domingo, 3 de junio de 2012

Noticias sobre la 2ª Guerra Mundial (33)

Esta sección lleva ya bastante tiempo haciendo novillos. Hora de remediarlo. Aquí os dejo unas cuantas noticias sobre la Segunda Guerra Mundial aparecidas últimamente en la prensa:

--- Harry Truman, el presidente número 33 de los Estados Unidos, quien ordenó el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, murió hace ya 40 años, pero según leí la semana pasada, parece ser que dejó una deuda que contrajo en vida y que no se ha pagado hasta ahora. Se trataba de una deuda de 7,50 dólares que contrajó con el chaval que le repartía el periódico a diario en su residencia de Missouri. Ese joven, George Lund, tiene ahora 80 años, y nunca llegó a cobrar la entrega diaria, durante seis meses, del periódico "The Independence Examiner", en la residencia familiar del presidente estadounidense, en el número 219 de la calle North Delaware, en la localidad de Independence, Missouri.


El 23 de mayo, sin embargo, el Instituto de la Biblioteca Truman, dedicado a preservar el legado de ese presidente, le hizo entrega formal de 56,63 dólares, la cantidad original adeudada, más los intereses acumulados a lo largo de estos 65 años. "Estoy seguro de que el presidente Truman no evitó el pago. Tenía muchos problemas de los que ocuparse, muchos asuntos en la cabeza. Era un hombre excelente y el hecho de que no pagara fue seguramente un descuido. Nunca pensé que se me pagaría esa deuda, y la verdad es que no le he dado mucha importancia. Hasta ahora ha sido una anécdota interesante que contar”, aseguró Lund.

La deuda se contrajo en 1947, cuando Lund tenía 15 años y Truman era presidente de la nación. A la esposa del presidente le gustaba recibir el diario frente a la puerta de entrada de la casa, en el porche. A veces, el Servicio Secreto le prohibía al repartidor acercarse a la residencia, y le cogía el periódico de las manos para entregárselo al presidente. El joven repartidor reclamó el pago en alguna ocasión, cuando se le permitía acercarse a la puerta de la casa, pero nunca obtuvo respuesta. "A veces el presidente estaba en Washington", asegura. "Al fin y al cabo, su trabajo estaba allí". La existencia de esa deuda se conoció hace un año, y en ese espacio de tiempo, el Instituto de la Biblioteca Truman ha estado revisando sus documentos, intentando encontrar pruebas de ella, como un recibo o una carta. En su archivo no se ha encontrado nada, pero los gerentes del instituto han decidido efectuar el pago, confiando plenamente en la palabra de Lund, que después de repartir periódicos se dedicó a la arquitectura. El repartidor ha donado los 56,63 dólares recibidos a la fundación Quilts of Valoruna organización caritativa que fabrica edredones y los regala a los veteranos de guerra.


El Examiner era el diario de referencia de la localidad de Independence, hogar de los Truman. En sus páginas se contó su boda con Bess, en junio de 1919. A través de ellas se informó de su ascenso, de dueño de una mercería a senador, de senador a vicepresidente y de allí, tras la muerte de Franklin D. Roosevelt, a líder del país. Truman siempre le dio trato de favor a los reporteros del diario y le llegó a dar exclusivas a Sue Gentry, una periodista local que, en una ocasión, durante una visita a la Casa Blanca, llegó a escribir la noticia de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial en la máquina de escribir del propio presidente.

--- El caso de Klaas Carel Faber ha causado décadas de tensiones entre las autoridades judiciales de Alemania y Países BajosFaber nació en Harlem, Países Bajos, en 1922. Su padre militaba en el partido nazi holandés NSB y murió tiroteado por la Resistencia antinazi holandesa en 1944. Klaas y su hermano Pieter, que también militaban en el NSB y se habían integrado en las SS tras la ocupación alemana, fueron destinados a Groningen, donde los nazis mantenían un reputado centro de detención y tortura. Los hermanos Faber participaron en diversas ejecuciones y asesinatos de judíos y de militantes antifascistas. El 19 de septiembre de 1944, las SS de la zona asesinó a 5 hombres con sendos disparos en la cabeza en un bosque cercano a la frontera con Alemania. En octubre mataron a otros 6, meses más tarde a 11. Klaas solo reconoció haber disparado contra estos últimos. En el juicio que terminó con su doble condena a muerte, Piet asumió los 22 crímenes y trató de exculpar a su hermano, dos años más joven. Pieter fue ejecutado, pero gracias a su autoinculpación Klaas salvó la vida y acabó en la cárcel de Breda. De allí escapó en 1952 junto a otros condenados nazis. Un policía de fronteras alemán, excamarada de la SS, les ayudó a pasar a Alemania.


