lunes, 22 de octubre de 2012

La Batalla de Leros

Leros es una pequeña isla griega de 53 km2, situada en el Mar Egeo y que forma parte del Archipiélago del Dodecaneso. En el mes de septiembre de 1943 había en la isla una guarnición formada por unos 8.000 soldados italianos pertenecientes a las tres armas: marineros de la Regia Marina - unos 2.000 que trabajaban en los talleres y servicios de la base naval - aviadores y soldados del 10º Regimiento de Infantería de la 50ª División Regina. La isla había sido ocupada por los italianos en mayo de 1912 durante la Guerra Italo-turca, quedando desde entonces bajo el dominio de Italia desde hacia casi 30 años.


Después del armisticio de Italia con los aliados del 8 de septiembre de 1943, la isla era un peligro potencial para los alemanes porque podía servir como base aérea para que los bombarderos aliados realizaran incursiones sobre los pozos petrolíferos de Rumanía. La isla de Rodas, sede del mando de la Regia Marina en el Egeo (almirante Inigo Campioni) capituló el día 12 de septiembre y cuando la noticia llego a Leros, el capitán de navío Luigi Mascherpa (en la fotografía de aquí abajo), asumió por propia iniciativa el título de almirante jefe de la marina italiana en el Egeo. El 13 de septiembre los alemanes ofrecieron, por radio, a las demás islas condiciones para una rendición honrosa. Mascherpa rehusó y se preparó para la defensa. Mientras tanto, ese mismo día llegó a Leros una misión británica, con un mensaje de Henry Maitland Wilson, comandante en jefe aliado para el Oriente Medio, en el que se informaba al almirante italiano que los aliados contaban con la guarnición italiana para la defensa de la isla contra eventuales intentos alemanes de desembarco, y se prometía como ayuda el envío de tropas y material. De este modo, los días 16, 17 y 20 de septiembre casi un millar de soldados británicos, a las órdenes del mayor general F.G.R. Brittorous, desembarcaron en Leros y establecido su puesto de mando en Alinda,  en la zona central de la isla.


Previamente, el 14 de septiembre, en una comunicación al comandante de las fuerzas navales alemanas del Sudeste, almirante Kurt Fricke, el comandante del Egeo, almirante Werner Lange, había anunciado que "la seria situación de Corfú y Cefalonia requiere la concentración de medios para actuar en Grecia Occidental. Todas las fuerzas navales disponibles serán necesarias para tal fin, y por es hay que retrasar, de momento, las otras operaciones como la de Leros. Este retraso ofrece un fuerte riesgo, porque es de esperar un refuerzo de las defensas de Leros, incrementadas también por la probable llegada de tropas enemigas". Los soldados italianos destacados en la isla de Cefalonia resistieron el ataque alemán hasta el 22 de septiembre, permitiendo de este modo una pausa de algunos días a los defensores de Leros. Luego, la ocupación de Cefalonia y la terrible matanza de los soldados italianos de la División Acqui llevada a cabo por los alemanes, fueron seguidas el 25 de septiembre por la ocupación de la isla de Corfú, con el consiguiente exterminio de más soldados italianos. Entre tanto, habían llegado a Leros estas trágicas noticias, y se puso a la guarnición en estado de alarma, seguros de que las tropas alemanas no tardarían en aparecer.


El ataque alemán - con nombre en clave "Operación Leopard" y bajo el mando del general Friedrich-Wilhelm Müller (en la imagen superior) - se inició a las 9:45 del 26 de septiembre y pilló por sorpresa a los defensores de Leros. Las defensas antiaéreas no lograron localizar a tiempo a los aviones alemanes y los radares ingleses (existentes en los barcos que se encontraban en el puerto para proporcionar hombres y armas a la guarnición) no lograron captar nada en sus pantallas a causa de las altas colinas que circundaban el puerto. Era el comienzo del infierno que la Luftwaffe desencadenaría sobre la isla. Desde la mañana del 26 de septiembre hasta la noche del 31 octubre los ataques de los bombarderos en picado Junkers Ju-87 "Stuka" se sucedieron, incesantemente durante 35 días. Los alemanes gozaban de una total supremacía aérea en la zona, ya que en Leros, los pocos aviones italianos eran viejos aparatos de reconocimiento, que pronto fueron puestos fuera de combate, mientras que la aviación aliada no podía operar debido a la enorme distancia que separaba las aeródromos de partida de la zona de operaciones. Para rechazar la ofensiva aérea alemana sólo quedaban unas 52 baterías antiaéreas italianas, servidas casi todas por veteranos, que ya antes del comienzo de la batalla, estaban cansados y decepcionados después de 40 meses de inactividad lejos de sus hogares. Aún así, combatieron con profesionalidad y valentía y lograron derribar muchos "Stukas".


