Utilizando imágenes documentales reales de la ocupación alemana, una voz en off - la de Flame - dice: "¿Recuerdas el día que llegaron? ¿Recuerdas el 9 de abril? Seguro que sí, nadie puede olvidarlo. De pronto, estaban por todas partes. La Gestapo, la Wehrmacht, el Abwehr, las SS. Todos los cuerpos alemanes. Nazis alemanes y nazis daneses. Habían salido de sus escondites donde aguardaban a que llegara su momento. Saliste a la calle a verlo. ¿En qué pensabas?"
Después, en la línea de "El Libro Negro" (2006) de Paul Verhoeven - un gran film que pasó casi desapercibido -, a través de las andanzas de Bent (Flame) y Jorgen (Citron), la película realiza un perfecto retrato de la resistencia danesa y sus entresijos, sus conspiraciones y luchas de poder. La película no se esfuerza en mostrarnos a los dos protagonistas como héroes, en el buen sentido que todos conocemos, sino como asesinos despiadados, que actúan acatando sin rechistar las órdenes de sus superiores porque creen que es lo mejor para su país. Son terroristas que, en muchas ocasiones, aplican el tiro en la nuca sobre personas indefensas y desarmadas. No estamos hablando de genocidas o criminales de guerra nazis, ni siquiera de soldados alemanes y policías de la Gestapo, sino de delatores daneses, miembros del partido nazi danés, editores de periódicos simpatizantes de los nacionalsocialistas o cuaquiera sospechoso de colaborar o ser demasiado amistoso con el enemigo invasor, sin tan siquiera cuestionarse que motivos llevan a esas personas a actuar así, si es por convicción o por simple supervivencia. "Se me ha olvidado que no matamos personas, sino nazis", dice uno de ellos en un momento de duda. O "yo nunca he matado a un inocente", en otro momento de la película.
Igualmente el film nos muestra a la perfección como en las guerras, muchos, bajo la bandera de luchar contra los enemigos de la patria, realmente están actuando en beneficio de sus propios intereses, eliminando antiguos enemigos u ocultando sus discutibles pasos de cara al previsible futuro. Ahí será cuando los dos protagonistas, Flame y Citron, comiencen a dudar, a plantearse la legitimidad de sus acciones, a cuestionar y enfrentarse a sus superiores, a evolucionar en definitiva. Pero se dan cuenta de que ya no hay vuelta atrás, no saben o no pueden hacer otra cosa que matar, y deciden actuar por libre, yendo a la caza del jefe de la Gestapo en Dinamarca. Entonces veremos claramente, como han sido utilizados y manipulados, primero, abandonados a su suerte y delatados después, para finalmente, con el tiempo, ser declarados héroes nacionales.
- Flame: ¿Y la tercera cual es?
- Coronel Gilbert: El odio. El odio al enemigo. El odio es capaz de incitarte a hacer determinadas cosas que jamás pensabas que podrías hacer. A no ser que ese odio este enraizado en una neurosis personal.
- Flame: ¿A que se refiere?
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