--- Según ha informado recientemente el Ministerio de Defensa de Rusia, casi un cuarto de millón de prisioneros de guerra soviéticos fueron represaliados por el régimen estalinista tras su liberación durante la Segunda Guerra Mundial. Ahí es nada...
En total, "233.400 personas de los prisioneros de guerra liberados fueron represaliados o condenados", señaló Alexandr Kirilin, jefe del departamento ministerial para la perpetuación de la memoria de los muertos en la guerra contra la Alemania nazi. Kirilin añadió: "Hubo quien fue condenado a la horca, otros fueron fusilados, otros más condenados a veinticinco años, a diez, a cinco o a tres. Y los enviaron a 160 campos de trabajo y 21 instituciones médicas". "Por supuesto, muchos de ellos murieron", indicó, y agregó que una de las funciones de su departamento es aclarar la suerte de esos represaliados y "determinar su grado de culpabilidad", según las agencias rusas.
El funcionario negó que todos los prisioneros de guerra, sin excepción, hubieran sido enviados a los campos del GULAG por orden directa del dictador soviético Iosif Stalin. "Eso no es verdad", apuntó Kirilin, quien indicó que una disposición firmada por Stalin permitía a los prisioneros de guerra soviéticos que habían sido forzados a enrolarse en la Wehrmacht (conocidos como Hiwis) expiar su traición integrando batallones de castigo. Esos batallones especiales eran enviados a la misma vanguardia para completar las misiones más peligrosas, en muchos casos como carne de cañón, por lo que de facto fueron condenados a una muerte casi segura.
Por otra parte, Kirilin cifró en más de 180.000 a los soldados soviéticos que fueron deportados como mano de obra forzosa a otros países, como Alemania, Austria, España, Argentina, Paraguay, Brasil o Dinamarca. Según las estadísticas oficiales, más de 8.000.000 de soldados soviéticos murieron durante la Gran Guerra Patria, como es conocida la contienda mundial en Rusia.
"Por la desesperación que me embarga en vísperas del Día de la Victoria, yo, Zasorin Vasili Iósifovich, inválido de la Gran Guerra Patria, le devuelvo mis medallas", reza la carta que el veterano envió a Putin, informó el diario Moskovski Komsomólets. La misiva añade que, "con la ayuda de los funcionarios públicos, la madre patria se convirtió en madrastra". "Cuando yo era joven y fuerte, el país me necesitaba, y ahora que soy viejo y débil, ya no me necesita. Pues, por ello, yo tampoco necesito mis medallas", agrega el veterano, justo antes de mandar sus condecoraciones al Kremlin.
Las condiciones en las que vive el veterano, afirman testigos citados por el periódico, están muy lejos de las declaraciones de Putin, que ha prometido en varias ocasiones proporcionar casas nuevas a todos los veteranos. Según la hija del veterano y que está al cuidado de su padre, en la casa no hay ni retrete ni calefacción central y, además, las vigas están agrietadas y el techo tiene goteras. Para ir al baño el veterano, de 87 años, tiene que salir a la calle y utilizar un cubo, mientras una comisión estatal que inspeccionó la residencia concluyó que la casa es apta para vivir, ya que cuenta con ventanas y puertas.
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