En la noche del 31 de octubre se suspendieron los ataques hasta el día 6 de noviembre, lo que aprovecharon los defensores de la isla para tomar un respiro y reorganizarse. Los ingleses sustituyeron el 1 de noviembre al general Brittorous por el brigadier Robert Tilney,  quien, en los primeros días de noviembre, recibió refuerzos hasta casi alcanzar los 3.000 hombres, organizados en tres batallones, a cada uno de los cuales le correspondía la completa responsabilidad de todo un sector operativo. Mientras tanto los alemanes se apoderaron de las islas cercanas a Leros, después de haber neutralizado con violentos bombardeos la resistencia de las pequeñas guarniciones anglo-italianas que las defendía. Leros estaba, pues, bajo asedio. Los refuerzos británicos continuaban llegando por vía marítima, y en ellos participaban 6 submarinos italianos, pero cada vez era más peligroso llegar a la isla. Seis barcos británicos fueron hundidos, uno de ellos que transportaba un batallón de refuerzos, al toparse con un banco de minas. La única ventaja de los sitiados habían podido obtener era haber obligado al enemigo a renunciar a reunir hombres y material en la vecina isla de Calino: una batería italiana con cañones de 152mm bombardeó ininterrumpidamente dicha isla durante 36 días, impidiendo que las tropas alemanas se apoderaran de Calino para utilizarla como cabeza de puente para el futuro desembarco en Leros.


El ataque decisivo comenzó el 6 de noviembre. El mando alemán tenía el pleno convencimiento de que los defensores de Leros estaban ya en las últimas, y además habían comunicado por radio a los soldados italianos que continuarán luchando que serían tratados como "partisanos" y fusilados una vez capturados. Se reanudaron los ataques aéreos concentrados contra las baterías y cañones italianas, que fueron aumentando paulatinamente su intensidad los días 9, 10 y 11 de noviembre. Los artilleros de las batería antiaéreas no tenían tiempo material para comer o dormir. Las comunicaciones entre los distintos puestos de mando eran interrumpidas continuamente, creando más caos y confusión si cabe en las isla. A las 4:30 del 12 de noviembre se acercó un convoy alemán a la parte septentrional de la isla. Las baterías italianas capaces aún de combatir y los pocos cañones que les quedaban a los británicos abrieron fuego, pero fueron atacados por los "Stukas". Pese a todo, los defensores hundieron 6 lanchas de desembarco alemanas, y lograron rechazar un contingente de casi 500 alemanes que habían desembarcado en la bahía de Palma. En la bahía de Grifo, 2 compañías alemanas desembarcaron y ocuparon el monte Clidi, destruyendo la batería italiana situado en la cumbre y exterminando a su dotación.


Por la tarde del 12 de noviembre dos oleadas de aviones de transporte Junkers Ju-52 lanzaron sobre la parte central de Leros unos 500 paracaídistas. A causa de la fuerte brisa, lo accidentado del terreno y el fuego antiaéreo el porcentaje de pérdidas entre las tropas aerotransportadas alemanas del general Müller fue altísimo, pero gracias, de nuevo, al intenso apoyo aéreo, les fue consolidar sus posiciones en el centro de la isla, cortando así la parte norte de la isla del resto de las defensas. Los británicos lanzaron un contraataque, que estuvo a punto de prosperar, pero la Luftwaffe lo contuvo. Al caer la noche 3 destructores británicos se acercaron a la isla por la bahía de Alinda para bombardear las posiciones alemanas, pero por error alcanzaron a algunos defensores que habían iniciado otro contraataque. El mando del batallón y a dos compañias de los Queen's Own Royal West Kent Regiment fueron desembarcados en Portolago, para reforzar el despliegue aliado. Sin embargo, al otro extremo de la isla los alemanes desembarcaron 1.200 hombres, dotados de cañones de 88mm y armas automáticas, y los defensores no fueron capaces de impedir el desembarco. Durante el 15 de noviembre los alemanes lograron recuperar el terreno perdido en la contraofensiva, llegando a infiltrarse profundamente en las defensas anglo-italianas.


Por la noche, el almirante Mascherpa solicitó al general Tilney que lanzará un contraataque nocturno masivo con sus 5.000 hombres todavía capaces de combatir, pero el jefe británico se negó, ya que consideraba perdida definitivamente la batalla. El día 16 de noviembre hubo nuevos desembarcos alemanes, seguidos de otros lanzamientos de paracaídistas, mientras que los aviones de la Luftwaffe continuaban machacando las posiciones defensivas anglo-italianas. Una compañía de los Queen's Own Royal West Kent Regiment, desembarcada también en Portolago, se lanzó inútilmente al ataque de las posiciones alemanas. Los defensores combatían en medio de la confusión, sin órdenes, con las comunicaciones interrumpidas entres mandos y posiciones, y con la mayoría de las batería italianas ya inutilizadas. Algunas de ellas eran servidas incluso por un solo artillero, que cargaba, apuntaba y disparaba. Los ingleses e italianos, combatían codo con codo, por toda la isla, entre cientos de camaradas heridos y muertos, llegando muchas veces al cuerpo a cuerpo con los atacantes. Los defensores del monte Meraviglia había sido arrollados, Tilney estaba rodeado por paracaidistas alemanes. La resistencia para ya imposible.


