viernes, 29 de junio de 2012

Noticias sobre la 2ª Guerra Mundial (35)

Vamos con más noticias sobre la WW II. Hoy la cosa viene cargadita:


--- El acorazado italiano "Roma", hundido el 9 de septiembre de 1943, ha sido hallado por un robot submarino, a unas 16 millas (unos 30 kms aproximadamente) al norte de la costa de la isla de Cerdeña y a una profundidad de unos 1.000 metros. El "Roma", orgullo de la Regia Marina, era uno de los más modernos navíos de guerra de la época, con cañones que tenían un alcance de 42,80 kilómetros, mayor aún que el de los cañones de los acorazados japoneses con un alcance de 42 kilómetros. El acorazado había sido botado en junio de 1942, y apenas 15 meses después, fue hundido por aviones alemanes, cuando Italia se rindió a los Aliados después del derrocamiento de Benito Mussolini. En el naufragio murieron 1.352 marineros, entre ellos el comandante de flota, el almirante Carlo Bergamini -, pudiendo salvarse 622 tripulantes del barco.


--- Un equipo de eliminación de explosivos de la Fuerza de Autodefensa de Japón desactivó una granada de mortero estadounidense de cinco pulgadas que había sido encontrada en unas obras en la ciudad de Naha, Oroku (Okinawa). La granada fue descubierta hace semanas por personal de construcción civil, dejando  a los artificieros el decidir cómo manipular adecuadamente el artefacto para la desactivación del fusible y su posterior detonación. Después de la evacuación de unas 350 personas y de 18 empresas dentro de un radio de 106 metros del lugar, el equipo comenzó a trabajar. El monoraíl del ferrocarril urbano de Okinawa se detuvo completamente durante 50 minutos mientras el personal militar trabajaba con el proyectil. Los funcionarios dicen que unos 1.500 pasajeros de ferrocarril fueron afectados por el retraso. La operación de desactivación comenzó a las 10 y duró menos de una hora. 


--- Los planos originales de los puertos artificiales Mulberry que permitieron la invasión aliada de Francia  durante el Desembarco de Normandía, pretenden ser subastados entre 26.000 y 51.000 libras esterlinas, unos 40,000 a 80,000 dólares estadounidenses. Los improvisados muelles prefabricados fueron uno de los mayores logros de la ingeniería militar de todos los tiempos y su desarrollo fue elogiado por Albert Speer, arquitecto de Hitler y Ministro de Armamento y Guerra del Reich, refiriéndolos como "la idea simple de un genio". Los puertos prefabricados fueron remolcados por partes a través del Canal de la Mancha y puestos  en las playas de Normandía, lo que permitió a los aliados desembarcar tropas terrestres, vehículos y equipos en suelo francés sin necesidad de tener que capturar ningún puerto francés. 


Aunque hay varios ingenieros que reclaman la paternidad de la idea de los puertos artificiales, estos planos le pertenecen a Hugh Iorys Hughes. Es muy probable que su hermano el comodoro J. Hallet Hughes, se lo sugiriera a Lord Mountbatten cuando era su Jefe de Estado Mayor. Los planos fueron elaborados dos años antes del Día D, durante un intenso período de siete semanas, desde el 17 de junio al 06 de agosto de 1942. Los nueve planos hechos a lápiz que se subastarán son las copias guardadas por el propio Hughes y fueron descritos por él como "propuesta de muelles de desembarco". Están hechos a una escala de 1:44 y han sido ofrecidos por un coleccionista para subastarlos en Bonhams


--- La reina Isabel II inauguró el pasado 28 de junio, en las inmediaciones del Palacio de Buckingham, un monumento a los más de 55.000 aviadores británicos y aliados muertos que participaron en los bombardeos sobre Alemania y la Europa ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. Un viejo bombardero Avro Lancaster lanzó durante miles de amapolas en honor a los soldados muertos. Entre otros motivos, el monumento muestra la tripulación de un bombardero británico, representada por 7 estatuas de bronce de tamaño natural. En la celebración participaron 5.000 veteranos de guerra, así como el príncipe heredero Carlos y los otros tres hijos de la reina, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo. 


Voces críticas en el Reino Unido y Alemania consideran que resalta demasiado el papel de los aviadores británicos muertos en combate y demasiado poco el de las víctimas civiles en ambos países. En Reino Unido murieron unos 42.000 civiles a consecuencia de las bombas lanzadas por la Alemania nazi durante la guerra. En Alemania murieron hasta 1945 más de medio millón de personas a consecuencia de los bombardeos británicos y estadounidenses. El entonces primer ministro Winston Churchill no incluyó a las tripulaciones de los bombarderos en las condecoraciones impuestas tras la guerra. Los historiadores lo consideraron un reconocimiento a una conducción bélica equivocada. En la Royal Air Force, dicho gesto fue considerado injusto durante décadas. "Si hubieran sido fusilados por la infantería, hubiera sido la mayor atrocidad cometida por el Ejército británico, pero en base a una convención todavía vigente la muerte desde arriba es considerada menos horrible que la muerte horizontal", escribió el periodista de "The Guardian" Rowan Moore en referencia a la muerte de civiles por los bombardeos en muchas ciudades alemanas. 



