jueves, 14 de junio de 2012

Las Fuerzas Especiales de Desembarco de la Armada Japonesa (Tokubetsu Rikusentai)

Durante la guerra contra Rusia (1904-1905), los japoneses utilizaron por primera vez en sus buques de guerra pequeños destacamentos de tropas navales que podían ser desplegados con armas ligeras para hacer tareas de control de las costas y de combate. Aquellas tropas navales podían ser transportadas con rapidez por barcos hasta los lugares conflictivos como puntas de lanza de posteriores operaciones militares de mayor envergadura. Ese fue el comienzo de las Fuerzas Especiales de Desembarco de la Armada (en adelante FEDA) o Tokubetsu Rikusentai.


El 28 de febrero de 1932 una fuerza de 2.000 soldados de la Tokubetsu Rikusentai tuvo su primer enfrentamiento con tropas chinas en lo que los japoneses llaman "el incidente de Sanghai". Tras su bautismo de fuego, comenzaron a tomar la forma de una fuerza de élite a cuyas unidades se asignaban las tareas más difíciles. Las cuatro principales bases navales de Japón - Kure, Maizuru, Sasebo y Yokosuka - crearon unidades FEDA que recibieron instrucción especial, incluidos el uso de artillería ligera y las operaciones anfibias de desembarco. El primer choque a gran escala en que intervinieron tuvo lugar en la Segunda Guerra Chino-Japonesa, concretamente en Sanghai, el 13 de agosto de 1937, donde 2 divisiones chinas intentaron echar de la Concesión Internacional a 2.000 soldados de las FEDA y 1.300 hombres más de la Armada Imperial. Aunque superados numéricamente en una proporción de 7 a 1, los nipones resistieron.


Las Tokubetsu Rikusentai fueron reestructuradas en unidades de 750 a 1500 hombres con dos compañías de fusileros y una o dos con armamento pesado (morteros, ametralladoras pesadas, ametralladoras antiaéreas ligeras o cañones ligeros de campaña). Esas compañías se conformaban con un número menor de efectivos, comparadas con las fuerzas regulares del ejército, pero fueron entrenadas para combatir independientemente si fuera necesario y en muchos casos sin esperar ayuda de ningún tipo. Al momento de declarar la guerra a los EE.UU, el país nipón tenía 16 unidades de las FEDA. La mayor de ellas, con un total de 1.600 hombres, era la 1ª Sasebo Rikusentai, seguida por la 2ª Sasebo Rikusentai, con 1.400 hombres, y las  y 2ª Kure Rikusentai, que también contaban ambas con 1.400 efectivos. Cada una de las 12 unidades restantes disponían entre 750 y 1.000 hombres. Además, había 2 unidades de paracaidistas especialmente entrenados, la y 3ª Yokosuka Rikusentai, con cerca de 750 soldados cada una de ellas.


Durante la Segunda Guerra Mundial, las unidades de las Fuerzas Especiales de Desembarco de la Armada Imperial consiguieron una reputación desmesurada para su pequeño tamaño. Las fuerzas aliadas se refieron erróneamente a ellas como "marines japoneses" pero técnicamente no había comparación posible con el U.S. Marine Corps, que era independiente del Ejército y de la Armada estadounidenses, y sus divisiones estaban entrenadas y equipadas específicamente para establecer cabezas de playa en desembarcos anfibios antes de la llegada del Ejército. Las Tokubetsu Rikusentai no eran un cuerpo independiente - eran marineros bajo el mando de oficiales de la Armada Imperial - y, como se ha indicado, los efectivos humanos de una unidad solían aproximarse a los 2 batallones como mucho.


