Según cuenta Jesús Hernández en su recomendable y divertido libro "Las 100 Mejores Anécdotas de la Segunda Guerra Mundial" (2004), el soldado norteamericano Charles Schmelze eligió probablemente el peor sitio para echar una cabezadita en toda la Segunda Guerra Mundial.
Schmelze, originario de Pittsburgh (Pennsyilvania), era mecánico en un aeródromo del sur de Inglaterra y su cometido era el mantenimiento y puesta a punto de los planeadores que debían aterrizar en Normandía el 6 de junio de 1944 durante el inicio de la "Operación Overlord". Durante todo el día anterior, el mecánico estuvo revisando los aparatos y al anochecer, rendido por el cansancio, se acomodó en el interior de uno de los planeadores para descansar echándose una breve siesta. Sin embargo, Schmelze se quedó completamente sobado, entrando en un profundo sueño.
Ya de madrugada, los soldados del Regimiento de Infantería de Planeadores perteneciente a la 101ª División Aerotransportada norteamericana fueron entrando en el aparato - ignoro si era un planeador Waco o el británico Horsa, también utilizado por los tropas americanas - y ocupando sus puestos en el interior de la aeronave. Tanto la tripulación (2 pilotos) del planeador como los paracaidistas pensaron que sí aquel sujeto estaba allí era porque debía cumplir alguna misión, por lo que nadie se atrevió a despertarle. Cuando el planeador aterrizó bruscamente en tierras normandas, bajo un intenso fuego enemigo, el soldado Schmelze despertó de repente de su profundo e improvisado sueño, comprobando horrorizado que lo que le rodeaba no era ninguna pesadilla producto de su imaginación, sino un infierno muy real.
Por fortuna, el somnoliento mecánico pudo sobrevivir para contarlo, pero a buen seguro, a partir de entonces, elegiría con más cuidado el lugar donde echar una pestañita.
3 comentarios:
jajajajaj, si es que cuando el sueño aprieta...pues menos mal que vivió para contarlo, si no si que le hubiera salido cara la sobada...
1besico!
para dormir la siesta lo mejor el sofa y dejate de aviones....hay que ser garulo jajaja
A mi me extraña ese sueño tan profundo, chicos. Por muy cansado y estresado que estuviera por los preparativos del Día D, ¿como no despertarse con todo el ajetreo del embarque, despegue, viaje...? Para mi que este fulano, para celebrar haber cumplido con su deber, se pilló un buen pedal y se metió a dormir la mona. En resumen, que iba más pedo que Alfredo, por que si no se entiende, jajajajaja....
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