viernes, 14 de octubre de 2011

Los Perros-Bomba del Ejército Rojo

En los comienzos de la Operación Barbarroja, con el Ejército Rojo en progresivo desmoronamiento, diezmado e incapaz de frenar el avance de las tropas alemanas, los soviéticos recurrieron a una curiosa, inverosímil y macabra arma: atacar los blindados y carros de combate germanos con "perros-bomba".

Se trataba de perros a los que se les había adiestrado dejándoles pasar hambre durante días para luego alimentarlos debajo de los vehículos acorazados. Una vez en el frente, se les ataba unos explosivos en el lomo y se soltaba a los pobres canes cerca de los blindados alemanes; los "perros antitanque" (o "perros mina", como también se les conocía) se lanzaban rápidamente a buscar su comida bajo los tanques, y era en ese momento, cuando un palo vertical atado al explosivo chocaba con los bajos del vehículo - donde el blindaje es más débil - y provocaba la detonación, destruyendo o inmovilizando al blindado.


Al parecer esta táctica sólo fue útil al principio porque los alemanes pensaban que se trataban de perros empleados por las unidades sanitarias y no sospechaban de la trampa. Más tarde, cuando comprobaron que los animales iban cargados de explosivos, la mayoría de los perros que aparecían cerca de las tropas teutonas eran acribillados a balazos antes de que pudieran ni siquiera acercarse a los carros de combate. Incluso, los alemanes instalaron lanzallamas en sus tanques para disuadir o asustar a los "perros-bomba".

Por lo tanto, aunque es innegable que esta táctica hubo de tener un considerable efecto psicológico en las fuerzas alemanas que debían permanecer en alerta para evitar la presencia de estos perros antitanque, lo cierto es que la efectividad del empleo de estos animales es más que discutible (por mucho que el Ejército Rojo afirmara haber destruido 300 carros de combate enemigos), entre otras cosas, porque en ocasiones en el fragor del combate y con los blindados en movimiento, los perros se asustaban y se volvían contra los propios tanques rusos (que no olvidemos eran con los que se habían entrenado y no tenían nada que ver con los carros alemanes) causando destrozos en los mismos, lo que llevó finalmente a terminar con su utilización.

2 comentarios:

fiona dijo...

Ufff, qué gentuza, pobre perros, ellos también morían por la patria?...pero claro, viendo las salvajadas que le hacían a la gente, qué no le iban a hacer a los perros.

1besico!

charlie furilo dijo...

Unos cabrones estos del Ejército Rojo. Ne se podía esperar menos de unos fulanos que enviaban masivamente hacia la muerte a miles de soldados sin ni siquiera ir debidamente armados y equipados, o que no tenían ningún miramiento en ordenar ejecutar a los que se retiraban, se rendían o caían prisioneros. Ganaron la guerra, si, pero a un coste altísimo, pero como tenían carne de cañón hasta decir basta...