En la ciudad de Dresde, donde los ataques aéreos británicos desataron en febrero de 1945 un incendio de grandes dimensiones, reina una actitud más bien conciliadora en torno al monumento londinense, después de que la noticia de su construcción fuera acogida con escepticismo en un primer momento. "Cada país y cada ciudad tiene su propia cultura del recuerdo", afirmó la alcaldesa de la ciudad alemana, señalando que en el monumento por lo menos se recuerda en una inscripción a todas las víctimas de la guerra. Con ello, según dijo, se tomaron en serio las reticencias y objeciones de Alemania en torno al monumento. 

Con esto me despido hasta la semana que viene. Buen fin de semana a todos. Ojalá el lunes nos despertemos siendo Campeones de Europa otra vez.  

La Guerra en Imágenes: Bombarderos Pesados Aliados


Tres bombarderos pesados Short 'Stirling' Mk I de la Royal Air Force (RAF) volando en formación sobre la campiña inglesa


Un Short 'Stirling' de la Nº 1651 Heavy Conversion Unit de la RAF recibe su carga de bombas en el aeródromo de Waterbeach, Cambridgeshire (Inglaterra). Abril 1942  


Bombardero pesado Avro 'Lancaster' Mk I del 460º Escuadrón de Bombardeo de la RAF. Fecha desconocida

Formación de tres Avro 'Lancaster' B Mk I del 44º Escuadrón de Bombardeo de la RAF volando entre las nubes. 29 Septiembre 1942


Bombardero pesado Handley Page 'Halifax' B Mk III de la RAF en pleno vuelo. Fecha desconocida 


Handley Page 'Halifax' B Mk III del 462º Escuadrón de Bombardeo de la Royal Australian Air Force (RAAF) en el aeródromo de Foulsham (Inglaterra) a comienzos de 1945.

  

 Bombardero pesado Avro 'Manchester' Mk I del 207º Escuadrón de Bombardeo de la RAF sobrevuela la campiña inglesa. 1940-1941

 
  
Bombardero pesado Boeing B-17 'Flying Fortress' de la United States Air Force (USAAF) en vuelo durante una misión. Septiembre 1943


 Formación de tres Boeing B-17 'Flying Fortress' de la USAAF volando sobre las aguas del mar. 1941-1942
 

Bombardero pesado Consolidated B-24 'Liberator' de la 15ª Fuerza Aérea de EE.UU. lanzando sus bombas sobre las vías de ferrocarril en Muhldorf (Alemania). 19 Marzo 1945


Formación de cuatro Consolidated B-24 'Liberator' del 330º Escuadrón, 93º Grupo de Bombardeo (8ª Fuerza Aérea de los EE.UU.). Diciembre 1942-Junio 1943


 Tres bombarderos pesados Boeing B-29 Superfortress de la USAAF volando en formación, hacia finales de 1943


Otro Boeing B-29 'Superfortress' de la USAAF en pleno vuelo. 1945-1946


Consolidated B-32 'Dominator' de la USAAF en vuelo. Agosto 1943-Junio 1947

jueves, 28 de junio de 2012

Testimonios de la 2ª Guerra Mundial (21)


"Ya no luchábamos por Hitler, el nacionalismo o el Tercer Reich; ni siquiera por nuestras novias o nuestras madres, atrapadas en ciudades devastadas por las bombas. Luchábamos por puro miedo... Luchábamos por nosotros mismos, por no morir en agujeros llenos de lodo y nieve. Luchábamos como ratas"

Soldado veterano de la División Panzer "Grossdeutschland" describiendo la dramática situación de la Wehrmacht ante el imparable avance soviético en el Frente Oriental (enero 1945)

Fuente: 
"Berlín. La Caída: 1945" de Antony Beevor

miércoles, 27 de junio de 2012

Las dos Italias de 1943

La derrota de las fuerzas del Eje en Túnez, en mayo de 1943, y la subsiguiente invasión aliada de Sicilia, en julio, acabaron con la fe del pueblo italiano en Benito Mussolini y su régimen fascista. El apoyo a ambos había ido menguando con los años, y los reveses sufridos en la URSS y el Norte de África por las Fuerzas Armadas Italianas habían desilusionado a la mayoría, salvo a los más fanáticos seguidores de Il Duce. Ahora, ante la perspectiva inminente de una invasión anglo-americana de la península italiana, varias facciones en Roma empezaron a trabajar en el derrocamiento de esa dictadura que llevaba 21 años en el poder. 


El Commando Supremo italiano sabía que los Aliados iban a hacer su siguiente movimiento ofensivo contra Sicilia, Cerdeña o la Grecia continental ocupada, y Mussolini sospechó acertadamente que Sicilia iba a ser finalmente el objetivo del primer intento aliado de capturar territorio europeo en manos del Eje. Las fuerzas del Eje que defendían la isla, nominalmente al mando del general Guzzoni, consistían en unos 230.000 hombres, 40.000 de ellos alemanes; estos tenían unidades de élite como la División Panzer Hermann Göring del general Paul Conrath (en la foto inferior junto al orondo Reichsmarschall), al norte de Gela, y la 15ª División de Granaderos Panzer. La guarnición italiana estaba formada por 4 divisiones de infantería y 7 de infantería de defensa de costa, así como 2 brigadas costeras, con un total de 1.500 piezas de artillería. Los accesos a Sicilia estaban protegidos por la isla de Pantelaria, a medio camino entre las costa norteafricana y la isla italiana, muy fortificada y con una guarnición de 12.000 soldados.


