Como suele ser habitual en esta sección, aquí os transcribo otra tanda de noticias en torno a la Segunda Guerra Mundial que se han podido leer en la prensa internacional recientemente:
--- Comenzamos con una noticia de lo más bizarra. Parece ser que Adolf Hitler autorizó la creación de decenas de muñecas hinchables para evitar que las tropas de las SS recurrieran a prostitutas en París, según un nuevo libro que desvela la existencia de un sorprendente Proyecto Borghild.
Se llegaron a fabricar 50 muñecas, de pelo rubio y ojos azules, pero los avergonzados soldados se negaron a usarlas y a los oficiales tampoco les gustó la idea por temor a que el enemigo se burlara de ellos si eran capturados, según descubrió casualmente Graeme Donald durante la investigación para su libro "El peluquero de Mussolini".
"Estaba investigando y me encontré con algunas referencias acerca de muñecas hinchables nazis y me enteré de que Hitler estaba detrás de todo" asegura el autor. "Muchos más soldados fueron abatidos por enfermedad que por las balas. La sífilis fue un problema del que Hitler era consciente, e incluso se rumoreaba que lo había sufrido en sus propias carnes. Esta medida fue un intento de detener la propagación de enfermedades de transmisión sexual" añade.
La idea habría surgido en el año 1940, después que el jefe de las SS, Heinrich Himmler, escribiera al dictador alertándole de que "el mayor peligro de París es la extendida e incontrolada presencia de prostitutas que buscan clientes en bares, salas de baile y otros lugares" y que podían contagiar la sífilis u otras enfermedades a los soldados alemanes. Los diseñadores incluso llegaron a preguntar a la actriz húngara Kathe von Nagy si podían usar su rostro para las muñecas, pero se habría negado. Las reticencias de los soldados habrían llevado a retirar el increíble plan en el año 1942 y se cree que fueron destruidas por los aliados durante el bombardeo de Dresde.
--- El gigantesco centro turístico nazi de Prora, en la costa báltica de Alemania, ha reabierto al público inaugurando una parte del complejo como albergue juvenil. Éste alojamiento se suma al Campo para Jóvenes, al museo de Prora y al Centro de Documentación existentes que narran las visicitudes del que hubiera sido el mayor complejo turístico del Tercer Reich.
Empezó a construirse en 1936 a lo largo de 4,5 kilómetros al Noroeste de Alemania como parte del programa nacional “Kraft durch Freude” (“Fuerza a través de la alegría”). 10.000 habitaciones hubieran alojado a 20.000 alemanes de vacaciones pero el estallido de la guerra en 1939 paralizó para siempre la construcción del complejo hotelero. Sin embargo aún incompleto Prora fue una de las mayores construcciones llevada a cabo por el Tercer Reich, un proyecto que ganó un premio en la Exposición Internacional de París de 1937.
Durante la guerra el complejo hotelero fue utilizado como campo de entrenamiento militar, como alojamiento temporal para la población afectada por los bombardeos aliados y hospital. Tras el fin de las hostilidades sus instalaciones fueron utilizadas por el nuevo ejército alemán hasta 1992, cuando lo abandonó definitivamente. Desde entonces el acceso al complejo es público, catalogado como Monumento Nacional, y un museo y un Centro de Documentación explican su historia con documentos, fotografías y artefactos originales.
Desde el 2007 Prora Zentrum promovía una zona de “camping” frente al complejo para unir ocio y educación con seminarios, talleres y actividades deportivas. Ahora éste nuevo albergue juvenil se sumará a la oferta de alojamiento de Prora y permitirá que sus residentes duerman en un auténtico museo rodeados por la historia. 96 habitaciones darán cabida a 400 residentes en habitaciones para seis, cuatro y dos personas.
--- El presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, volvió a pedir perdón por la masacre de cientos de judíos a manos de polacos durante la Segunda Guerra Mundial, un hecho que suscitó una autocrítica profunda y dolorosa cuando salió a la luz en el año 2000. Entonces la sociedad polaca se vio obligada a modificar la creencia de que siempre habían sido las víctimas de los nazis y que nunca colaboraron con ellos, una versión de la historia fomentada por el régimen comunista que les gobernó durante décadas.
Una de las matanzas ocurrió hace 70 años en la aldea de Jedwabne, a 190 kilómetros de Varsovia, y ahora forma parte de las fechas conmemorativas de Polonia. Sin embargo aún se desconoce hasta dónde llega la consciencia de que hubo polacos implicados en crímenes contra judíos. "La nación debe entender que también tuvo una participación activa”, manifestó el presidente Komorowski en una carta leída durante la ceremonia. “Hoy, Polonia puede escuchar aún el grito de sus ciudadanos que jamás se apaga (…) Una vez más, pido perdón”.
Según una investigación realizada en el año 2002, unos 400 polacos asesinaron a entre 300 y 400 hombres, mujeres y niños judíos en Jedwabne. Algunas de las víctimas fueron matadas a golpes y otras quemadas vivas en un granero. Según los investigadores fue imposible establecer el número exacto de fallecidos.
En el año 2001 el entonces presidente Aleksander Kwasniewski ofreció sus disculpas por el crimen durante el primer acto estatal en memoria de las víctimas de Jedwabne. El pasado domingo Kwasniewski asistió a la ceremonia como un ciudadano más. Altos representantes de las religiones cristiana y judía asisitieron a la ceremonia para ejemplificar su unión espiritual ante la masacre. “No permitamos que las tumbas en Jedwabne nos dividan. Oremos juntos por la hermandad y los vínculos estrechos entre polacos y judíos”, dijo el obispo Mieczyslaw Cislo, quien preside el consejo episcopal para las relaciones con los judíos. El rabino jefe de Polonia, Michael Schudrich, rezó por los muertos en un monumento especial dedicado a las víctimas de la matanza de Jedwabne.
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