 A las 12:30 de la mañana del 16 de noviembre, emisarios alemanes ofrecieron a Mascherpa la vida de sus soldados supervivientes si se rendía inmediatamente. El almirante italiano se negó. Sin embargo, 5 horas más tarde, Tilney se rendía al general Müller y los combates cesaron en la mañana del 17 de noviembre. Unos 3.000 soldados británicos y unos 100 oficiales, así como otros 5.000 italianos (más 350 oficiales) se rindieron a los asaltantes, quienes pese a la intercesión del general británico, ejecutaron a docenas de oficiales y soldados italianos. Las pérdidas entre los defensores ascendieron a más de 400 muertos y 4.800 heridos, mientros los alemanes sufrieron 520 muertos y entre 4.000-5.000 heridos. Los supervivientes italianos fueron enviados a campos de concentración alemanes. Los almirantes Iñigo Campioni y Luigi Mascherpa fueron entregados a la República Social Italiana de Mussolini y condenados a muerte, siendo fusilados en Parma el 24 de mayo de 1944.

Fuentes:
"Crónica Milítar y Política de la Segunda Guerra Mundial" (Tomo VII), Ed. Sarpe (1982)
http://forum.paradoxplaza.com/forum/showthread.php?278564-La-batalla-de-Leros-1943
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Leros

6 comentarios:

Anónimo dijo...

si los italianos hubieran combatido con tantas ganas con su enemigo, gran bretaña, como lo hicieron contra su aliado, la guerra del mediterraneo habria tenido otro final, italia: la verguenza de europa, por su cobardia y traicion.Javier

fiona dijo...

Una isla que se llama Leros (como yo llamo a los euros) no es seria, jajajaj.

Joder, pero aguantaron, eh???

1besico!

charlie furilo dijo...

@anónimo (Javir): Perdona que te diga, pero el enemigo a combatir eran los putos nazis y los jodidos fascistas (te recuerdo que no todos los italianos eran adoradores del hijoputa de Mussolini). Y yo me alegro enormemente de que, sea por las cuestiones que fueran - los ejércitos italianos, sin entrar a valorar su valor en combate, estaban muy mal equipados y sobre todo, pésimamente dirigidos - el resultado de la guerra en el Meditárraneo (y en el resto de Europa, dicho sea paso) - fue el que conocemos ahora y los nazis y el resto de sus aliados se fueran al infierno. Si hubieras deseado que los vencedores de la 2GM hubieran sido otros, ya te digo que este NO es tu sitio y mejor que no vuelvas por aquí.

@Fiona: jajaja, yo digo "leuros", que para el caso, patatas. Sí, fue una resistencia bastante numantina, desde el 26 de septiembre hasta el 16 de noviembre, que no está nada mal.

1besico!!

Unknown dijo...

La batalla de Leros, un pequeño incidente dentro de un conflicto de proporciones mundiales. Ciertamente comparto el comentario de Charlie Furilo sobre los italianos. A parte que no veían aquella guerra como suya, a nosotros solo nos ha llegado su mala fama, pero cuando estaban bien dirigidos eran un enemigo valeroso y formidable a pesar de estar mal equipados, como demostraron en Leros.

charlie furilo dijo...

@Llorenç C.H.: Bienvenido y gracias por comentar. Coincido contigo en que quizás no tenían el ardor guerrero y patriótico, ni la férrera disciplina de los alemanes, y (salvo los fanáticos adoradores de Mussolinni y sus ansias de crear un nuevo Imperio Romano) muchos verían que esa no era su guerra. Pero de ahí a pensar que eran un atajo de cobardes y de ociosos, como muchos parecen hacer creer, pienso que dista mucho. Simplemente creo que era un ejército bastante anclado en el pasado, deficientemente equipado y con un alto mando bastante incompetente y con unas tacticas desfasadas.

Por si te interesa, aquí publiqué otro post del ejército italiano en el Norte de África, que creo puede ser bastante ilustrativo:

http://blitzkrieg2gm.blogspot.com.es/2012/05/el-ejercito-italiano-en-el-norte-de.html

saludos!!

Anónimo dijo...

completamente de acuerdo contigo javier.