Por causa de las discrepancias políticas y de un acusado complejo de superioridad, la Armada y el Ejército de Japón rara vez colaboraban, una situación que a menudo llevaba a una innecesaria e ineficiente duplicación de los esfuerzos y los gastos, así como a una deficiente coordinación operacional. Eso hizo que fuera de la mayor importancia que la Marina Imperial contase con su propio contigente de tropas de infantería para acompañar a sus buques en las misiones remotas. Con sus propias tropas, los comandantes navales, podían, en teoría, vigilar sus fondeaderos y también tener control sobre la situación local sin tener que estar bajo el mando de sus compañeros rivales del Ejército Imperial.


Cuando comenzó la Guerra del Pacífico, las FEDA participaron en la invasión de las Islas Filipinas. Las incursiones aéreas japonesas dejaron fuera de servicio los aeródromos claves y pillaron totalmente desprevenidas a las guarniciones filipinas y estadounidenses. La 1ª Kure Rikusentai desembarcó en Legazpi, en la isla de Luzón, el 12 de diciembre de 1941 con 575 hombres - un modesto desembarco que en ese momento mereció la consideración de gran operación-. La 2ª Kure Rikusentai desembarcó en Mindanao el día 20. Enfrentados a una resistencia débil y desorganizada, los hombres de las FEDA sufrieron pocas bajas.


La Batalla por la isla Wake se convirtió en una empresa formidable cuando la pequeña guarnición de Marines estadounidense destacada en la isla, ampliamente superada en número, presentó una tenaz y enconada resistencia, rechazando un primer intento de desembarco de la Maizuru Rikusentai  el día 11 de diciembre de 1941 (lo que fue aprovechado al máximo, propagandísticamente hablando, por los norteamericanos con el famoso "Send us more japs!"); el 23 de diciembre, los nipones lo volvieron a intentar, esta vez reforzados con unidades del Ejército  y asaltaron las costas meridionales de las islas Wake y Wilkes a las 02,35 horas. En una dudosa victoria para la Maizuru Rikusentai, la guarnición estadounidense se vio obligada a rendirse a las 08.00 horas.


La primera utilización de los paracaidistas de la Armada Imperial tuvo lugar el 11 de enero de 1942, cuando la 1ª Yokosuka Rikusentai  del comandante  Toyaki Horiuchi, fue lanzada para tomar el aeródromo holandés de Langoan, en las afueras de la ciudad de Manado, en la isla Célebes (la actual Sulawesi, ahora territorio de Indonesia, entonces Indias Orientales Holandesas). El asalto desde el aire efectuado por unos 430 hombres fue precedido por desembarcos anfibios de las y 2ª Sasebo, con 2.500 hombres en total, bajo el mando del capitán Kunizo Mori.  En Manado se les enfrentó una fuerza de cerca de 1.500 soldados holandeses y locales, la mayoría de ellos reservistas y milicianos. Los paracaidistas saltaron directamente sobre el defendido aeródromo de Langoan y sufrieron bajas (32 muertos y 32 heridos), pero la operación combinada de fuerzas aerotransportadas y anfibios logró una rápida victoria.


El 20 de febrero de 1942 los paracaidistas de la 3ª Yokosuka Rikusentai (teniente comandante Fukumi) fracasaron en una operación contra el aeródromo de Penfui en Timor Occidental, una zona controlada por una fuerza holandesa-australiana de unos 1.600 hombres. Simultáneamente, el 228º Regimiento de Infantería del ejército y la 1ª Kure Rikusentai  desembarcaron a unos 15 kms hacia el sur con 4.600 efectivos. Para evitar volver a sufrir muchas bajas como en Langoan, donde los paracaidistas habían saltado directamente sobre las defensas, los cerca de 630 paracaidistas de la 3ª Yokosuka fueron lanzados en una zona a 15 kms de su objetivo - demasiado lejos para que pudiesen avanzar rápidamente a través de la espesa jungla -. Quedaron detenidos en la única carretera por la resuelta resistencia enemiga y allí murieron 36 y otros 24 fueron heridos; y para cuando consiguieron llegar a su objetivo, el 22 de febrero, ya había sido tomado por la fuerza anfibia de la 1ª Kure. Aunque la Armada Imperial planeó otras operaciones con tropas aerotransportadas, ninguna fue puesta en práctica, y en diciembre de 1942, la y 3ª Yokosuka fueron enviadas a Japón y su personal fue absorbido por una 1ª Yokosuka Rikusentai reorganizada y más convencional.


