Los francotiradores fueron una de las mejores y más efectivas armas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. No sólo por el gran número de bajas que causaron en las filas enemigas, sino también por su inestimable efecto psicológico: por una parte, estaba el innegable miedo y terror en los alemanes a ser abatido por uno de estos expertos tiradores, y por otro lado, la capacidad de insuflar ánimo y valor en las filas soviéticas, al ser utilizados por la maquinaria propagandística del régimen de Stalin, que cultivó un verdadero culto al francotirador y encumbró a muchos de ellos como verdaderos mitos y héroes de la Patria.
El más famoso de estos francotiradores es sin duda, Vassili Zaitsev, en gran medida gracias al excelente film "Enemigo a las puertas" (2001), aunque no fue el francotirador que causó mayor número de muertes al enemigo. Otro día ya hablaremos de Zaitsev (y de otros francotiradores famosos). Hoy dedico el post a la mejor francotiradora de la historia, la mujer más letal de la Segunda Guerra Mundial: Lyudmila Mikhailovna Pavlichenko.
Lyudmila nació en un pueblecito ucranio llamado Bila Tserkva, un 12 de julio de 1916. Cuando tenía 14 años, su familia se mudó a Kiev. Allí se apuntó a un club de tiro local, donde no obutvo éxitos reseñables, pero mantuvo su afición a tirar al blanco. En junio de 1941, cuando el régimen nazi comenzó la Operación Barbarroja e invadió la URSS, Pavlichenko tenía 24 años, estudiaba 4º de Historia en la Universidad y trabajaba en la Fábrica del Arsenal de Kiev.
Formando parte de las primeras rondas de voluntarios que recibió el Ejército Rojo tras la invasión alemana, se presentó en la oficina de reclutamento, donde se le ofreció formarse como enfermera, algo que Lyudmila rechazó, solicitando alistarse en una unidad de infantería. Su experiencia con las armas y el certificado de puntería conseguido en la escuela de tiro, le valió para ser asignada a la 25ª División de Infantería, donde se convirtió en una letal francotiradora, la más famosa de entre las más de 2.000 con que contó el Ejército Soviético, de las cuales sólo 500 sobrevivirían a la guerra.
Pavlichenko logró sus dos primeras bajas alemanas, cerca de una localidad llamada Belyayevka, usando el rifle típico de los francotiradores soviéticos: el básico fusil de cerrojo de infantería Mosin-Nagant de 7’62 x 54 mm al que le añadían una mira óptica de cuatro aumentos. Este fusil tenía una capacidad de albergar cinco cartuchos, un alcance preciso hasta los 500 metros y era muy valorado por los soldados por su fiabilidad y resistencia, su fácil manejo y su precisión. Una bala disparada por un fusil Mosin Nagant alcanzaba la mortífera velocidad de 785 metros por segundo.
Poco después, la unidad de Lyudmila se vio obligada a retirarse, junto con el resto del Ejército Rojo hasta Odessa. Allí, a lo largo de dos meses y medio de combates brutales, logró abatir ni más ni menos que a 187 soldados y oficiales enemigos. Cuando los alemanes tomaron Odessa, su unidad fue enviada a Sebastopol, en la península de Crimea, donde luchó durante otros 8 meses, ya ascendida a teniente y provista de un Tokarev SVT-40. Durante ese tiempo su número de muertes confirmadas ascendió a 257 a finales de mayo de 1942.
En el mes de junio, Lyudmila resultó herida por fuego de mortero. Pese a ello volvió al frente poco después, combatiendo durante un mes más, hasta alcanzar la cifra de 309 bajas enemigas (de ellas 36 francotiradores) a lo largo de la guerra. El alto mando consideró que sería malo para la moral de la tropa que la famosa Lyudmila Pavlichenko fuera abatida por el enemigo, así que la retiró del frente.
Después de abandonar el frente, viajó a Canadá y Estados Unidos, para hacer propaganda de la causa soviética y defender los valores comunistas, siendo el primer ciudadano soviético en visitar la Casa Blanca y entrevistarse con el presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt. Su éxito propagandístico le proporcionó el rango de mayor y su abandono definitivo del frente al ser nombrada instructora de francotiradores, labor que desempeñó hasta el final de la guerra. En 1943 fue condecorada con la Estrella de Héroe de la Unión Soviética.
Finalizada la guerra, terminó su carrera y ejerció de historiadora, conjugándola con su cargo de “ayudante” del Cuartel General de la Armada Soviética (entre los años 1945 y 1953). Años más tarde, formó parte del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.
Lyudmila Pavlichenko falleció el 10 de Octubre de 1974, a los 58 años de edad de un ataque al corazón. Está enterrada en el Cementerio Novodevichy en Moscú.
Después de abandonar el frente, viajó a Canadá y Estados Unidos, para hacer propaganda de la causa soviética y defender los valores comunistas, siendo el primer ciudadano soviético en visitar la Casa Blanca y entrevistarse con el presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt. Su éxito propagandístico le proporcionó el rango de mayor y su abandono definitivo del frente al ser nombrada instructora de francotiradores, labor que desempeñó hasta el final de la guerra. En 1943 fue condecorada con la Estrella de Héroe de la Unión Soviética.
Finalizada la guerra, terminó su carrera y ejerció de historiadora, conjugándola con su cargo de “ayudante” del Cuartel General de la Armada Soviética (entre los años 1945 y 1953). Años más tarde, formó parte del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.
Lyudmila Pavlichenko falleció el 10 de Octubre de 1974, a los 58 años de edad de un ataque al corazón. Está enterrada en el Cementerio Novodevichy en Moscú.
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