Las divisiones costeras italianas y otras formaciones de infantería tenían muy poco equipo pesado. Un gran número de las fuerzas defensoras era voluntarios de la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale (Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional o MSVN), y muchos eran personal de cierta edad. Los pocos medios acorazados de qeu disponíoan eran carros franceses Renault R-35 y unos cuantos vetustos Renault FT-17, así como un puñado de arcaicos Fiat 3000 italianos. El mejor material se había perdido en Rusia y el Norte de África, y de las fábricas salían muy pocos carros y cañones para sustituirlo. La artillería contracarro era casi inexistente, con sólo un puñado de desfasados cañones de 47 mm que no representaban ningún peligro para los carros M-4 Sherman de los aliados.


La invasión aliada estuvo precedida, el 10 de junio de 1943, por la captura de la isla fortaleza de Pantelaria (Operación Corkscrew); tras su caída, no quedaba ningún otro obstáculo para la invasión principal. La Operación Husky empezó el 10 de julio. Pese al costoso fracaso de una gran parte de las fuerzas aerotransportadas, debida a la inexperiencia del personal de vuelo aliado y a que los paracaidistas fueron tiroteados por la artillería antiaérea de sus propios buques, unos 3.000 barcos desembarcaron 160.000 soldados estadounidenses, británicos y canadienses, así como 600 carros de combate, en las costas del sur y el este de Sicilia. Durante los primeros días de la invasión, las cabezas de playa aliadas fueron objeto de varios contraataques desesperados. El principal de ellos tuvo lugar en la zona de Gela, en el sur, donde había desembarcado la 1ª División de Infantería norteamericana (la "Big Red One") con los Rangers  y elementos de la 2ª División Acorazada (conocida como "Hell on Wheels", "el infierno sobre ruedas"); la fuerza italiana incluía una unidad de vetustos carros de combate, y aunque el ataque fue enérgico, acabó detenido por causa de las muchas bajas sufridas por los italianos, y la División Herman Göring, que sufrió graves pérdidas a causa de la artillería naval de los buques aliados.


Como en todas las campañas que libraron, la capacidad combativa de las fuerzas italianas varió grandemente de una unidad a otra. Por lo general, las divisiones de costa se entregaron sin pegar un tiro, pero la Livorno y la Napoli  pelearon duro durante las acciones iniciales y elementos de otras unidades siguieron luchando junto a los alemanes. Las fuerzas del Eje se retiraron combatiendo hacia Messina; cuando concluyó el repliegue, el 11 de agosto, los italianos habían logrado evacuar 59.000 hombres, 227 vehículos  41 piezas de artillería a la Italia continental a través del estrecho de Messina. La retirada alemana, la Operación Lehrgang, fue también ejecutada brillantemente, pues para el 17 de agosto había conseguida extraer de Sicilia un total de 40.000 hombres, 9.600 vehículos, 47 carros de combate, 94 cañones y 17.000 toneladas de munición.


La derrota en Sicilia fue la puntilla que faltaba para la caída de Mussolini, quien no fue derrocado por sus enemigos de fuera de su gobierno, sino por una conspiración desde su propio partido fascista. Hacía meses que varios grupos de la jerarquía fascista conspiraban contra el dictador, un proceso que culminó en una reunión del Gran Consejo Fascista celebrada el 24 de julio de 1943. Dicho consejo era la mayor autoridad constitucional del Estado, por debajo de Il Duce, pero en la práctica se reunía pocas veces y su función era más bien simbólica. Tras un largo debate, la propuesta del Conde Grandi de desposeer a Mussolini de sus poderes fue secundada por 19 de los 26 miembros del consejo. Irónicamente, tras 21 años de dictadura, Mussolini había sido apartado del poder por votación. Al día siguiente, el dictador italiano presentó su dimisión al rey Víctor Manuel III, que la aceptó y puso a Mussolini bajo arresto. El nuevo gobierno, dirigido por el mariscal Pietro Badoglio - en la imagen inferior, antiguo jefe del Estado Mayor que había dimitido a raíz de las derrotas en Grecia en diciembre de 1940 -, declaró públicamente que iba a continuar la guerra contra los Aliados, pero al mismo tiempo estaba negociando secretamente con británicos y estadounidenses. En agosto, el régimen de Badoglio fue trasladando a Mussolini de un sitio a otro para frustrar cualquier intento de liberarlo, y al final lo confinó en un hotel de montaña en el Gran Sasso, en los Montes Abruzzos, cerca de Roma.


