jueves, 31 de mayo de 2012

El Ejército Italiano en el Norte de África (1941-1943)

Mussolini tenía puesta su mayor esperanza en un ataque contra los británicos en Egipto, porque una victoria allí garantizaría la decisiva ruta naval a través del Canal de Suez y dejaría abierta la conquista de los pozos petrolíferos de Oriente Medio. Las cosas parecían estar a su favor, porque los 250.000 hombres del 10º Ejército Italiano, a las órdenes del mariscal Rodolfo Graziani, se enfrentaban a sólo 36.000 soldados británicos, que defendían el país de las pirámides. El 13 de septiembre, cuando empezó el ataque italiano, los defensores británicos al mando del general en jefe Archibald Wavell y del de operaciones, general Richard O'Connor, se retiraron detrás de la ciudad egipcia de Sidi Barrani, donde Graziani detuvo su avance. El mando italiano tenía sus razones para ser precavido: el desierto abierto era el reino de los carros de combate, de la guerra de movimiento, y los carros italianos eran muchísimo peores que sus rivales británicos y estaban en una inferioridad numérica de más de dos a uno.


Esperando suministros antes de un avance prudente, Graziani ordenó la construcción de una serie de campos fortificados a lo largo de un frente de 65 km. Pero el 9 de diciembre de 1940, O'Connor atacó por un espacio vulnerable entre dos campos italianos, rodeándolos por detrás y asediándolos. La brillante maniobra, llamada en clave Operación Compass, desorganizó el sistema defensivo italiano y consiguió capturar casi 40.000 prisioneros. El resto de las fuerzas italianas se batieron en retirada, pero O'Connor decidió arriesgar y envió tras ellas a la 6ª División Australiana por la carretera de la costa, mientras la 7ª División Acorazada (los famosos "Ratas del Desierto") atacó por la inmensidad del desierto hacia Bengasi (Libia), confiando en cerrar el círculo por detrás de los italianos para cortar su retirada. El 7 de febrero de 1941, la obra maestra de O'Connor se completó cuando los "Desert Rats" llegaron a Beda Fomm (Libia) a tiempo de bloquear la desbandada italiana, atrapando al resto del infortunado 10º Ejército Italiano. Fue una gran victoria: los británicos habían capturado 130.000 hombres, 845 cañones y 380 carros, con menos de 2.000 bajas, todo ello en el espacio de 10 semanas.


Sin embargo, la situación cambió rápidamente. Churchill retiró fuerzas al mando de Wavell necesarias para la defensa de Grecia, dejando sólo una fuerza de cobertura para defender Libia. Al mismo tiempo, el 12 de febrero de 1941 Hitler envió una tardía ayuda a su socio del Eje para combatir en el Norte de África: la 5ª División Ligera y la 15ª División Panzer. El que llegaría a conocerse como el Deutsches Afrika Korps (DAK), al mando del general - luego mariscal - Erwin Rommel, cambió el papel del Ejército Italiano en la lucha en el Norte de África. Aunque oficialmente estaban subordinados al alto mando italiano, los alemanes se convirtieron hasta el final en el socio dominante, a pesar de que los italianos siguieron proporcionando el grueso de las tropas. Rommel fue adquiriendo un mayor control directo de las divisiones italianas, al principio sólo de las unidades móviles del XX Cuerpo, pero luego de todo el ejército. Además de la incuestionable excelencia y superioridad técnica del material alemán, existía un acuerdo tácito sobre la superioridad del DAK en lo relativo a trabajo y planificación de estado mayor.


Como en todos los demás teatros de operaciones en los que luchó, el Ejército Italiano iba a padecer sobre todo falta de movilidad y un inadecuado sistema de mando y control. La escasez de transporte a motor supuso que las unidades de infantería italianas fuesen formaciones virtualmente estáticas que no podían ser desplegadas con la flexibilidad que era tan importante en la guerra en el desierto. El alto mando italiano (el Commando Supremo) estaba obsesionado con poner en campaña grandes cantidades de tropas incluso cuando era obvio que las unidades grandes e inmóviles eran de bien poca utilidad en el Norte de África. Todavía en julio de 1942, el Commando Supremo planeaba enviar otros 67.000 infantes para reforzar a los 150.000 que había ya en la zona. Por otra parte, en lo que si acertaba el alto mando italiano en ese mismo año, era en presionar a los alemanes, repetidamente, pero en vano, para que se lanzase un ataque a gran escala para eliminar Malta, cuyos aeródromos y base naval eran una constante amenaza para las líneas de suministro por el Mediterráneo. Ese otoño, esa amenaza consiguió dejar desabastecidos a los ejércitos del Eje en el Norte de África.


El Ejército Italiano sufrió una fuerte conmoción con su catastrófica derrota en Libia a manos de una fuerza mucho menor pero mucho mejor entrenada, equipada y dirigida. Como en Grecia, había creído la propaganda de que la victoria fascista estaba hecha. Ahora, enfrentados a la cruda realidad, muchos soldados italianos se sentían totalmente desilusionados, y un sentido de inferioridad respecto de sus enemigos y de sus aliados alemanes iba a afectarles el resto de la campaña. Una carta que un soldado envió a casa es una perfecta muestra del sentir de muchos soldados italianos: "Intentamos librar esta guerra como si fuese una guerra colonial en África. Pero es una guerra europea en África, librada con armas europeas contra un enemigo europeo. No lo tuvimos en cuenta cuando levantamos nuestros fuertes de piedra y nos equipamos con tanto lujo. ¡Ahora no estamos luchando contra los etíopes!".


Obviamente, el coraje individual no entiende de colores, y el soldado italiano protagonizó muchos episodios de gran heroísmo, a menudo contra un enemigo mucho mejor armado. Pero, como en todos los ejércitos, la calidad de una unidad depende en gran medida de la de su mando, y en algunas unidades los oficiales no gozaban de la confianza de sus subordinados, que se adquiere sólo con la camaradería que da compartir el peligro y las penurias del combate. Los alemanes del Afrika Korps, por ejemplo, quedaron atónitos cuando vieron que los oficiales italianos comían mucho mejor que sus soldados y tenían prioridad en la distribución.


Cuando estuvieron bien dirigidas, las unidades italianas acostumbraron a combatir bien y su actuación durante la campaña fue mejorando paulatinamente, pero el mando del DAK las consideraba, en general, tropas de segunda clase, dándoseles a menudo misiones secundarias o estáticas, lo que tenía consecuencias negativas tanto para la moral como para la efectividad de los soldados italianos. La actuación de unidades de élite, como los Bersaglieri o las tropas acorazadas y paracaidistas impresionó a propios y extraños, aunque raramente las unidades de infantería regular estaban a ese nivel. Cuando entraban en acción, algunas unidades pequeñas - como el 31º Batallón de Guastartori (ingenieros de asalto) - eran tan buenas como las mejores, pero su secreto estaban en que tenían oficiales muy profesionales y habían recibido un entrenamiento y un material mejores que el que se daba a la gran mayoría de la infantería italiana.


