
Los informes indican que la 'Estación Meteorológica Kurt' transmitió normalmente por unos días, pero luego hubo saltos de frecuencia, y finalmente dejó de emitir. En julio de 1944, otro submarino alemán, el U-867 salió de Noruega para instalar una segunda estación meteorológica en la península del Labrador, pero fue hundido con toda su tripulación en aguas noruegas mediante cargas de profundidad lanzadas por bombarderos B-24 Liberator del 224º Escuadrón de la RAF. El U-537 fue trasladado al Lejano Oriente y se hundió, pereciendo toda su tripulación, el 10 de noviembre 1944 al ser torpedeado en el Mar de Java por el submarino norteamericano USS Flounder. Sólo el Dr. Sommermeyer y unos pocos marineros del submarino que habían sido transferidos a otras unidades, quedaron como testigos de la audaz misión.
El 22 de octubre el U-537 llegó a la Bahía de Martin en el extremo norte de la Península del Labrador. Una hora después de fondear, un grupo de exploradores habían localizado un lugar adecuado y poco después el Dr. Sommermeyer, su ayudante y diez marineros desembarcaron para instalar la estación. Vigías armados se colocaron en tierra mientras parte de la tripulación reparaba los daños del submarino causados por una fuerte tormenta sufrida durante el viaje. Durante las siguientes 48 horas el U-537 estuvo anclado mientras la tripulación traspasaba los contenedores de 220 libras, junto con un trípode y un mástil, a botes de goma y los llevaba a tierra. La estación meteorológica se instaló 400 metros tierra adentro en una colina de 500 m de altura en la posición 60 ° 5' N, 64 ° 24' O. Para evitar sospechas algunos de los equipos se habían marcado con la inscripción "Servicio Meteorológico de Canadá" y la tripulación dejó abandonados en los alrededores paquetes vacíos de cigarrillos americanos. A las 17:40 del 23 de octubre, después de comprobar que la estación estaba funcionando correctamente, Schrewe levó anclas y se dirigió a cumplir una patrulla anti-buque en Terranova, la cual realizó sin incidentes, regresando a Lorient (Francia) el 8 de diciembre.
Los informes indican que la 'Estación Meteorológica Kurt' transmitió normalmente por unos días, pero luego hubo saltos de frecuencia, y finalmente dejó de emitir. En julio de 1944, otro submarino alemán, el U-867 salió de Noruega para instalar una segunda estación meteorológica en la península del Labrador, pero fue hundido con toda su tripulación en aguas noruegas mediante cargas de profundidad lanzadas por bombarderos B-24 Liberator del 224º Escuadrón de la RAF. El U-537 fue trasladado al Lejano Oriente y se hundió, pereciendo toda su tripulación, el 10 de noviembre 1944 al ser torpedeado en el Mar de Java por el submarino norteamericano USS Flounder. Sólo el Dr. Sommermeyer y unos pocos marineros del submarino que habían sido transferidos a otras unidades, quedaron como testigos de la audaz misión.
La existencia de la estación meteorológica WFL 26 permaneció en secreto hasta que a finales de 1970, un ingeniero llamado Franz Selinger, tras su retiro de Siemens, decidió escribir un libro sobre la historia del servicio meteorológico alemán.
Entre los documentos del Dr. Sommermeyer encontró fotografías de una estación meteorológica y un submarino que no correspondían con las estaciones árticas de Groenlandia y Svalbard, que previamente había identificado. Después de un tiempo logró reconocer en las fotografías la costa de la Península del Labrador, pero ni las autoridades estadounidenses ni las canadienses pudieron aportar pruebas de la existencia de la estación meteorológica.
A través del historiador naval Jürgen Rohwer y el hijo del Dr. Sommermeyer lograron identificar al U-537 y hallaron su diario de a bordo en los archivos de Friburgo.
En 1980, Selinger escribió al historiador oficial de las fuerzas armadas canadienses, W. Douglas, quien lo comunicó al Servicio Canadiense de Guardacostas, quienes inspeccionaron la zona hasta dar con el emplazamiento de la 'Estación Meteorológica Kurt' y sus restos, entre los que todavía se encontraba la estructura, el mástil y algunas baterías. La estación fue desmantelada, restaurada y trasladada al Canadian War Museum en Ottawa, donde en la actualidad se exhibe al público de manera permanente.
En 1980, Selinger escribió al historiador oficial de las fuerzas armadas canadienses, W. Douglas, quien lo comunicó al Servicio Canadiense de Guardacostas, quienes inspeccionaron la zona hasta dar con el emplazamiento de la 'Estación Meteorológica Kurt' y sus restos, entre los que todavía se encontraba la estructura, el mástil y algunas baterías. La estación fue desmantelada, restaurada y trasladada al Canadian War Museum en Ottawa, donde en la actualidad se exhibe al público de manera permanente.
Charlie, ¡Impresionante historia!
ResponderEliminar¿Os imagináis ser vosotros quien encontrase la estación metereológica?
Enhorabuena por la entrada. Buenísima.
Un saludo a todos.
Gracias Humberto!! Me alegro que te haya gustado. Espero seguir viéndote a menudo por aquí, eso será señal de lo que vaya publicando hago te interesa.
ResponderEliminarSería un puntazo encontrarse con la estación (como lo sería encontrarme con cualquier objeto o recuerdo de la WW II). Aunque no me veo yo andurriando por esas gélidas tierras. Soy más de sol y moscas, jajaja...
Saludos, paisano!!!