El 8 de septiembre de 1943, Italia se rindió sin condiciones a las potencias aliadas, y las tropas alemanas se apresuraron a tomar el control del país y desarmar sus fuerzas militares. El día 10 ocuparon Roma, y Badoglio y el rey se vieron obligados a huir al sur, a Brindisi, en buques de la Royal Navy. El 12 de septiembre, 90 hombres de una unidad especial de paracaidistas alemanes (2.Fallschirmjägerdivision) y de tropas de montaña de las SS (SS-Jäger-Bataillon 502) mandada por Otto Skorzeny aterrizó en planeadores en el Gran Sasso y liberó a Mussolini (imagen de aquí abajo). Llevado al cuartel general de Hitler, en Rastenburg, el día 15, el desmoralizado ex dictador se dejó convencer para proseguir la guerra contra los Aliados; en sus circunstancias, no tenía demasiadas opciones. El 23 de septiembre fue escoltado de regreso a Italia, donde proclamó la fundación de la República Social Italiana (RSI), con capital en la ciudad de Saló, orillas del lago Garda, en el norte del país. El 13 de octubre, el Reino de Italia declaró la guerra a Alemania.


La firma de un tratado de paz entre el nuevo gobierno italiano y los Aliados fue visto por los alemanes como una gran traición, pero no les pilló totalmente por sorpresa. De hecho, pusieron en práctica planes de contigencia elaborados tiempos atrás para desarmar a las fuerzas italianas y asumir el gobierno en el norte y el centro de Italia, adonde las tropas alemanas se habían ido trasladando en previsión de esa eventualidad. Con 22 divisiones sobre el terreno, los alemanes actuaron de forma rápida y expeditiva para tomar las guarniciones italianas tanto en el país alpino, como en Grecia y Yugoslavia. Si los italianos se resistían, eran aplastados con particular brutalidad: los alemanes estaban convencidos de que, si no daban ejemplo ante el menor atisbo de oposición, podían verse ante una insurrección general.


Algunas unidades italianas resistieron, y miles de soldados perdieron la vida. Uno de los casos más terribles es la masacre de la isla griega de Cefalonia (creo que se cuenta en la novela y película "La Mandolina del Capitán Corelli", y digo creo porque ni he leido la novela ni he visto el film). Las ambigüas instrucciones dadas a las fuerzas italianas por Badoglio cuando anunció el armisticio con los Aliados decían que no debían emprender acciones ofensivas contra los alemanes pero si debían defenderse en caso de ser atacadas, con lo que demostraba no haber entendido la actitud alemana hacia el concepto de guerra total. El comandante de la División Acqui en Cefalonia, el general Antonio Gandin, estaba dispuesto a rendir sus fuerzas a los alemanes, pero no si sus hombres corrían cualquier clase de peligro. Al final, las conversaciones para una rendición pacífica se rompieron y las fuerzas italianas abrieron fuego contra 2 buques de la Kriegsmarine; los alemanes llevaron refuerzos a la isla para someter a los italianos, que se rindieron el 21 de septiembre tras haber combatido bravamente y haber sufrido 1.250 muertos. Unos 4.750 soldados de la división italiana, ya desarmados, fueron asesinados a sangre fría, empezando por los mandos - incluido el propio general Gandin - y continuando por la tropa. Los cerca de 4.000 supervivientes de la guarnición italiana fueron embarcados para ser enviados a campos de trabajo en Alemania, pero los buques dieron con minas y murieron alrededor de 3.000 hombres. En total, estos incidentes costaron la vida a 10.030 soldados de la guarnicion de Cefalonia.


Ejemplos tan brutales como éste permitieron a los alemanes someter a sus antiguos aliados. Alrededor de 615.000 soldados italianos fueron hacinados en vagones de ganado y transportados a centros de trabajo en Alemania. Tanto el trato como las condiciones en aquellos campos fueron realmente malos, y más de 30.000 italianos perecieron durante el cautiverio. Una forma de escapar a las privaciones era presentándose voluntario para el nuevo ejército de la República Social Italiana. Muchos optaron por esa salida: algunos de ellos lo hicieron porque deseaban luchar de nuevo por el fascismo, pero otros lo que buscaban era librarse de las penurias de los campos de internamiento.


Italia se convirtió en un campo de batalla permanente desde los primeros desembarcos aliados en el sur del país, el 3 de septiembre de 1943, hasta la rendición de las fuerzas alemanas, el 29 de abril de 1945. El 10ª y 14ª Ejércitos alemanes del mariscal Albert Kesselring libraron una tenaz y brillante campaña defensiva en una sucesión de líneas montañosas y fluviales, obligando a las fuerzas aliadas a pagar un alto precio por cada metro de terreno que avanzaban. Mientras tanto, los italianos estaban terriblemente divididos. Muchos miles permanecieron leales al gobierno fascista y lucharon en las diversas fuerzas de la República Social Italiana, como el Esercito Nazionale Repubblicano (ENR), la Guardia Nazionale Repubblicana (GNR) o las Brigadas Negras (Brigate Nere), o incluso enrolándose como voluntarios en las Waffen-SS italianas (29. Waffen-Grenadier Division der SS - Italienische Nr.1) . Al mismo tiempo, otros muchos miles pelearon contra ellos, junto a los Aliados en el Esercito Cobelligerante Italiano - el llamado "Ejército del Sur" -, bien en los diversos grupos partisanos que operaban tras las líneas alemanas.  