Durante toda la campaña norteafricana, el Ejército Italiano tuvo que salir adelante con un material que por lo general era mediocre, y cuando el de británicos y alemanes fue mejorando, el de los italianos siguió inalterable, con lo que su situación empeoró. En la guerra del desierto, los carros de combate y los cañones anticarro iban a ser las armas decisivas. Los tanques italianos no estuvieron a la altura ni de los primeros modelos británicos, por no hablar ya de los estadounidenses M-3 Grant y M-4 Sherman que aparecieron en 1942. Los 3 principales medios acorazados italianos fueron la tanqueta CV-35 y los carros medios Fiat M-11/39 y M-13/40. En los primeros combates en Libia, la tanqueta y el M-11/39 demostraron ser virtualmente inútiles, y la mayoría de ellos acabaron destruidos.


El M-13/40 fue una mejora considerable, pero aún así estaba aquejado de numerosos problemas, el principal de los cuales, era su poca fiabilidad mecánica. Sirva como ejemplo la siguiente anécdota: en una ocasión, Rommel organizó una competición de tiro entre 4 Panzer III alemanes y 4 M-13/40, pero sólo se presentó uno de los tanques italianos, pues los otros 3 se averiaron por el camino. Su armamento principal de 47 mm y su blindaje de 25 y 42 mm (en el casco y el frontal de la torre) eran válidos contra carros ligeros y de "crucero" británicos de 1941, pero el hecho de que sólo llevasen radios los carros de mando producía numerosos problemas de control. Una vez comenzaba la batalla había poca posibilidad de introducir cambios dictados por las circunstancias o el devenir de los combates; incluso cuando una compañía alcanzaba su objetivo, tenía que espera nuevas órdenes, que le eran enviadas desde un carro de mando por medio de banderas de señales. Todo esto, y el pobre entrenamiento en las tácticas de fuego y movimiento, ponía a las tripulaciones italianas en clara desventaja, por más que muchas veces combatieran con gran valor.


Durante los dos años y medio de la campaña norteafricana, los italianos recibieron muy poco material moderno. Una excepción fue el cañón autopropulsado Semovente de 75/18 (en la foto de aquí arriba, con Rommel al fondo), un arma excelente que empezó a llegarles a primeros de 1942. Sin embargo, las cantidades recibidas fueron insuficientes para ser significativas, así que la espina dorsal de las divisiones acorazadas italianas siguiendo siendo el M-13/40 y el ligeramente mejorado M-14/41.


El cañón contracarro 47/32 de 47 mm era un diseño de preguerra, capaz de penetrar sólo 43 mm de blindaje a 500 metros, por lo que era totalmente ineficaz contra los 78 mm de la coraza frontal del Matilda II británico de 1940-1941 o los 65 mm del Valentine de 1942. Los carros ligeros y de crucero británicos eran vulnerables, con su protección máxima de 40 mm de blindaje, pero los M-3 Grant y M-4 Sherman que los estadounidenses empezaron a enviar a los británicos en 1942 tenían un blindaje de 65 mm, con 50 y 75 mm en el caso y en la torre, respectivamente. En suma, los italianos tuvieron que apañárselas con lo que tenían. Sus aliados alemanes les proporcionaron un puñado de cañones FlaK de 88 mm, válidos tanto para el fuego antiaéreos como contracarro, y los italianos siguieron esa pauta usando para el tiro terrestre sus propios antiaéreos de 75 mm, pero el número de piezas en servicio siempre fue escaso.


Fuentes:
"Atlas de la II Guerra Mundial" de David Jordan y Andrew Wiest
Osprey: Soldados de la II Guerra Mundial: "El Ejército Italiano en Túnez y Libia" de Philip Jowett

miércoles, 30 de mayo de 2012

Combates Dialécticos(2): Monty Vs Churchill


- Montgomery: "Yo no bebo ni fumo. Duermo bastantes horas. Por eso estoy en forma al 100%"

- Churchill: "Yo bebo mucho, duermo muy poco y fumo un puro tras otro. Por eso estoy en forma al 200%"

martes, 29 de mayo de 2012

Citas Célebres de la 2ª Guerra Mundial (45)




"No hay nada más fácil que conducir a la gente como si fuera ganado. Me basta con montar una campaña deslumbrante de carteles y cierran filas como corderitos"

 Joseph Goebbels - Ministro de Propaganda e Información del Tercer Reich

lunes, 28 de mayo de 2012

La Misteriosa Muerte de Glenn Miller

Uno de tantos enigmas que todavía encierra la Segunda Guerra Mundial es la muerte del famoso músico norteamericano Glenn Miller, desaparecido el 15 de diciembre de 1944 mientras su avión sobrevolaba el Canal de la Mancha en dirección a Francia  donde debía encontrarse con su orquesta y realizar una serie de conciertos para los soldados norteamericanos allí destinados. Aunque la versión oficial dijo que la causa del accidente había sido el mal tiempo, lo cierto es que la existencia de algunos puntos oscuros ha llevado a sospechar si la muerte del célebre músico no ocurrió realmente de ese modo.


Siendo ya toda una celebridad y con unos ingresos anuales cercanos al millón de dólares anuales, en octubre de 1942 - diez meses después de EE.UU. entrara en la Segunda Guerra Mundial - Glenn Miller se alistó como músico del Ejército, obteniendo el rango de Capitán y ascendiendo luego a Mayor. En junio de 1944, mientras las tropas aliadas asaltaban las playas de Normandía, se aprobó la propuesta de que Miller y la orquesta de la Army Air Force Band llevase a cabo una gira por Inglaterra para tocar ante las tropas estadounidenses destacadas, y ello dentro del programa de shows y espectáculos organizado por la USO (United Services Organizations). De este modo, en los siguientes 5 meses y medio, Miller y su orquesta, ofrecieron un total de 71 conciertos.  

Tras esa gira de actuaciones, se decidió en el mes de diciembre que el músico y su orquesta viajarían a Francia para realizar otra ronda de actuciones similar para los soldados estadounidenses existentes en las bases y hospitales galos. El músico decidió viajar a París el 15 de diciembre de 1944 para preparar personalmente una emisión de radio especial para el Día de Navidad, aunque este tipo de gestiones solía quedar en manos de su manager. Ese fatídico día amaneció con mal tiempo, lo que hacía arriesgado volar sobre el Canal de la Mancha, pero Miller, pese a la climatología adversa, se mantuvo en sus trece de viajar y logró convencer al Teniente Coronel Norman Baessell, con el que tenía una gran amistad, para despegar en un vuelo privado en dirección a la capital francesa.


Glenn Miller, despegó del aeródromo de Twinwoods (Bedfordshire) a bordo de un Noorduyn Norseman D-64 (en la foto inferior),  junto con el piloto y otro oficial estadounidense, y desde ese momento nada se volvió a saber del pequeño avión monomotor. La versión oficial es que el Norseman desapareció en el Canal de la Mancha, pero las explicaciones sobre el supuesto accidente no son concluyentes. Cabría la posibilidad de que, a causa de las bajas temperaturas, las alas del avión acumulasen hielo, lo que acabaría por hacerle caer al mar. En tal caso, según los expertos, dentro del agua las alas se habrían desprendido del fuselaje del avión, saliendo a la superficie en un plazo de unos 18 horas, lo que no ocurrió; ello unido a que no se encontró ni rastro del aparato ni ningún otro vestigio del accidente, determinó que la desaparición del músico haya sido objeto de innumerables versiones a lo largo de los años siguientes, muchas de ellas de lo más descabelladas.


