Sí, vale, lo se. Hoy no es viernes (día que regularmente va destinado a esta sección) pero bueno, me apetece adjuntarles, querido amigos y lectores - en este feliz día en que se ha consumado el milagro de la salvación del Real Zaragoza -, unas cuantas noticias sobre la WW II (además, que coño, el blog es mío y me lo follo cuando quiero...):
--- Gracias al excelente blog de Nonsei he tenido conocimiento de esta increíble noticia, que a continuación reproduzco. El pasado 10 de mayo se supo que un empleado de una empresa petrolífera polaca se topó por casualidad con los restos de un caza británico de la Segunda Guerra Mundial en una remota zona del desierto occidental egipcio, a más de 200 kms de distancia de la población más cercana. El avión, un Kittyhawk (la denominación británica del caza Curtiss P-40), se encontró casi intacto en el mismo lugar en el que se estrelló hace 70 años. La hélice, retorcida, permanecía a unos metros del aparato, y el fuselaje presentaba algunos impactos de bala, pero aparte de eso se ha conservado sorprendentemente bien para el tiempo transcurrido. La mayor parte de los instrumentos de la cabina están en buen estado, e incluso el caza mantiene aún sus armas con la munición. También se han conservado las placas de identificación del avión, lo que ha permitido a los historiadores rastrear su procedencia y reconstruir su historia. Podéis ver más fotos del aparato aquí.
El caza formaba parte de una unidad de la RAF con base en Egipto. Su último vuelo fue en junio de 1942, cuando pilotado por el sargento Dennis Copping, de 24 años de edad, se dirigía de una base aérea egipcia a otra para que le fuesen efectuadas unas reparaciones. Por motivos desconocidos el avión se salió del rumbo y se perdió en el desierto. Nada se supo de él hasta ahora.
Por lo que puede verse en el lugar del accidente, se deduce que el piloto sobrevivió, pues utilizó el paracaídas para hacer un toldo bajo el que refugiarse del sol mientras esperaba el rescate. También había desmontado las baterías y la radio del caza para tratar de hacerla funcionar.
Sin embargo, los restos del piloto no han aparecido y al no hallarse en las proximidades del avión, hay que suponer que cuando perdió la esperanza de que acudiese alguien a rescatarle, decidió abandonar su refugio improvisado y comenzó a andar por el desierto tratando de encontrar una salvación, algo que evidentemente no logró. Según parece la Embajada Británica en Egipto va a iniciar la búsqueda de los restos del piloto, aunque las posibilidades de encontrarlos son más bien remotas. También en Inglaterra se ha comenzado la búsqueda de los familiares del sargento Copping, aunque parece que no existe ningún familiar directo con vida.
Sin embargo, los restos del piloto no han aparecido y al no hallarse en las proximidades del avión, hay que suponer que cuando perdió la esperanza de que acudiese alguien a rescatarle, decidió abandonar su refugio improvisado y comenzó a andar por el desierto tratando de encontrar una salvación, algo que evidentemente no logró. Según parece la Embajada Británica en Egipto va a iniciar la búsqueda de los restos del piloto, aunque las posibilidades de encontrarlos son más bien remotas. También en Inglaterra se ha comenzado la búsqueda de los familiares del sargento Copping, aunque parece que no existe ningún familiar directo con vida.
--- El acorazado USS Iowa será museo naval en California. Unos 25 años más tarde de su retirada del servicio activo, tras años de envejecer en el área de buques de reserva en la Bahía de San Francisco, la nave de la Segunda Guerra Mundial de 270 metros de eslora, se prepara para el que será probablemente su último viaje. No lejos de donde personal femenino construía barcos en el puerto de Richmond en la década de 1940, el buque de 58.000 toneladas está siendo restaurado para ser remolcado el 20 de mayo a través del Golden Gate, y navegar después varios cientos de kilómetros al sur hacia San Pedro en el puerto de Los Ángeles, donde será convertido en un museo naval interactivo. El 1 de mayo, la propiedad del USS Iowa fue oficialmente transferida de la US Navy al Centro de Acorazados del Pacífico, organización sin ánimo de lucro que ha estado restaurando el barco para su nueva misión.
Durante la década pasada, el acorazado, primer buque de su clase, conocido como "The Big Stick" ha permanecido anclado junto con buques de carga en la cercana bahía de Suisun. Esta primavera, los trabajadores comenzaron la limpieza y pintura del exterior del buque reemplazando la cubierta de teca y reimplantando el mástil en preparación para su presentación como museo el 4 de julio.
Jonathan Williams ha sido el supervisor del proyecto, que superará los 4 millones de dólares cuando concluya, quien atribuye a la dedicación personal de los voluntarios, junto con las contribuciones financieras desde el estado de Iowa, el hacer posible la restauración.
"La US Navy, MARAD (Administración Marítima de Estados Unidos) y la tripulación que mantuvo el acorazado en los últimos 22 años hicieron un excelente trabajo preservando el corazón y el alma de Iowa. Las cosas están en camino y estamos cumpliendo el calendario como estaba previsto. Estamos tratando de asegurarnos que nada falle porque el proceso es muy complejo".