Entre otras acciones ofensivas en que participaron las FEDA, la 3ª Yokosuka desembarcó en abril en 1942 en la isla de Tulagi, en las Islas Salomón, para establecer una base para hidroaviones, pero los Marines de EE.UU. liberaron la isla el 7 de agosto de 1942 al comienzo de la campaña de Guadalcanal, en la que lucharon otras tropas de las FEDA. Los soldados de las Tokubetsu Rikusentai fueron enviados a combatir en otros lugares de las Salomón y de Nueva Guinea durante 1942, pero las desastrosas pérdidas sufridas por la Armada Imperical en la Batalla de Midway en el mes de junio ya habían empezado a limitar la capacidad de Japón de maniobrar con libertad en las enormes distancias que separaban sus posiciones avanzadas en las islas. A medida que las pérdidas de la Armada Imperial frente a las fuerzas navales y aéreas aliadas iban en aumento, las Tokubetsu Rikusentai fueron perdiendo eficacia para su pretendida función; sin superioridad naval no era posible organizar operaciones de desembarco enérgicas y gran escala.


A partir de ese momento, las Tokubetsu Rikusentai se vieron limitadas a funciones de defensa de las islas ya ocupadas por Japón, y en tales combates aquellas pequeñas unidades carecían de la fuerza necesaria para ser efectivas por altas que fuesen su moral y determinación. Los encarnizados combates en la jungla, las enfermedades tropicales y el bloqueo que mantenían los Aliados sobre sus líneas de aprovisionamiento (que provocó auténticas situaciones de hambre y desabastecimiento de todo tipo de cosas) continuaron minando las fuerzas de las dispersas guarniciones. Al menos 4 de las principales unidades de las Tokubetsu Rikusentai fueron disueltas en 1942 ( y 2ª Kure, y la y 2ª Sasebo).


El último golpe real asestado por las FEDA tuvo lugar durante la Batalla de Tarawa, en las Islas Gilbert, entre el 20 y el 23 de noviembre de 1943. Allí, unos 1.500 hombres  de la 7ª Sasebo lucharon codo con codo con 1.100 marineros de la 3ª Fuerza Especial de Bases (antes 6ª Yokosuka) para defender sus posiciones principales en el atolón de Betio y en los islotes circundantes de los desembarcos de la 2ª División de Marines estadounidense. Aquel fue el primer gran asalto anfibio lanzado por EE.UU. contra una isla ocupada por japoneses, en el cual se pusieron a prueba nuevos equipos y tácticas. Cuando consiguieron tomar el atolón, 3 días más tarde, cerca de 1.000 Marines norteamericanos habían muerto o desaparecido (o murieron después de sus heridas) y otros 2.300 más habían resultado heridos. Sólo 17 hombres de la guarnición japonesa fueron capturados con vida (el resto murió en combate o decidió suicidarse como los soldados de la imagen inferior).


Un buen número de guarniciones japonesas fueron ignoradas y quedaron abandonadas a su suerte en islas a medida que la máquina de guerra estadounidense barría el Pacífico sin pausa en dirección a las islas del archipiélago japonés. Las unidades de las Tokubetsu Rikusentai destinadas en Saipan, Iwo Jima y Okinawa fueron masacradas a largo de 1944 y1945. Para ese momento ya no había clase alguna de tropas de élite japonesas, por falta de instrucción, mando, equipos y moral. Muy pocos de sus veteranos vivieron para llegar a ver el final de la guerra.


Fuente: 
Osprey: Soldados de la II Guerra Mundial: "Las Fuerzas Japonesas de Desembarco" de Gary Nila y Robert A. Rolfe
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/fuerzas-armadas-JAP/tokubetsu-rikusentai.html

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