Así por ejemplo, John Edwards, un empresario inglés que combatió en la RAF durante la guerra y que afirmaba ser el mayor admirador del músico norteamericano, emprendió una investigación que le costó 10.000 libras, tras la cual, afirmaba tener pruebas de que Miller no estaba en el avión que se estrelló en aguas del Canal de La Mancha, sino que realmente había sido asesinado en París 3 días después. El empresario aseguraba contar con el testimonio de un hombre que decía haber visto el avión en Borringdon (Hertfordshire), cambiando allí de aeronave, la cual, habría llegado a París sin novedad. Igualmente, aseguraba que un oficial de la USAAF le había asegurado que el jefe de seguridad de las tropas estadounidenses en la capital francesa le había informado de que el músico había sido asesinado en la ciudad, y que un médico militar norteamericano se encargó de firmar su certificado de defunción.


Según Edwards, el artista había sido asesinado en el barrio de Pigalle, lugar en el que se concentraban la mayoría de los prostíbulos de la ciudad, y las autoridades militares, que no podían permitir que el mito de Miller se derrumbase al descubrirse que había fallecido en circunstancias tan sórdidas, decidieron ocultar la verdad y elaborar la versión del accidente. Para argumentar su teoría, el empresario británico insistió en que las autoridades nunca realizaron una investigación exhaustiva de las causas del accidente y que además se había encontrado con muchas trabas en su investigación (por ejemplo, se le dijo que todos los registros oficiales del accidente se habían destruido en un incendio; los datos de las personas que acompañaban al músico no estaban claros e incluso los datos meteorológicos de ese día permanecían oficialmente como "desconocidos").


Pero existen otras muchas versiones. Testigos de dudosa fiabilidad aseguran conocer las circunstancias exactas de su muerte, afirmando unos que fue apuñalado, otros que alguien le partió el cráneo en una disputa o que incluso murió a consecuencia de los disparos de la Policía Militar norteamericana. En muchos de estos casos, se asegura que el motivo de la supuesta pelea eran las relaciones del músico con el mercado negro y los bajos fondos, que le llevarían a sufrir algún tipo de ajuste de cuentas. También existen los aseguran que Miller era en realidad un contrabandista o un agente nazi, y que por ello huyó rumbo a Alemania, mientras otros afirman que fue capturado por los alemanes, siendo torturado y quedando horriblemente desfigurado.  

Herb Miller,  hermano del músico, por su parte, afirmó en 1983 que el avión despegó pero tuvo que regresar a la media hora, al encontrarse el músico muy enfermo, muriendo en un hospital al día siguiente, aquejado de una enfermedad pulmonar causada por su desmedida adicción al tabaco. Herb Miller pretendía probar su versión con una carta que su hermano le envió en el verano de 1944 en la que decía: "estoy totalmente extenuado, aunque procuro comer bien. Tengo problemas para respirar. Creo que estoy muy enfermo." Siguiendo la versión del hermano del músico, el propio artista habría decidido mantener ocultas las circunstancias de su muerte, al preferir que el mundo creyera que había muerto de una manera heroica, en lugar de fallecer postrado en la cama de un hospital.


En 1984, Fred Shaw, veterano de la Segunda Guerra Mundial, que había servido en la RAF planteó una hipótesis, que a un servidor es la que le parece pueda ser más ajustada a la realidad de lo ocurrido. El 15 de diciembre de 1944, Shaw formaba parte de la tripulación de un bombardero Avro Lancaster, que regresaba de una fallida incursión contra la ciudad alemana de Siegen. En tales supuestos, los bombarderos tenían que deshacerse de las bombas no arrojadas en una zona marítima previamente delimitada, para evitar así que los artefactos estallasen en caso de un aterrizaje forzoso. Cuando estaba cerca de la costa inglesa, el bombardero soltó su carga, incluyendo una enorme bomba Blockbuster  (también llamada "cookie") de 2 toneladas, que estaba diseñada para reventar una manzana de casas y contaba con un detonador barométrico que la hacía estallar poco antes de llegar al suelo). Cuando Shaw se asomó a las ventanillas de las bombardero para poder ver la explosión, pudo ver un Norseman volando más abajo. Instantes después, el artillero de babor le dijo por el intercomunicador: "¿Viste caer ese avión?".

La confusión originada por el estallido de las bombas les hizo dudar de si el aparato había caído al mar, como parecía, o si había seguido su camino. Aunque el incidente fue comentado por las tripulaciones de los aviones que participaron en la misión, no quedó constancia del mismo en ningún informe oficial, y tampoco se les requirió para iniciar ningún tipo indagación sobre la suerte corrida por el Norseman, por lo que el suceso fue olvidado por sus protagonistas.


Pero años más tarde, gracias a una película sobre la vida de Glenn Miller en la que se relataba su accidente sobre el Canal de La Mancha, Shaw recordó el incidente del Norseman, y llegó a la conclusión de que la onda expansiva de la potente explosión de la "cookie" (en la foto de aquí arriba) varios metros por encima de la superficie del mar podría haber derribado el pequeño avión en el que viajaba el músico.

A raíz de esta versión, se efectuó una investigación por el Departamento de Historia Aérea del Ministerio de Defensa Británico, según la cual, el avión de Miller pudo cruzarse con los bombarderos que regresaban de Alemania, puesto que la ruta que presumiblemente debía seguir el Norseman pasaba muy cerca de la zona delimitada para descargar las bombas no lanzadas. El mal tiempo pudo llevar a que, o bien los bombarderos las arrojasen fuera del áera asignada, o bien fuera el avión en el que viajaba el músico el que invadiese la zona. Si ello hubiera ocurrido así, cabe la posibilidad de que las autoridades militares, al tener conocimiento del derribo accidental del aparato por culpa de las propias bombas aliadas - es decir, en un episodio de lo que comúnmente se conoce como "fuego amigo" -, prefirieran mantener oculta la historia para no afectar a la moral de las tropas.


Fuente: 
"Enigmas y Misterios de la Segunda Guerra Mundial" de Jesús Hernández

viernes, 25 de mayo de 2012

Testimonios de la 2ª Guerra Mundial (18)


"Había un Refugio Anderson en el que al parecer había una muchacha. Sus padres habían ido a la calle de al lado a visitar a unos amigos, o parientes o algo asi, y el refugio estaba más o menos cavado y cubierto con tierra. Entré en el refugio y allí estaba la chica, de unos 15 o 16 añios, y tenía la boca llena de tierra. Naturalmente, la cogí de la mano, pues nuestra misión era consolar y estar personas y calmarlas. Se encontraba en un estado lamentable y le limpié la boca; estaba tendida boca arriba y contenía la respiración, casi jadeaba, y un imbécil pasó encima del refugio, cayó arena y fue a parar a la garganta de la muchacha, que me apretó la mano como si acabara de fallecer.  Bueno, sentí el apretón de su mano durante mucho tiempo. Nunca lo he olvidado y todavía lo recuerdo."