Fuente:
Osprey: Soldados de la II Guerra Mundial: "El Ejército Italiano en la defensa de Sicilia y la península" de Philip Jowett

martes, 26 de junio de 2012

Combates Dialécticos (3): Keitel Vs von Rundstedt


Mariscal Wilhelm Keitel: "¿Qué se puede hacer?" (en relación al avance de las tropas aliadas hacia el interior de Francia, una vez consolidadas las cabezas de playa en Normandía)

Mariscal Gerd Von Rundstedt: "¡Detener la guerra, idiota!"

Citas de Cómic (17)

"Por eso me da rabia cuando oigo a los míos despreciar a los franceses por cobardes. Hablamos de un pueblo que nunca dejó de luchar contra la ocupación nazi. Puede que su país se hubiese rendido, pero ellos no...

Ví hombres y mujeres, civiles, atacar a divisiones de panzers, sabiendo que sus seres queridos serían asesinados por los nazis en venganza. En un sólo día, 600 hombres, mujeres y niños fueron ejecutados en el pueblo de Oradour-sur-Glane, en represalia por lo que hicieron los Maquis el Día-D: evitar que los tanques llegasen a Normandía. 

¿Has visto alguna vez 600 cadáveres juntos? Claro que sí... pero yo no, hasta entonces... Así que nos enorgullecimos de ayudarles a recuperar París."

Steve Rogers / Capt. América - "Capitán América 1: Otro Tiempo" (Captain America vol. 5: #1 a #7) de Ed Brubaker, Steve Epting y Michael Lark

lunes, 25 de junio de 2012

Los Hermanos Westlake

Las tragedias de los Niland y los Sullivan (que os conté aquí hace tiempo) no fueron las únicas desgracias familiares ocurridas a hermanos que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial. Otra menos conocida, seguramente por tratarse de soldados canadienses en lugar de norteamericanos (y porque su historia, que yo sepa, no ha sido llevada al cine), fue la ocurrida a tres de los cinco hermanos Westlake, de la cual tuve conocimiento a través de un magnífico post del excelente blog Nonsei SGM, gran parte de cuyo contenido reproduzco aquí.


Canadá, aunque seguía siendo un dominio de la Commonwealth, funcionaba ya de hecho como un estado independiente. Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939 su gobierno declaró la guerra a Alemania y envió tropas a las islas británicas para defenderlas de una posible invasión. Poca cosa más podían hacer, ya que en esa época las Fuerzas Armadas Canadienses eran casi inexistentes y necesitaban de un período de movilización, equipación y adiestramiento que les llevaría años. Además, tras la capitulación de Francia, los teatros de operaciones en los que podían intervenir las tropas canadienses eran limitados: no hubo canadienses combatiendo junto a los demás países de la Commonwealth en el Norte de África ni Extremo Oriente (con la excepción de dos batallones que se enviaron para la defensa de Hong Kong). La única acción destacada en la que participaron tropas canadienses en esos primeros años fue el desastroso raid sobre el puerto francés de Dieppe en 1942. Hasta que la guerra llegó de verdad a Europa (con la invasión de Sicilia en 1943) los canadienses no se metieron de lleno en el conflicto. Así que aún pasaron unos años desde que Canadá entró en guerra hasta que el primero de los hermanos Westlake se alistó en las Fuerzas Armadas.


El benjamín de los hermanos, George Westlake (en la foto de la izquierda), fue el primero en hacerlo. Se alistó en el regimiento de los North Nova Scotia Highlanders en julio de 1942, en octubre se casó con su novia Vera, y en el verano siguiente embarcó con su unidad hacia Inglaterra. En agosto de 1942, Thomas Westlake (imagen de la derecha), el mayor de los hermanos, se alistó en los Queen’s Own Rifles of Canada. El tercero y último de los hermanos que ingresó en las Fuerzas Armadas fue Albert Westlake (en la fotografía inferior), quien animado por su hermano Tommy, también se alistó en los Queen’s Own Rifles of Canada en abril de 1943. Aunque compartían regimiento, se habían alistado por separado y fueron destinados a compañías diferentes. Su regimiento también partió a Inglaterra, donde 150.000 soldados canadienses estaban preparándose para el asalto a Europa. Los otros dos hermanos, John y Edward, no se alistaron.


Los dos regimientos en los que estaban destinados los tres hermanos Westlake estaban integrados en la 3ª División de Infantería Canadiense, que en el desembarco de Normandía tendría como objetivo la playa conocida en clave como Juno Beach. Varias semanas antes del Día D los tres hermanos coincidieron en Southampton, donde se concentraron las tropas canadienses que iban a desembarcar en Francia, pero probablemente no llegaron a verse. Los Queen’s Own Rifles de Tommy y Albert formaban parte de la 8ª Brigada de Infantería Canadiense, al mando del general Blackader, que desembarcarían en la primera oleada de asalto en el sector Nan White a partir de las 7:55 del 6 de junio de 1944. Por su parte los North Nova Scotia Highlanders de George estaban integrados en la 9ª Brigada de Infantería Canadiense del general Keller, una fuerza de reserva que tenía previsto desembarcar en el mismo sector, pero varias horas más tarde, concretamente a partir de las 11:40 de la mañana.