Como voluntario de las SS, Faber había obtenido la nacionalidad alemana gracias al llamado Decreto del Führer de 1943: una ley dictada personalmente por Adolf Hitler permitió a Faber burlar la ley de su país y vivir tranquilamente en Baviera. Alemania no extradita a sus ciudadanos aunque hayan sido condenados. Durante años, la impunidad de Faber ha sido una piedra de escándalo en la judicatura alemana. En 1957, la Fiscalía de Düsseldorf abrió diligencias contra él, pero los jueces holandeses se negaron a facilitar las pruebas. El tribunal aplicó el principio de presunción de inocencia. Tras vivir en la región renana durante nueve años, se mudó a la ciudad bávara de Ingolstadt, donde vivió, trabajó hasta su jubilación y murió el pasado jueves 24 de mayo a los 90 años.

---La resistencia noruega contra la ocupación nazi fue mucho más que los Héroes de Telemark, cuya gran aventura del sabotaje de la planta de agua pesada de Vemork, en Rjukan, ha capitalizado nuestro imaginario al respecto, sobre todo gracias al cine. De hecho, el personaje más relevante de la lucha clandestina frente a los alemanes y los colaboracionistas no es Kirk Douglas, como algunos podrían pensar, sino el legendario Gunnar Sonsteby, el hombre más condecorado de la resistencia y autor del gran libro de memorias de esa lucha (junto con el conmovedor diario de Petter Moen), "Informe de: Nº 24. Sonsteby", que era su número de agente en el Special Operations Executive (SOE) británico, que le reclutó durante la II Guerra Mundial, y con el apodo de Kjakan (barbilla), por su notable mentón, trajo de cabeza a la Gestapo debido a su capacidad camaleónica para cambiar de identidad (tuvo más de 30: en una ocasión, durante la guerra, el propio Rey Haakon VI le preguntó en Londres: “¿Cuál es su nombre hoy?”).


Tipo con nervios de acero, valiente donde los haya, participó en arriesgadas y espectaculares acciones que le convirtieron en uno de los hombres más buscados de Noruega. Una reciente investigación lo situaba el cuarto en la lista de los mejores agentes y espías de todos los tiempos. Los últimos meses de la ocupación los pasó llevando granadas de mano encima todo el tiempo, dispuesto a volarse con ellas si los nazis lo capturaban, para eludir la tortura. “Nunca tuve miedo, pero no creo que fuera porque era duro, sino porque no esperaba sobrevivir”, dijo en una ocasión.


Fallecido el pasado 10 de mayo a los 94 años, Sonsteby había nacido en 1918 en Rjukan, y cuando los alemanes invadieron su país, en 1940, se encontraba estudiando en Oslo y trabajando en un taller de motocicletas. Encontró humillante la experiencia de la ocupación y ese sentimiento le llevó a involucrarse en la incipiente resistencia, entorno en el que conoció a otro de los grandes personajes de la lucha por la libertad noruega, Max Manus, con el que participó en las acciones clandestinas del llamado Oslo Gang. Centrado en labores de inteligencia, Sonsteby fue enviado a Gran Bretaña en el Shetland Bus —la flota clandestina de pequeños pesqueros— para recibir entrenamiento especializado a manos del SOE en los durísimos campamentos de la organización en Escocia, e ingresó en la célebre Compañía Independiente Noruega 1, NORIC 1 o Compañía Linge. De vuelta en Oslo tras ser lanzado en paracaídas, se convirtió en una figura clave que mantenía contacto con diferentes grupos de resistencia y sabotaje, civiles y militares, como el Milorg, y servía de enlace con el exterior.

Entre las operaciones en las que intervino se cuentan atentados contra fábricas de municiones y transportes militares, la destrucción de 44 aviones de la Luftwaffe en la base de Bjolsen y la espectacular voladura de la Oficina de Trabajo en Oslo para evitar el reclutamiento de noruegos como soldados del III Reich destinados al Frente del Este. Sonsteby y los suyos robaron también 75.000 libretas de racionamiento, impidiendo a las autoridades nazis el control de la población. Acabó la guerra con el rango de capitán, fue jefe de la escolta del rey Haakon y, tras retirarse del Ejército, estudió en Harvard y se convirtió en próspero hombre de negocios.


El resistente guardó la memoria de aquellos años difíciles en los que una de cada ocho personas en territorio noruego era un soldado alemán, y puso especial empeño en explicar la historia de la resistencia a los jóvenes. En 2001 participó en la campaña para impedir que se le diera a una calle de Oslo el nombre del novelista Knut Hamsun, notable filonazi. Muy respetado y apreciado en su país, Sonsteby, al que se podía ver en el Museo Militar del Castillo de Akershus, donde ayudaba a ordenar la estupenda colección dedicada a la Segunda Guerra Mundial, estaba en posesión de numerosas condecoraciones noruegas y extranjeras, especialmente la Cruz de Guerra con tres espadas (ha sido el único en recibirla), la Orden de San Olav, la Orden de Servicios Distinguidos (DSO) británica y la Medalla de Operaciones Especiales de Estados Unidos

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