Encargado de un refugio antiaéreo en Londres durante el Blitz (7-9-1940 / 16-5-1941)


Fuente: "Un Mundo en Guerra: Historia Oral de la Segunda Guerra Mundial" de Richard Holmes

jueves, 24 de mayo de 2012

La Jinrai Butai ("Trueno Divino")

A pesar de los éxitos iniciales japoneses, tras las derrotas en Midway y Guadalcanal, se hizo evidente que los nipones habían despertado a un gigante dormido - como pensaba el almirante Yamamoto - con un increíble potencial humano, industrial, armamentístico y logístico que le superaba en todos los frentes, y al que, pese a oponer una tenaz, fanática y heroica resistencia, era evidente no podían derrotar. Era obvio que la guerra para Japón estaba perdida, pero los mandamases militares se empeñaron en buscar medidas desesperadas (como los ataques kamikaze y otras acciones suicidas como éstas que os conté por aquí) con las que pretendían cambiar el curso de la contienda.


En el verano de 1944, meses antes de la aparición de las primeras escuadrillas kamikaze, la Marina Imperial Japonesa desarrolló una nueva arma, la Yokosuka MXY-7 Ohka ("Flor de Cerezo"), la primera que demostraba que había aceptado ya como inevitable el empleo masivo de tácticas suicidas. Se trataba de una bomba tripulada, propulsada por cohetes y con una carga explosiva de más de una tonelada, la cual debía ser transportada hasta las proximidades del objetivo por un avión nodriza (el elegido fue el bombardero medio Mitsubishi G4M "Betty"). Una vez lanzada, el piloto la dirigiría hasta estrellarla contra el blanco escogido. Los soldados norteamericanos apodaron a esta bomba volante tripulada por pilotos suicidas, Baka, término japonés que significa "idiota" o "estúpida".


A finales de septiembre de 1944 el diseño estaba completado, y un mes después salían de fábrica las primeras unidades. El reclutamiento de sus futuros pilotos había comenzado en el mes de agosto, cuando se creó una unidad especial: la Jinrai Butai (“Cuerpo del Trueno Divino”). Sus integrantes eran todos voluntarios, en su mayor parte jóvenes reclutas sin experiencia como pilotos. La mayor parte de las prácticas se hacían con cazas Mitsubishi A6M "Zero", en un principio para obtener horas de vuelo, ya que como digo, la gran mayoría no tenían experiencia. Más tarde comenzaron a practicar los picados, también en "Zeros", ascendiendo a gran altitud y descendiendo a mínimo de gas. Para practicar el planeo se diseñó un Ohka biplaza de entrenamiento, el modelo K-1 (que podéis ver en la imagen inferior). Los accidentes eran muy frecuentes, pero la moral era alta.


Mientras tanto, en las Islas Filipinas, había nacido otra “unidad especial”, que aparentemente estaba obteniendo unos resultados espectaculares, la Shimpu Tokkotai (“Cuerpo de Ataque Especial Viento Divino”), más conocida como Kamikaze. En noviembre, el vicealmirante Takijiro Onishi, comandante de la 1ª Flota Aérea de la Armada Imperial nipona, y creador de las primeras escuadrillas kamikaze, pidió a Tokio que le enviasen refuerzos para poder mantener sus ataques suicidas. Los pilotos de la Jinrai Butai habían completado su periodo de adiestramiento y estaban deseando entrar en acción, pero dos desastres inesperados se lo impidieron. El 29 de noviembre el gigantesco portaaviones Shinano fue hundido por el submarino estadounidense USS Archer-Fish, en su primera salida de puerto, tan sólo 9 días después de ser botado. El buque nipón llevaba los 50 primeros Ohkas salidos de la cadena de montaje que iban a ser enviados a las Filipinas. El 17 de diciembre otros 30 Ohkas fueron embarcados en el portaaviones Unryu para ser transportados a Manila, pero 2 días después dicho portaaviones también fue hundido por otro submarino estadounidense, el USS Redfish. Se tardaron dos meses en reponer los Ohkas perdidos, y para entonces los ataques kamikaze habían cesado en las Filipinas (el 5 de enero de 1945 se habían enviado los últimos aviones disponibles en un ataque suicida masivo contra la flota estadounidense en el Golfo de Lingayen).


El vicealmirante Onishi trataba de reorganizar sus escuadrillas kamikaze en Formosa, todavía confiando en que las tácticas suicidas podían dar la vuelta a la desesperada situación militar de Japón. Onishi estaba deseando probar los Ohkas y quiso utilizar algunos en febrero para atacar a los estadounidenses en Iwo Jima, pero no le dieron la oportunidad de hacerlo.Los hombres de la Jinrai Butai fueron integrados en el 721º Kokutai (Grupo Aéreo de la Marina con base en tierra) - en la foto superior - y trasladados a bases aéreas del sur de Japón. Los días 19 y 20 de marzo de 1945, como parte de los preparativos para los desembarcos en Okinawa, la aviación estadounidense realizó una serie de ataques contra las bases aéreas del sur de Japón. Los japoneses enviaron sus aviones de reconocimiento tratando de encontrar los portaaviones desde los que habían despegado los atacantes. La mañana del 21 de marzo un avión descubrió 3 portaaviones estadounidenses, aparentemente navegando en solitario, sin escolta.


El Almirante Matome Ugaki, comandante de la 5ª Flota Aérea, vio una oportunidad de poner a prueba los Ohkas. Había 16 preparados, todos ellos con sus respectivos aviones nodriza (bombarderos medios Mitsubishi G4M “Betty” modificados para el transporte de las bombas-cohete tripuladas, como podéis ver en la fotografía de aquí arriba). Otros dos bombarderos más les acompañarían, sin bombas tripuladas, para ayudarles en la navegación. Los bombarderos cargados con Bakas resultaban muy pesados y lentos, y en consecuencia eran muy vulnerables a los ataques de los cazas enemigos. Necesitaban estar protegidos por una fuerte escolta, pero en esa ocasión, a causa de los últimos ataques aliados a los aeródromos y de la urgencia con la que se preparó la misión, los japoneses tan solo pudieron reunir 55 "Zeros". Era un número claramente insuficiente para un ataque a una fuerza de portaaviones. Ugaki estuvo a punto de cancelar la misión, pero fue la insistencia de las tripulaciones, y especialmente de los pilotos de los Ohkas, la que le decidió a seguir adelante.


