Nueva tanda de noticias relacionadas con la mayor contienda bélica de la historia de la humanidad. Sin más preámbulos, a continuación os las cuento.
El Consejo Nacional de Transición (CNT) libio ya ha trasladado sus disculpas a las autoridades de ambos países. "El CNT pide disculpas por el incidente de las tumbas de extranjeros, especialmente las de británicos e italianos. Estos actos no se corresponden con el Islam", indica el gobierno provisional libio en un comunicado.
--- Un grupo de vándalos, fanáticos y descerebrados se dedicó a profanar y romper este pasado fin de semana decenas de lápidas de un cementerio en el que se encuentran enterrados soldados de la Commonwealth y algunos italianos fallecidos en Libia durante la Segunda Guerra Mundial. Los atacantes, la mayoría enmascarados y armados con ametralladoras, se cebaron especialmente con los símbolos cristianos y judíos del camposanto, emplazado en Bengazi, cuya región fue escenario durante el conflicto de intensos combates entre los ejércitos británicos, por un lado, e italianos y alemanes por otro.
Los hechos se han dado a conocer debido a la difusión a través de las redes sociales de una grabación de vídeo realizada por uno de los asaltantes (que podéis ver aquí). Las imágenes han causado un profundo malestar en el Reino Unido. El grupo rompió varias de las lápidas de los soldados entre cánticos de "Alá es el más grande", y dos de ellos atacaron con mazas una cruz de metal y piedra.
"Esta es la tumba de un cristiano", dice en el vídeo uno de los asaltantes al tiempo que arranca una de las lápidas, clavada en tierra. Otra voz de la grabación se refiere a los fallecidos como "perros".
--- Carmen Schrader, la última española (aunque alemana de nacimiento) viva con el reconocimiento de 'Justa entre las Naciones' por dar cobijo en su casa a tres judías en Berlín durante la Segunda Guerra Mundial, murió el pasado 27 de febrero a los 99 años de edad. A los seis días de su fallecimiento, sus hijas Magdalena, María Teresa, María Victoria y Margarita recibieron a la agencia Efe en un salón plagado de recuerdos de ella y de su marido, el cordobés José Ruiz Santaella, fallecido en 1997. Fotos en blanco y negro muestran un pellizco de la historia de este matrimonio, reconocido en 1989 como Justo entre las Naciones por la institución israelí Yad Vashem. Aparte del matrimonio, sólo otro español - el diplomático aragonés Ángel Sanz Briz - ha ostentado esta mención, que se hace tangible en el "Jardín de los Justos" de Israel, donde dos olivos y sus nombres inscritos en un muro de honor sirven para rendirles homenaje.
Las hermanas Ruiz relatan cómo el destino y "un flechazo" amoroso quiso que su madre - cuyo nombre de pila era Waltraud- conociese a José Ruiz en 1934 en la Universidad de Halle. Desde ese momento, comenzó una historia de amor y una vida en común entre dos personas de diferentes culturas y religiones. Ésta es la razón por la que Waltraud - protestante - cambió su nombre por el de Carmen, como símbolo de acogimiento a la fe católica. El siguiente paso fue casarse en Alemania pero, para poder unirse en matrimonio, José tuvo que pedir un certificado a su parroquia de Baena (Córdoba) en el que se asegurase que no tenía sangre judía. Ambos regresaron a España en 1936, pasaron la Guerra Civil en Valladolid y, posteriormente, en 1942, decidieron regresar a Alemania, en plena Guerra Mundial, para que José cubriese una plaza de agregado agrícola en la embajada española en Berlín.
El matrimonio y sus tres hijos fueron acomodados en una casa de Diedesdorf, a 70 kilómetros de Berlín, en la que ya tenían escondida a Gertrud Neuman, una judía que trabajaba como costurera. Fue ella quien le aconsejó a Carmen la contratación de Ruth, una judía hija de un famoso doctor, como niñera. El vestíbulo de un hotel berlinés sirvió para que José hablase con Ruth, quien acudió a la cita con la Estrella de David amarilla arrancada de su abrigo para no ser descubierta por las SS. Al poco tiempo, la familia contrató a la madre de la joven como cocinera, aunque el miedo a ser descubiertas, dado que en el personal de la casa había algún simpatizante del nazismo, les impedía tratarse como madre e hija. Con estas tres judías escondidas bajo identidades falsas dentro del corazón de la Alemania nazi, Carmen y José tuvieron que marcharse a Berna (Suiza) a finales de 1944 por recomendación de la embajada. El testimonio de Ruth a los años de acabar la contienda sirvió para que el matrimonio Ruiz-Schrader figurase entre los nombres de los más de 21.000 Justos entre las Naciones.