Los veloces acorazados de la Clase Iowa, ordenados por la Marina en 1939 y 1940, podían navegar a una velocidad de 33 nudos. El USS Iowa, fue comisionado en 1943 y de nuevo en 1951 y en 1984, sirvió en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Tomó parte en la escolta de petroleros en el Golfo Pérsico durante la guerra Irán-Irak, antes de ser dado de baja en 1990.
Durante la Segunda Guerra Mundial transportó al presidente Franklin D. Roosevelt a través del Atlántico hasta el norte de África para un importante encuentro en 1943 con Churchill y Stalin (por cierto, durante ese viaje estuvo a punto de irse a pique por un torpedo disparado por error por el gafado buque "Willie Dee"). Después fue transferido a la Flota del Pacífico en 1944, donde bombardeó las playas de Kwajalein y Eniwetok antes de los desembarcos anfibios aliados en las Islas Marshall y protegió a portaaviones que operaban en esa zona.
Fue uno de los dos barcos de su clase durante la Segunda Guerra Mundial — y también fue el único que fue equipado con una bañera, instalada para el Presidente Roosevelt -. También sirvió como buque insignia de la Tercera Flota, al mando del Almirante William F. Halsey acompañando al USS Missouri en la ceremonia de rendición japonesa en la Bahía de Tokio.
--- El pasado 9 de mayo se celebró el 67º Aniversario del Día de la Victoria del Ejército Rojo sobre Alemania en 1945 con un espectacular desfile en Moscú en el que participaron 14.000 efectivos militares y más de 100 vehículos de combate.
En la tribuna de honor estuvo presente el presidente ruso, Vladímir Putin, que resaltó que sólo "respetando los tratados internacionales, la soberanía de los estados y su derecho a la libre elección podremos evitar una nueva guerra", concluyendo su discurso diciendo "¡Gloria al pueblo vencedor! ¡Feliz Día de la Gran Victoria! ¡Qué viva Rusia! ¡Hurra!".
--- El reportero de Associated Press, Edward Kennedy, recibió disculpas por haber sido despedido al dar la primicia de la rendición de Alemania. El corresponsal de AP, informó a su agencia un día antes de hacerse pública la noticia, que los alemanes se habían rendido sin condiciones en Reims (Francia). Por ello, Kennedy fue reprendido públicamente por la AP, y luego sin mayor trámite lo despidieron. ¿Por qué? El reportero había desafiado a los censores militares al publicar la historia. Winston Churchill y Harry Truman habían acordado retrasar las noticias de la capitulación por un día, con el fin de permitirle a Stalin organizar una segunda ceremonia de rendición en Berlín. El corresponsal también fue acusado de romper un juramento que él y otros 16 periodistas habían hecho para mantener la rendición en secreto durante un tiempo, como condición para que se les permitiera publicarlas de primera mano.
77 años más tarde, la AP se disculpa ahora por la manera en que la empresa trató al reportero:
"Fue un día terrible para la AP. Todo fue manejado en la peor forma posible", dijo su presidente, Tom Curley, quien dijo además que Kennedy "lo hizo todo bien", rechazando además la idea de que la AP tenía el deber de obedecer la orden de retener la noticia dado que estaba claro que la orden fue dada por razones políticas y no para proteger a las tropas.
"Una vez que la guerra termina, no se puede ocultar una información como esa. El mundo necesita conocerla", dijo. Kennedy, quien murió en un accidente de tráfico en 1963, buscó durante mucho tiempo una reivindicación pública de su antiguo empleador sin conseguirlo. Su hija, Julia Kennedy Cochran (en la imagen inferior), manifestó que estaba "muy contenta" por la disculpa, creyendo
"que hubiera significado mucho para él".
La rendición alemana ocurrió el 7 de mayo de 1945 a las 2:41 am.
Kennedy fue uno de los 17 periodistas designados para presenciar la ceremonia. Él y los demás fueron reunidos a toda prisa por los comandantes militares, y luego obligados, por un general de EE.UU., a guardar el secreto mientras el grupo volaba sobre Francia. Como condición para que se les permita ver la rendición en persona, a los corresponsales se les prohibió informar sobre lo que habían visto hasta que fueran autorizados por el Cuartel General Aliado.
Inicialmente, a los periodistas se le dijo que la noticia debía ser mantenida en secreto sólo durante unas pocas horas. Pero después de la rendición, el tiempo del secreto se extendió otras 36 horas. Kennedy quedó estupefacto:
"lo absurdo de ocultar una noticia de tal magnitud era inconcebible", escribió más tarde.
Sin embargo, en un principio se quedó tranquilo.
Luego, la rendición fue anunciada por las autoridades de Alemania, a través de una emisión de radio en Flensburg, una ciudad ya en manos de los Aliados. Eso significaba que la transmisión había sido autorizada por los censores militares, los mismos que amordazaron a la prensa, por lo que el reportero, furioso, fue a ver al jefe de la censura estadounidense y le dijo que no había manera de que pudiera continuar ocultando la noticia. La promesa estaba rota. El ejército había faltado a su parte del acuerdo, al permitir a los alemanes anunciar la rendición. Y además no había secretos militares en juego.
El censor le indicó que se retirara. Kennedy pensó el asunto durante 15 minutos, y luego actuó.
Usó un teléfono militar, no sometido al control de la censura, para enviar su nota de prensa a la oficina de AP en Londres, que puso la historia en el cable en cuestión de minutos.
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