El capitán Goro Nonaka tendría el honor de dirigir el primer ataque del "Trueno Divino". A las 11:35 de la mañana del 21 de marzo despegaron los 18 bombarderos, más los 55 cazas de escolta. Sin embargo, 8 cazas Mitsubishi A6M "Zero" tuvieron fallos en el despegue y se vieron obligados a quedarse en la base y otros 17 tuvieron que regresar más tarde por problemas mecánicos. A pesar de ese comienzo tan desalentador, y de que un nuevo avión de reconocimiento informó de que los portaaviones enemigos estaban acompañados de buques de escolta, se habían separado y se alejaban hacia el sudoeste, la misión continuó. Las posibilidades de que el ataque de los Ohkas tuviese éxito habían disminuído enormemente, pero no tuvieron ocasión de comprobarlo. La formación atacante fue descubierta por los radares de los buques norteamericanos y decenas de cazas despegaron de los portaaviones para salir a su encuentro. Los aviones japoneses fueron sorprendidos por el ataque de una formación de cazas Grumman F6F Hellcat. Los cazas japoneses trataron inútilmente de proteger a los pesados bombarderos, que se vieron obligados a desprenderse de sus bombas tripuladas para aligerar peso. Fue un combate caótico que duró apenas 10 minutos, tras el cual, 14 de los "Bettys" fueron derribados rápidamente y de los otros 4 no se volvió a saber nada, después de desaparecer en un banco de nubes perseguidos por los cazas norteamericanos. Tan solo 15 "Zeros", la mayoría dañados, lograron regresar de la misión.


El 1 de abril de 1945 comenzaron los desembarcos estadounidenses en Okinawa. En las semanas siguientes se sucedieron con regularidad ataques suicidas contra la enorme flota estadounidense que se había concentrado ante la isla. La primera misión fue el primer día de la batalla, el 1 de abril. Entre los aviones que participaron en ella había 6 bombarderos con Ohkas del 721º Kokutai. En algunas fuentes se dice que uno de los Ohkas impactó en una de las torres de artillería principales del acorazado USS West Virginia causándole graves daños, aunque en realidad se trató de un avión kamikaze "convencional" y el acorazado siguió operando con normalidad. Los buques de transporte USS Alpine, USS Achernar y USS Tyrrell también fueron alcanzados por kamikazes, pero es poco probable que alguno de ellos fuese un Ohka. Ninguno de los 6 bombarderos "Betty" regresó a su base.


El 12 de abril la Jinrai Butai tuvo una nueva oportunidad de demostrar su valía. Ocho Ohkas participaron en el segundo ataque Kikusui (ataque kamikaze masivo) contra las fuerzas estadounidenses en Okinawa. Junto a ellos otros 80 aviones suicidas y más de 100 cazas de escolta se lanzaron contra la flota estadounidense convergiendo desde distintas direcciones. Seis de los ocho bombarderos lograron soltar sus bombas tripuladas antes de ser derribados. Solo uno regresó a su base y pudo informar del resultado de la misión. Ese día los Ohkas golpearon con una eficacia que nunca volverían a tener. El destructor USS Mannert L. Abele fue alcanzado por un Ohka y se hundió tras partirse en dos. Otro destructor, el USS Stanley, también recibió un impacto directo de un Ohka pero tuvo más suerte. La bomba tripulada se estrelló en su banda de estribor apenas un 1,5 m por encima de la línea de flotación, pero debido a la enorme velocidad de la bomba (900 km/h), la carga explosiva atravesó el casco y estalló fuera del buque, librándolo de un hundimiento seguro. Minutos después, otro Ohka falló por centímetros su impacto, arrancando el mástil con la enseña de la nave, desintegrándose en el mar tras una serie de rebotes en su superficie. Junto con el USS Jeffers, otro destructor que también sufrió impactos de los Ohkas, tuvo que retirarse por los daños sufridos en el ataque. Los japoneses supusieron que la misión había tenido éxito, y desde entonces los Ohkas fueron utilizados regularmente. En realidad habían sido frenados por los destructores de la primera barrera defensiva de la flota. Cuando los estadounidenses mejoraron sus tácticas antikamikaze, a los japoneses les resultó muy difícil incluso golpear a aquellos buques de primera línea.


El resto de ataques realizados el mes de abril fracasaron uno tras otro: el 14 de abril 7 bombarderos del 721º Kokutai atacaron de nuevo a la flota estadounidense en Okinawa. No regresó ninguno, y no hay constancia de que alguno de los Ohkas llegase a ser lanzado. Dos días más tarde, otros 6 "Bettys" repitieron el ataque. Dos regresaron, pero de nuevo los Ohkas no alcanzaron ningún blanco. El 28 de abril, les tocó el turno a otros 4 "Bettys". Solo volvió uno, y una vez más los Ohkas fracasaron en su ataque. El 4 mayo, sin embargo, 7 bombarderos del 721º Kokutai atacaron a la flota estadounidense formando parte del quinto ataque masivo kamikaze. Una bomba tripulada golpeó en el puente del dragaminas USS Shea, causando grandes daños y matando a 35 hombres. La patrullera USS Gayety también fue dañada por la explosión cercana de un Ohka. Uno de los bombarderos logró regresar de la misión. Una semana después se lanzó el sexto ataque Kikusui, en el que intervinieron otros 4 "Bettys" portadores de Ohkas. El destructor USS Hugh W. Hadley fue alcanzado y sufrió daños muy graves. La tripulación logró heroicamente mantenerlo a flote, pero el buque sería considerado irreparable. El 25 de mayo el ataque de otros 11 bombarderos con sus respectivas bombas tripuladas fue interrumpido por el mal tiempo. La mayoría de los aviones optaron por regresar a su base. Los que no lo hicieron desaparecieron sin que conste que llegasen a lanzar sus bombas tripuladas.


Con la Batalla de Okinawa prácticamente perdida la Marina nipona decidió reservar los Ohkas y sus pilotos supervivientes para enfrentarse a los desembarcos en las islas mayores del achipiélago japonés, de manera que la Jinrai Butai fue repartida por varias bases en las islas niponas de Honshu y Shikoku. Una segunda unidad que se estaba formando, llamada Tatsumaki Butai ("Cuerpo del Tornado Divino"), fue disuelta y sus inexpertos pilotos - todavía en fase de adiestramiento - fueron destinados a cubrir las bajas de la Jinrai Butai. Pese a todo, aún habría un último ataque a la flota enemiga en Okinawa, el 22 de junio (el día después del fin de la resistencia japonesa en la isla). De los 6 bombarderos que participaron en el mismo, sólo 2 lograron regresar, sin que ninguna de las bombas tripuladas alcanzaran ningún objetivo.


Fuentes:
http://nonsei2gm.blogspot.com.es/2012/05/trueno-divino.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Yokosuka_MXY7_Ohka

miércoles, 23 de mayo de 2012

Entreteniendo a las Tropas

Durante la Segunda Guerra Mundial, los altos mandos de los distintos ejércitos aliados vieron la necesidad de proporcionar a sus soldados los medios necesarios para que se divirtieran en sus permisos y ratos de descanso, y tratar así que lograran evadirse de las penurias y miserias de la guerra, elevaran su moral y pudieran sentirse, aunque fuera solo por un corto lapso de tiempo, como si estuvieran en casa.