No se sabe cómo, el 5 de junio, en el último momento, Albert logró que le trasladasen a la Compañía D, la de Tommy, por lo que los dos hermanos irían juntos a la batalla. Así, al amanecer del 6 de junio de 1944 ambos desembarcaron con su regimiento en Juno Beach. Dentro de la zona asignada a los británico-canadienses ese fue el sector donde los atacantes tuvieron más problemas. El mal estado de la mar hizo que el desembarco comenzase con retraso sobre el horario previsto; la marea ya estaba bastante alta y ocultaba los obstáculos sumergidos, y a pesar del buen trabajo de las unidades de zapadores varias lanchas se hundieron o resultaron dañadas después de chocar contra ellos. Muchos canadienses murieron también a consecuencia de las minas enterradas en la playa. Además el bombardeo naval pasó por encima de las defensas costeras sin destruirlas. Pese a todo, a las 2 horas de iniciados los desembarcos la resistencia enemiga en las playas había cesado totalmente (las fuerzas alemanas que defendían Juno, de la 716ª División de Infantería Alemana, eran tropas de dudosa calidad, formadas en parte por "voluntarios" polacos y rusos).


Cuando desembarcó el tercer hermano, George, al son de las gaitas escocesas de los North Nova Scotia Highlanders, cerca del mediodía, la playa estaba ya mucho más tranquila. El problema que tuvo su brigada fue que se quedó atrapada en un descomunal atasco en las estrechas calles del pueblo de Bernières-sur-Mer que retrasó su avance hacia el interior. Al fin, por la tarde, la brigada logró reorganizarse e iniciar su avance. Después de una serie de escaramuzas y de la captura de varios cañones antitanque y morteros, los  se hicieron fuertes en el sector de Villons-les-Buissons, principalmente en torno al castillo de la localidad, y se prepararon para pasar su primera noche en suelo francés. Ante ellos se encontraban elementos de la 21ª División Panzer.


Mientras tanto, los Queen’s Own Rifles de Tommy y Albert se habían repuesto del castigo sufrido en la playa Juno y habían continuado avanzando hacia el interior. Al llegar la noche se encontraban al sur de la carretera entre Anguerny y Anisy. A pesar de no haber conseguido alcanzar todos sus objetivos previstos, en la noche del 6 de junio los canadienses habían logrado consolidar su cabeza de puente y habían avanzado hasta 6 kilómetros tierra adentro. Esa misma noche la 12ª SS Panzerdivision "Hitlerjugend" recibió orden de dirigirse hacia el sector defendido por la 3ª División de Infantería Canadiense para lanzar un contraataque que empujase a los aliados de vuelta al mar. La "Hitlerjugend" estaba formada por soldados muy jóvenes, reclutados en su mayoría entre los miembros de las Juventudes Hitlerianas. Los canadienses pronto descubrirían que aquellos muchachos eran temibles enemigos: valientes, fanáticos y despiadados.


Al día siguiente los canadienses reanudaron su ofensiva hacia Caen. Los North Nova Scotia Highlanders iban en vanguardia, cubriendo el flanco izquierdo del avance con el apoyo de los tanques de los Sherbrooke Hussars; cuando alcanzaron la población de Authie, quedaron bloqueados por un bombardeo masivo de la artillería alemana. Fue el momento elegido por Kurt "Panzer" Meyer, comandante del 25º Regimiento de Panzergrenadier SS de la "Hitlerjugend", para lanzar el contraataque. Con un fuerte apoyo artillero, dos batallones de granaderos panzer y tres compañías de tanques se lanzaron contra Authie, expulsaron a los canadienses del pueblo y les empujaron hasta las alturas de Les Buissons. La Compañía A de la North Nova Scotia, la de George, se atrincheró en un terreno vallado cerca de Authie, inmovilizada por una lluvia de fuego de artillería y morteros. Acosados por todos lados, resistieron mientras pudieron los repetidos ataques de los tanques y la infantería alemanes, hasta que, hacia las 5 de la tarde, con las municiones agotadas, los supervivientes se vieron obligados a rendirse. George, el pequeño de los hermanos Westlake, murió allí, al parecer en un combate cuerpo a cuerpo. Tenía 23 años.


Probablemente Albert y Tommy nunca llegaron a saber que su hermano George había muerto en combate. El contraataque de la "Hitlerjugend" obligó a los canadienses a retirarse y el norte de Caen quedó en manos alemanas. Comenzaba así la sangrienta Batalla de Caen. En los días siguientes, todos los intentos anglo-canadienses por reabrir el camino hacia la ciudad acabaron en fracaso. El domingo 11 de junio, en una operación planificada apresuradamente y mal preparada, los Queen’s Own Rifles, apoyados por los tanques del 1º Regimiento de Húsares, iniciaron un avance contra Mesnil-Patry, al noroeste de Caen. Los hombres de la Compañía D, la de Tommy y Albert Westlake, abrían la marcha subidos a los Shermans del Escuadrón B del 1º de Húsares. El oficial al mando de los tanques les hizo progresar demasiado rápido, sin preocuparse por mantener la coordinación con las unidades de apoyo. Cuando llegaron a las afueras del pueblo, los canadienses no iban a poder contar con cobertura de la artillería ni ningún tipo de ayuda. Un terrible error, porque gracias a los códigos de radio recuperados de un tanque canadiense destruido el día 9, los alemanes habían podido conocer los planes enemigos.