Las hermanas Ruiz relatan cómo el destino y "un flechazo" amoroso quiso que su madre - cuyo nombre de pila era Waltraud- conociese a José Ruiz en 1934 en la Universidad de Halle. Desde ese momento, comenzó una historia de amor y una vida en común entre dos personas de diferentes culturas y religiones. Ésta es la razón por la que Waltraud - protestante - cambió su nombre por el de Carmen, como símbolo de acogimiento a la fe católica. El siguiente paso fue casarse en Alemania pero, para poder unirse en matrimonio, José tuvo que pedir un certificado a su parroquia de Baena (Córdoba) en el que se asegurase que no tenía sangre judía. Ambos regresaron a España en 1936, pasaron la Guerra Civil en Valladolid y, posteriormente, en 1942, decidieron regresar a Alemania, en plena Guerra Mundial, para que José cubriese una plaza de agregado agrícola en la embajada española en Berlín.
El matrimonio y sus tres hijos fueron acomodados en una casa de Diedesdorf, a 70 kilómetros de Berlín, en la que ya tenían escondida a Gertrud Neuman, una judía que trabajaba como costurera. Fue ella quien le aconsejó a Carmen la contratación de Ruth, una judía hija de un famoso doctor, como niñera. El vestíbulo de un hotel berlinés sirvió para que José hablase con Ruth, quien acudió a la cita con la Estrella de David amarilla arrancada de su abrigo para no ser descubierta por las SS. Al poco tiempo, la familia contrató a la madre de la joven como cocinera, aunque el miedo a ser descubiertas, dado que en el personal de la casa había algún simpatizante del nazismo, les impedía tratarse como madre e hija. Con estas tres judías escondidas bajo identidades falsas dentro del corazón de la Alemania nazi, Carmen y José tuvieron que marcharse a Berna (Suiza) a finales de 1944 por recomendación de la embajada. El testimonio de Ruth a los años de acabar la contienda sirvió para que el matrimonio Ruiz-Schrader figurase entre los nombres de los más de 21.000 Justos entre las Naciones.
--- Las autoridades de Riga anunciaron la prohibición de las manifestaciones convocadas para el próximo 16 de marzo en honor de los veteranos de la Legión Letona, que lucharon junto a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El ayuntamiento de la capital letona dijo que recibió ocho solicitudes de diferentes organizaciones que querían realizar manifestaciones y contramanifestaciones en la misma fecha, pero todas fueron rechazadas.
El Consejo tomó nota de que las restricciones habían sido impuestas para "evitar posibles provocaciones y amenazas a la seguridad pública".
La comunidad judía condenó el desfile que conmemora a los voluntarios de la Legión de Letonia, que sirvió como una unidad de combate de la Alemania nazi, integrada en las Waffen-SS. Sin embargo, el presidente Andris Berzins rechazó la versión y la calificó como un intento para "manchar la reputación del Estado letón", argumentando que las tropas buscaban defender su país contra los soviéticos y que no eran criminales de guerra. Tras la invasión alemana en 1941, muchos soldados letones elogiaron a los nazis, que asesinaron sistemáticamente a unos 70.000 de los 85.000 judíos de Letonia. Los letones fueron acusados de asesinar a los judíos meses antes de que los nazis llegarán a la región, mientras que estos sostienen que la Legión se fundó en un intento de evitar el avance soviético en 1943, después que la mayoría de los judíos de Letonia habían sido asesinados.
La comunidad judía condenó el desfile que conmemora a los voluntarios de la Legión de Letonia, que sirvió como una unidad de combate de la Alemania nazi, integrada en las Waffen-SS. Sin embargo, el presidente Andris Berzins rechazó la versión y la calificó como un intento para "manchar la reputación del Estado letón", argumentando que las tropas buscaban defender su país contra los soviéticos y que no eran criminales de guerra. Tras la invasión alemana en 1941, muchos soldados letones elogiaron a los nazis, que asesinaron sistemáticamente a unos 70.000 de los 85.000 judíos de Letonia. Los letones fueron acusados de asesinar a los judíos meses antes de que los nazis llegarán a la región, mientras que estos sostienen que la Legión se fundó en un intento de evitar el avance soviético en 1943, después que la mayoría de los judíos de Letonia habían sido asesinados.
3 comentarios:
Muy interesante... Como siempre
Qué bien viene leer de vez en cuando historias como la de Carmen y José, la guerra saca lo peor de cada persona, pero también lo mejor.
1besico!
REYES: Gracias maja!!
FIONA: Tu lo has dicho, la guerra saca lo mejor y lo peor de las personas, y afortunadamente, durante la WWII hubo historias que hacen creer en la bondad del ser humano. No sólo estas personas conocidas, sino multitud de héroes anónimos arriesgaron su vida para salvar o ayudar al prójimo.
1besico!!
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