Con ese propósito nació, en febrero de 1941 la USO (United Services Organizations) - hoy conocida como USO Entertainments - cuyo lema precisamente era "el hogar lejos del hogar" ("Home Away from Home"), una organización estadounidense sin ánimo de lucro, que en colaboración con el Departamento de Defensa (que aportaba sus fondos estatales, bienes y servicios), se encargaba de proporcionar entretenimiento a las tropas norteamericanas.  Involucrarse en la USO fue de las muchas maneras en que los ciudadanos norteamericanos se podían unir, personalmente con su trabajo o mediante aportaciones de capitales privados o fundaciones, para apoyar al esfuerzo bélico de la nación. Así, en 1944 contaba con 750.000 voluntarios que regentaban más de 3.000 clubes por todo Estados Unidos y en el extranjero (en sitios tan dispares como iglesias, granjas, graneros, vagones de ferrocaril, clubes de playa, cabañas de madera, etc...) que proporcionaban a las tropas reposo, ocio y espectáculos (unos 700 diarios).


Muchas estrellas de Hollywood como Bing Crosby, Judy Garland, Bette Davis, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Frank Sinatra, Mickey Rooney, James Stewart, Fred Astaire o Gary Cooper, entre otros muchos, trabajaron para la USO ofreciendo divertimento a las tropas destacadas en los diferentes escenarios de la guerra. Así por ejemplo, Bob Hope (en la fotografía de aquí arriba), uno de los artistas más infatigables de la organización con casi 200 participaciones en shows de la USO, comenzó la primera de sus 5 décadas al servicio de la United Services Organizations en 1942, continuando después su labor en otros conflictos como las Guerras de Vietnam o Corea


Marlene Dietrich (en la imagen superior) actuó en lugares como Argelia, Italia, Inglaterra, Francia o cerca del frente en Bélgica en diciembre de 1944, durante la ofensiva alemana de Las Ardenas. La baja más famosa de la USO fue el director de orquesta Glenn Miller (con su banda en la imagen inferior), desaparecido el 15 de diciembre de 1944 en el Canal de La Mancha cuando volaba a Francia donde debía encontrarse con su orquesta. Además de estos artistas famosos, entre 1941 y 1947, más de 7.000 "soldados maquillados" actuaron en casi 430.000 espectáculos para las tropas. 


La equivalente británica fue la ENSA (Entertaiments National Service Association). Al principio, la dudosa calidad de los espectáculos ofrecidos a las tropas hizo que la llamaran jocosamente, jugando con sus siglas "Every Night Something Awful" ("Cada noche algo horrible"). Sin embargo, a finales de noviembre de 1939, la ENSA contaba con unos 700 artistas y había producido casi 1.500 espectáculos que presenciaron unas 600.000 personas. También actuó para las tropas británicas en Francia a partir de 1939. La ENSA fue ampliándose gradualmente ofreciendo espectáculos más refinados; así, su sección de "Good Music" produjo conciertos de Yehudi Menuhin, Sir Adrian Boult y la Orquesta Sinfónica de la BBC.


La ENSA hizo maravillas en sus actuaciones para las tropas en el extranjero, desde el Norte de África a Birmania, a menudo en duras y peligrosas condiciones. Por ejemplo, en la primavera de 1944, Vera Lynn (foto superior), conocida como "the Force's Sweetheart" - algo así como "la novia de los soldados (o de las Fuerzas Armadas)"-, realizó una gira por Birmania y actuó para los soldados británicos en plena selva. La ENSA también siguió a los Aliados en Normandía e incluso dio un concierto de celebración en Lüneburg el 5 de mayo de 1945, cuando las fuerzas alemanas del oeste se rindieron al Mariscal de Campo Montgomery, en el que la iluminación procedía de los faros de 6 jeeps. Se disolvió en 1947. En el momento álgido de la guerra organizaba 500 espectáculos por semana, tanto en territorio local, como en ultramar, lo cual sirvió de escaparate para unos 4.000 artistas.

Fuentes: 
"La Segunda Guerra Mundial" de H.P. Willmott, Robin Cross y Charles Messenger
http://en.wikipedia.org/wiki/United_Service_Organizations

lunes, 21 de mayo de 2012

viernes, 18 de mayo de 2012

Combates Dialécticos(1): De Gaulle Vs Churchill


- De Gaulle: "Ustedes los ingleses solamente luchan por el dinero, deberían aprender de nosotros los franceses, que luchamos por el honor y la dignidad"

- Churchill: "Bueno, cada uno lucha por lo que no tiene"

El N-Stoff

Durante la Segunda Guerra Mundial, los científicos de la Alemania nazi lograron impresionantes avances tecnológicos, como por ejemplo, los primeros cazas a reacción (Messerschmitt Me-262) o los primeros misiles (Cohetes V2), mostrándose en algunos campos muy superiores a los aliados. Por suerte, muchos de ellos llegaron demasiado tarde, cuando los nazis tenían la guerra prácticamente perdida, o bien  no tuvieron tiempo para desarrollarlos y/o mejorarlos.

Otro de esos grandes logros de los científicos alemanes fue una sustancia llamada N-Stoff - algo así como "Material-N", en castellano - , que se trataba de un compuesto químico con un enorme poder destructivo, ya que una vez puesto en ignición no había posibilidad de apagarlo a través de los medios habituales de extinción del fuego. Esa propiedad lo hacía extremadamente peligroso, no sólo para su utilización, sino también para su almacenamiento y manejo.


La existencia del N-Stoff fue un secreto militar durante la guerra y también tras la finalización de la contienda. Las referencias a esta novedosa sustancia eran tan sólo conjeturas y rumores, que la situaban dentro del resto de inventos y avances tecnológicos que formaban parte del grupo de Wunderwaffen (armas maravillosas) que se suponía permitirían al Tercer Reich ganar la Segunda Guerra Mundial. El "Material-N" fue un secreto celosamente en el complejo industrial militar de alto-secreto de Falkenhagen, zona elegida debido a su proximidad a los laboratorios experimentales de la Wehrmacht en Kummersdorf, cerca de Wündsdorf y a 45 kms. de Berlín.

Ese complejo fue construido en 1938, después de una demostración ante Hitler, en la que el fuego producido por ese combustible hizo desaparecer un ladrillo como por arte de magia. En ese momento, el dictador alemán pudo comprobar por sí mismo cómo una vez encedido el N-Stoff, prácticamente nada era capaz de apagarlo. En esas instalaciones de Falkenhagen, se construyó un enorme búnker con su propia línea de ferrocarril, cuya entrada se disimulaba con planchas de acero pintadas de camuflaje, en cuyo interior, desde 1938 se fue depositando el N-Stoff procedente de varias plantas de producción. En dicho complejo también se investigó y se realizaron pruebas con letales gases nerviosos como el sarín o el tabún (y al parecer también se utilizó el búnker para almacenarlos).