En Mesnil-Patry les estaban esperando ocultos los panzergrenadiers de la "Hitlerjugend". La emboscada fue casi perfecta. Los alemanes abrieron fuego cuando la columna canadiense atravesaba un campo de trigo y en apenas veinte minutos 19 de los 21 tanques canadienses de la columna fueron destruídos por los cañones antitanque y las armas anticarro ligeras (panzerfaust y panzerschreck). Las tropas de infantería, sorprendidas en campo abierto, fueron acribilladas por las ametralladoras alemanas. La Compañía D de los Queen’s Own Rifles fue aniquilada: 55 hombres resultaron muertos, 44 heridos y 11 prisioneros (incluido el mayor Elliot Dalton, el comandante de la compañía, herido en una pierna). Solo 3 soldados lograron escapar de semejante carnicería. Los del 1º de Húsares, por su parte, tuvieron 59 muertos y 21 heridos.


Los cuerpos de Albert y Thomas Westlake (de 27 y 29 años, respectivamente) fueron encontrados uno junto al otro, al lado de su ametralladora ligera Bren, con una bala en la cabeza cada uno, lo que hace pensar que fueron ejecutados después de rendirse, como muchos otros prisioneros canadienses que cayeron en las garras de los sanguinarios soldados de la división "Hitlerjugend". A este respecto, Antony Beevor afirma en su imprescindible "El Día D. La Batalla de Normandía", que un total de 187 soldados canadienses fueron ejecutados durante los primeros días de la invasión, en su mayoría por los fanáticos miembros de la 12ª División Panzer de la SS. Por ejemplo, Beevor, recoge el testimonio de una ciudadana francesa que descubrió los cadáveres de "unos treinta soldados canadienses, que habían sido masacrados y mutilados por los alemanes" y como los Royal Winnipeg Rifles "comprobaron más tarde que la SS había ejecutado a dieciocho de los suyos, capturados por los alemanes e interrogados en el puesto de mando de Meyer en la abadía de Ardennes". Los canadienses, después, tomarían represalias e igualmente ejecutarían a prisioneros alemanes de la "Hitlerjugend", convirtiéndose como señala el escritor británico "el encarnizamiento entre canadienses y soldados de la Hitlerjugend...en una especie de círculo vicioso a lo largo de toda la batalla de Normandía".


En un plazo de 4 días, los tres hermanos Westlake habían perdido la vida en la lucha por una ciudad francesa de la que seguramente nadie de su familia había oído hablar hasta entonces. Al menos queda el consuelo de que los padres de los hermanos no tuvieron que sufrir el drama de la pérdida de 3 hijos de una sola tacada: el padre había fallecido de un ataque al corazón en 1936, y la madre había sido ingresada en un hospital psiquiátrico en 1933, donde permanecería hasta su muerte en 1945. Por otro lado, Mesnil-Patry no caería en poder de los aliados hasta el 25 de junio, en el transcurso de la Operación Epsom; mientras tanto, Caen, cuya conquista estaba prevista en los planes aliados en el mismo día de los desembarcos, no sería ocupada hasta el 20 de julio, seis semanas después del Día D.

Fuentes:
 http://nonsei2gm.blogspot.com.es/2012/03/los-hermanos-westlake.html
"El Día D. La Batalla de Normandía" de Antony Beevor

viernes, 22 de junio de 2012

Citas Célebres de la 2ª Guerra Mundial (47)



"Me dijo que si fallaba la Operación Overlord, Estados Unidos habría perdido una batalla, pero para los británicos sería el fin de su capacidad militar"

W. Averell Harriman - Embajador de los EE.UU. en la URSS, citando una conversación con Winston Churchill mantenida el 4 de mayo de 1944, previa al Desembarco de Normandía

jueves, 21 de junio de 2012

Reseñas Libros: "Enigmas y Misterios de la Segunda Guerra Mundial"

Durante la 2ª Guerra Mundial se produjeron numerosos hechos aparentemente inexplicables y se crearon cientos de rumores y leyendas que circularon durante años sin saber a ciencia cierta si ocurrieron realmente o no.

El historiador y periodista Jesús Hernández trata en este "Enigmas y Misterios de la Segunda Guerra Mundial" de buscar una explicación histórica a todos aquellos hechos y discernir entre mito y realidad, y lo hace, como suele ser habitual en él, de una manera tan amena y entretenida como rigurosa, atendiendo a los más recientes descubrimientos (provenientes de la desclasificación de documentos secretos) y a todos los puntos de vista, desde la versión oficial a las múltiples teorías, rumores, leyendas e investigaciones paralelas que han venido realizándose a lo largo de los años.