Toda la información relativa al "Material-N" permanecería secreta, pero hoy se sabe que era trifluoruro de cloro (CFI3) y que fue descubierto por los científicos O. Ruff y H. Krug en 1930. El CIF3 es un gas licuado comprimido casi incoloro, que desprende un olor dulzón característico. En estado líquido es de color amarillo-verdoso y en estado sólido es blanco. La característica más importante de este compuesto químico es la violencia con la que reacciona, destruyendo al instante la materia orgánica y pudiendo deshacer materiales como el vidrio o el cuarzo. El N-Stoff además puede hacer arder el cemento, el asfalto o los ladrillos, y una sola gota de CIF3 es capaz de encender el papel, la tela o la madera. Además, intentar apagar con agua el fuego producido por el trifluoruro de cloro es totalmente inútil, ya que la sustancia reacciona con virulencia desalojando el agua. Por ello, el único modo de extinguir el fuego provocado por el CIF3 que encontraron los científicos alemanes fue mediante su anegamiento en agua a altísima presión, en un compartimento herméticamente cerrado para el agua no pudiera ser desalojada. 

El N-Stoff también reacciona de modo violento con la arena o el amianto, y algo menos con todos los plásticos, el caucho y las resinas. Sólo es inerte al oxígeno, al nitrógeno, los gases raros y los compuestos fluorinados, pero tales elementos tampoco apagan su combustión. Al entrar en contacto con aleaciones que contienen carbón o silicio hace al CIF3 particularmente peligroso y desprende humos altamente tóxicos en contacto con ácidos. En cambio, en contacto con el hierro y otros metales reacciona formando una película que recubre y protege al metal. Como todos podéis imaginar, el efecto que el N-Stoff puede ocasionar en el ser humano es devastador, pues la inhalación de los gases tóxicos - compuestos de cloro y fluor - que produce tras descomponerse por encima de 220º C, ataca la boca, la nariz y la garganta, con efectos asfixiantes. El contacto con la piel provoca terribles úlceras y quemaduras y causa daños irreversibles en los ojos.


Ante estas peligrosas características del "Material-N", se decidió que su producción y almacenamiento debían ser puestos bajo el control de la rama científica de las SS, y que no fuera usada durante la guerra, excepto como combustible. El N-Stoff fue almacenado en los niveles inferiores del búnker de Falkenhagen, utilizándose para ello pesados recipientes - imagino que de hierro - de 2,5 toneladas que contenían cada uno una tonelada de producto. Los almacenes eran 64 cámaras en cuatro hileras de 16 cada una que tenían una abertura superior para el escape de gases y para poder introducir agua a alta presión si fuera necesario (para ese propósito el complejo de Falkenhagen tenía 4 enormes torres de agua, como la que se observa en la imagen inferior, que podían ser utilizadas en caso de una emergencia). Las compuertas de acceso de las cámaras se cerraban herméticamente. Se cree que el personal destinado a la manipulación del N-Stoff constaba de unos 400 hombres. Se desconoce la producción total de CIF3, pero en el complejo de Falkenhagen se generaban unas 50 toneladas mensuales (cuando estaba capacitado para fabricar unas 500) y esta se reduciría todavía más, hasta unas 10 al mes, deteniéndose definitivamente en otoño de 1944.


De haberse utilizado como arma durante la Segunda Guerra Mundial, el N-Stoff podría haber sido un arma letal y quién sabe si decisiva. Para conocer todo el alcance de su poder destructivo, se llegó a plantear su utilización como combustible de torpedos (al no dejar rastro en el agua), como material explosivo en todo tipo de bombas o en los lanzallamas (en los que hubieran obtenido temperaturas de más de 2.400ºC. Sobre el uso del "Material-N" no se conoce prácticamente nada y todo son especulaciones. Incluso se asegura que se llegó a utilizar de forma experimental contra las defensas de hormigón de la Línea Maginot francesa, y que los resultados fueron tan espectaculares que llegaron a atemorizar a los que asistieron a tales ensayos. En cualquier caso, se hicieron tan evidentes los riesgos de su manipulación y transporte que se intentó reducir al mínimo su uso, y gracias a las estrictas medidas de seguridad que requería el N-Stoff, no se registraron - que se sepa - accidentes durante el proceso de fabricación, transporte y almacenamiento.


A principios de 1945, cuando las tropas del Ejército Rojo se aproximaban inexorablemente a Berlín, las instalaciones de Falkenhagen fueron completamente evacuadas y todo el material de interés fue trasladado al oeste. Los documentos relativos a este complejo acabarían en manos estadounidenses, quienes los mantendrían en secreto. Cuando los rusos ocuparon Falkenhagen ya no encontraron ni rastro de las avanzadas investigaciones que allí se llevaron a cabo, y los soviéticos utilizarían dicho complejo como cuartel  militar hasta noviembre de 1990, cuando iniciaron su desmantelamiento, que finalizaría en 1992. 

Por los documentos en poder de los estadounidenses - que fueron desclasificados tras unas revelaciones hechas por el que fue Ministro de Armamento del Reich, Albert Speer - ahora se sabe que las SS planeaban usar el N-Stoff como combustible de los motores de un cohete de mayores dimensiones que la V-2, y que para esas investigaciones habían construido unas instalaciones específicas en las proximidades del complejo de Falkenhagen. Esos motores llegarían a la fase de prueba, y para la realización de los oportunos ensayos, se construyó un búnker de 15 metros de alto. Los científicos norteamericanos se aprovecharon de los trabajos de los investigadores alemanes, y durante la carrera espacial, la NASA llegaría a utilizar el trifluoruro de cloro como combustible para sus cohetes.


Fuentes:
"100 Historias Secretas de la Segunda Guerra Mundial" de Jesús Hernández
 http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/armamento/n-stoff.html
http://www.pbase.com/jakobe/falkenhagen&page=all

jueves, 17 de mayo de 2012

Testimonios de la 2ª Guerra Mundial (17)


"Los enemigos muertos estaban esparcidos en pilas de cuerpos mutilados, tan penosamente desmembrados, en la mayoría de los casos, que era imposible determinar cuantos eran. Aquí y allá había una pierna o un brazo o una mano arrancada. En un punto, los cuerpos japoneses formaban una escalera humana por encima de la alambrada; cinco enemigos muertos estaban apilados uno encima de otro, a medida que cada uno llegaba al lugar para usar a su predecesor como barricada para luego caer encima de éste cuando lo mataban a él. Mas allá del perímetro, donde un arroyuelo serpeaba en paralelo a este, los japos muertos por la fuerza de miles de proyectiles de mortero yacían con la cabeza oculta - como los avestruces - bajo cualquier protección que podía hallar".

Marine norteamericano describe el resultado de las inútiles cargas banzai de la infantería japonesa en Boungaville (Islas Salomón). Marzo 1944


Fuente: "Se desataron todos los infiernos" de Max Hastings


miércoles, 16 de mayo de 2012

Citas de Cómic (16)

"Nos llevaron a una sala grande y empezaron a gritarnos. Entonces todavía estaba con mi amigo Mandelbaum. Nos quitaron los documentos, la ropa y el cabello. Teníamos frío y estábamos asustados. Teníamos que correr todo el tiempo, como si hiciéramos footing, y así llegamos a la sauna... Aquéllas eran las duchas para los vivos, no las duchas de gas mortal, de las que habíamos oído rumores.

En la nieve, nos tiraron uniformes de prisionero...yo fui afortunado. Todo me iba bastante bien. Sólo la camisa estaba rasgada y me iba demasiado grande. Nos registraron... nos quitaron el nombre, y aquí me pusieron mi número. Había un hedor terrible por todas partes que no se explicar...dulzón... como la goma quemada...y grasiento..."
 
Vladek Spiegelman - "Maus" de Art Spiegelman

martes, 15 de mayo de 2012

El Ataque a la Base Naval de Tarento

El vaivén de los combates en el Norte de Africa solía depender de las posibilidades del transporte de suministros que llevaban los barcos mercantes surcando las peligrosas aguas del Mediterráneo. Las líneas británicas de suministro hacia la zona ya eran largas y peligrosas, navegando con rumbo sur por el Atlántico y cruzando el estrecho de Gibraltar. Pero fue la entrada de Italia en el conflicto la que hizo la situación aún más peligrosa, porque la Regia Marina italiana tenía una flota más potente y numerosa que la que poseía la Royal Navy en el Mediterráneo con base en Alejandría (Egipto).


Superada numéricamente y en armamento, la Flota del Mediterráneo británica a las órdenes del Almirante Andrew Cunningham (en la foto) - junto con la Fuerza H, con base en Gibraltar -, tenía que proteger las vitales líneas de suministro a África, así como apoyar a la asediada base británica de Malta (de vital importancia, pues la pequeña isla estaba a caballo de las líneas de suministros del Eje al Norte de África y era la única base aérea avanzada británica en el Mediterráneo Central). Esta guarnición, con una minúscula fuerza naval y aérea, solía hacer pagar un gran peaje a los buques mercantes del Eje, pero se enfrentaba a un bombardeo constante y a la amenaza de invasión, convirtiéndose la pequeña isla en uno de los puntos focales del conflicto en el Norte de Africa.


Aunque en inferioridad numérica, los británicos superaban notablemente en tecnología a sus enemigos italianos. La Flota del Mediterráneo tenía mejor información, debido a las interceptaciones "Ultra", el uso del radar daba a los británicos una capacidad para el combate nocturno de la que carecían los italianos y los británicos podían contar con la cobertura aérea que podían prestar los portaviones HMS Illustrious (en la imagen superior) y HMS Formidable. Por su parte, los italianos tenían una potente flota formada por 6 acorazados (en la foto de aquí abajo, podéis ver a dos de ellos, el Vittorio Venetto y el Littorio), 18 cruceros, 60 destructores y más de 100 submarinos. La mayoría eran buques modernos, muy veloces, aunque deficientemente armados, pero lo que más le perjudicaba a la Regia Marina era su concepto de estrategia naval que se basaba en la idea de Mussolini de que Italia era un gran portaaviones y por tanto la flota no los necesitaba, pues la aviación basada en tierra podía cumplir el rol de asistir a la flota.


El principal problema de Gran Bretaña al comenzar la guerra era la necesidad de poder mostrar su presencia en sus aguas territoriales, en el Pacífico, en el Índico, en el Atlántico, y en el Mediterráneo. Sin embargo, sus recursos no eran suficientes para tan enorme labor como lo demuestra el hecho que aceptara el traspaso de 50 viejos destructores americanos. Sin embargo, su experiencia naval de siglos, era más que suficiente para actuar de manera adecuada en función de los recursos que tenía, y para Gran Bretaña, perder influencia en el Mediterráneo hubiera tenido resultados catastróficos. Aun siendo un jefe agresivo, Cunningham vio que estaba en inferioridad numérica para tomar la iniciativa. Por eso, en julio de 1940, temeroso de que lo que quedaba de la flota francesa cayera en manos alemanas,  la hundió en Mers el-Kebir.



Después, en noviembre de 1940, la flota mediterránea lanzó un audaz ataque preventivo - con el nombre clave de Operación Judgement -  sobre la principal base italiana, en Tarento, donde se encontraban los 6 acorazados de la marina italiana. La noche del 11 al 12 de noviembre de 1940, después de aplazar la operación dos veces, el portaaviones británico HMS Illustrious  se acercó sigilosamente a una distancia supuestamente segura de la base de la flota italiana (170 millas), para que despegara una escuadrilla de 21 aviones torpederos Fairey Swordfish (en la fotografía sobre este párrafo).


Volando en la oscuridad de la noche, los osados pilotos de los obsoletos biplanos armados con un torpedo de unos 730 kgs, llegaron en dos oleadas: 10 aviones lanzaron bengalas o efectuaron maniobras de distracción para atraer el fuego antiaéreo, mientras los otros 11 restantes lanzaron otros tantos torpedos sobre la flota italiana anclada en Tarento hundiendo un acorazado y causando graves daños a otros dos, así como a dos cruceros más, además de causar 60 muertos y unos 600 heridos. El ataque tomó tan de sorpresa a los italianos, que apenas pudieron derribar a 2 aviones británicos. Evidentemente la base no se hallaba adecuadamente defendida y el "portaaviones italiano" obviamente no funcionó, pues de haber sido alertada a tiempo, la aviación italiana podría muy bien haber derribado a todos los Swordfish.


Las pérdidas sufridas por la Regia Marina fueron el acorazado Conte di Cavour, que fue alcanzado por un torpedo y se hundió en aguas bajas (en la imagen inferior). Además, los acorazados Littorio y Caio Duilio fueron dañados seriamente, así como otros dos cruceros. El Conte di Cavour fue rescatado y remolcado a Trieste el 1 de julio de 1941, pero quedó fuera de combate para el resto de la guerra. Las reparaciones se detuvieron en 1943 debido al cambio político en la guerra y fue barrenado por los propios italianos. Los alemanes lo rescataron pero finalmente fue hundido por los americanos el 15 de febrero de 1945. De los otros dos acorazados, el potente Littorio recibió tres torpedos y fue embarrancado en la playa para evitar su hundimiento. Debió permanecer en reparaciones durante varios meses, hasta agosto de 1941. El Caio Duilio recibió el impacto de un torpedo y estuvo también en reparaciones durante mucho tiempo.


La flota italiana quedó reducida a 3 acorazados en condiciones operativas, Giulio Cesare, Vittorio Veneto y Andrea Doria. El éxito del raid - en el que se inspiró el almirante Yamamoto para planear el ataque a Pearl Harbor - ayudó a enderezar el equilibrio de poder en el Mediterráneo y obligó al resto de la marina italiana a desplazarse a bases más seguras y lejanas de la costa oeste de Italia, quedando los italianos muy reacios a medirse con la Royal Navy, que volvería golpear con dureza a la Regia Marina el 27-28 de marzo de 1941 en la batalla del Cabo Matapán, en la que los italianos perdieron 5 buques (3 cruceros y 2 destructores), resultando gravemente dañado el acorazado Vittorio Veneto, y con el coste de más de 2.300 vidas (por tan sólo 1 torpedero Swordish, 3 muertos y 4 buques levemente dañados por el lado inglés). Tras esta segunda derrota, la flota italiana nunca más se aventuró en aguas del Mediterráneo Oriental, lo que supuso una importante victoria estratégica a los aliados, que ahora podían concentrar la mayoría de sus limitados recursos contra el Afrika Korps.

Fuentes:
"Atlas de la II Guerra Mundial" de David Jordan y Andrew Wiest
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/tarento.html