El autor español estructura su libro en seis capítulos. En el primero, "Sucesos inexplicados", se narran algunas historias curiosas, entre las que destacan los rumores de una supuesta invasión frustrada de Inglaterra por parte de los alemanes (que os contaba por aquí, hace unos días), la conocida como "Batalla de Los Angeles", durante la cual la ciudad californiana, en plena psicosis tras el ataque a Pearl Harbor, creyó ser atacada por las fuerzas aéreas japonesas - o por unos extraños artefactos no identificados (foto de aquí arriba) -, llegándose incluso a disparar las baterías antiaéreas, o lo ocurrido el 15 de agosto de 1943 en Milán, durante un bombardeo de la aviación aliada sobre la ciudad italiana, en el transcurso del cual, "La Última Cena" - el famoso mural de Leonardo Da Vinci - sobrevivió milagrosamente al quedar intacta la pared donde está ubicado, pese a ser prácticamente destruida la iglesia de Santa Maria delle Grazie.  


En el segundo capítulo ("Espías enigmáticos"), se cuenta las andanzas de varios misteriosos espías como   la francesa Mathilde Carré (conocida como "la Gata") - una agente doble, que primero engrosó las filas de la resistencia francesa y luego se cambió al bando alemán -, "Cicerón" - el más famoso espía de la guerra, un criado al servicio de la Embajada Británica en Ankara (Turquía), que pasaba secretos a los nazis a cambio de elevadas sumas de dinero - , o Richard Sorge (en la imagen superior) - espía azerbayano de nacionalidad alemana al servicio de la NKVD, que proporcionó información crucial para la victoria de la URSS en la Batalla de Moscú, al confirmar que los japoneses no iban a atacar a los soviéticos, pudiendo de este modo Stalin trasladar varias divisiones siberianas de refresco desde el este del país a la capital -. 


En el tercero que lleva por título "Extrañas Desapariciones", se hace un repaso de las desapariciones misteriosas de personajes como el músico Glenn Miller (de la que también os hablé por estos lares no hace mucho), el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (en la foto de aquí arriba) o el diplomático sueco Raoul Wallenberg , conocido como "el héroe sin armas ni tumba", que en Budapest salvó a miles de judíos de los campos de exterminio entregándoles pasaportes protegidos que los identificaban como ciudadanos suecos - recordemos que el país nórdico era neutral -  en espera de repatriación (es decir, algo similar a lo que hizo el español Angel Sanz Briz). Un auténtico héroe que, sin embargo, fue capturado por los soviéticos acusado de ser espía de los EE.UU, y no se volvió a saber nada más de él (muriendo con toda probabilidad a manos de sus captores). 


En el capítulo 4º, llamado "Barcos Malditos", se narran las historias de los hundimientos del acorazado alemán Tirpitz y del crucero norteamericano USS Indianápolis - muchos de cuyos marineros fueron devorados por cientos de tiburones -, la tragedia del Cap Arcona (buque cargado con 4.500 prisioneros de guerra e internos de campos de concentración alemanes que fue bombardeado por los aliados en las postrimerías de la guerra), la extraña historia del submarino estadounidense USS Tang, hundido al parecer por un torpedo defectuoso lanzado por él mismo o la aventura del acorazado de bolsillo alemán Admiral Graf Spee, que hacía labores de corsario, hundiendo buques mercantes aliados, y que fue sometido a una intensa persecución por parte de los británicos que le tendieron una trampa en la conocida como Batalla del Río de la Plata, que terminó con el hundimiento del buque (foto de arriba) tras ser volado por su propio capitán (que posteriormente se suicidó).


Por último, en "Muertes Misteriosas", el capítulo 5º Hernández trata de encontrar una explicación lógica y razonable al misterio que encierran las muertes de personajes como el actor Leslie Howard, el militar polaco Sikorski (imagen superior) o  jerarcas nazis como Martin Bormann, Hermann Goering o el propio Hitler; y en "Mitos e Historias Fantásticas", el último capítulo del libro, el escritor español aborda los mitos relacionados con la contienda de corte más fantástico y sobrenatural, como los Foo Fighters, el conocido como Experimento Filadelfia o los extraños sucesos acaecidos en el Triángulo de las Bermudas.

El texto es de sencilla comprensión, de divulgación histórica pero sin exceso de erudición ni avalancha de citas, notas al pie o referencias bibliográficas. Es decir, servirá al lector para conocer los hechos, pero tampoco con excesiva profundidad, debido a la propia concepción de la obra, pero a buen seguro, le provocará la curiosidad para conocer más detalles de las historias que cuenta. En mi caso, algunas de las historias me eran más o menos conocidas, pero ello no me ha impedido disfrutar de la obra, y como siempre, el bueno de Jesús, me ha dado a conocer hechos, teorías y anécdotas interesantes y de los que hasta ahora no tenía conocimiento.  En resumen, considero que es una lectura muy interesante, que creo que gustará por igual, tanto a los aficionados a la II Guerra Mundial, como al lector neófito en el tema.