Después de un par de días de ausencia, regresamos a la actividad con una nueva andanada de noticias relacionadas con la Segunda Guerra Mundial. Concretamente tres, dos de las cuales, las he conocido gracias a AlitA, fiel lectora de Blitzkrieg!! allende los mares en las "Islas Afortunadas" (gracias, guapa). Allá van:
--- Si hace unos días fue la empresa Hugo Boss la que reconoció su pasado nazi, ahora le toca el turno a BMW, la famosa empresa de automoción, tal y como se detalla en un estupendo artículo de Juan Gómez publicado en la edición digital de El País (15/10/2011), que reproduzco íntegro a continuación:
"Emerge el pasado nazi de los dueños de BMW: La familia Quandt, una de las más ricas de Alemania, evitó durante décadas que se investigara su pasado. Hasta que un documental reveló el oscuro origen de su patrimonio. Hoy confiesan sin tapujos que el tercer Reich apuntaló su imperio.
Además de su maña para sobrevivir a guerras y cambios de régimen, los Quandt reúnen otras cualidades de la más rancia oligarquía empresarial alemana: rechazan la publicidad, amontonan cantidades fabulosas de dinero, tienen fama de tacaños y saben que entre sus patriarcas hubo nazis redomados.
Günther y Herbert Quandt, nazi el padre - en la foto - y nazi el hijo, participaron desde primera fila en el esfuerzo bélico de Hitler y en el gran expolio de bienes judíos orquestado por el régimen hasta 1945. Han corrido ríos de tinta sobre la supuesta “fascinación” que los nazis ejercían sobre los alemanes, pero se habla menos de la colosal rapiña que llamaron arisierung: la apropiación de los bienes de los judíos de Alemania y los territorios ocupados. El Deutsche Bank, por poner un ejemplo ilustre, afanó la berlinesa Banca Mendelssohn. Pero también muchos pequeños tenderos se lucraban gracias al boicot a la competencia judía, lo mismo que algunos funcionarios ascendían gracias al despido de sus superiores por razones “raciales”. A principios del siglo XX había más de 600.000 judíos en Alemania. Su paulatina deshumanización legal desde 1933 y su posterior exilio o supresión biológica (asesinato y cremación) presentaron una oportunidad de medro y de lucro para millones. No solo de ideología vive el hombre.
Así pudieron, entre otras maniobras “contrarias a la decencia”, apropiarse de las fábricas del judío Henry Pels en 1937. Durante la guerra siguieron ojo avizor sobre cualquier otra presa. La fábrica de baterías AFA (hoy Varta) de Hanóver obtuvo además su propio campo de trabajos forzados. Allí se fabricaban acumuladores eléctricos para la flota submarina y para los cohetes V-2. Günther (1881-1954) y Herbert (1910-1982) eran nazis de última hora, pero bastaba. El padre se hacía fotografiar con varias condecoraciones en la solapa: su insignia del NSDAP, la medalla al Mérito de Guerra y una que lo distinguía honoríficamente como wehrwirtschaftsführer (líder de la industria de defensa).
Günther decía tras la guerra que fue un “enemigo acérrimo” de Joseph Goebbels. Amigos no eran. El ministro de Propaganda se casó con su exmujer, Magda, en 1931. Le quitó a su hijo Harald - en la foto con Hitler - para educarlo junto a los seis vástagos que tuvo con esta. Por suerte para él, Harald estaba preso de los británicos cuando Joseph y Magda Goebbels envenenaron a sus seis hijos para que no vieran el hundimiento del régimen. Harald Quandt murió en 1967 en un accidente de su avión privado. Su hija Gabriele dice que él “quería mucho a sus seis hermanastros” asesinados por los Goebbels en el búnker de Hitler. La mayor solo tenía 12 años.
Nazis los hubo en las mejores familias. Fritz Thyssen, magnate del acero y tío político de Carmen Thyssen-Bornemisza, escribió él mismo un libro titulado Yo financié a Hitler. Tuvieron sus nazis los Krupp, fabricantes de tremendos cañones y otros ingenios para las carnicerías europeas. También nazi y también archimillonario fue Friedrich Flick, el mismo que se hizo famoso en España cuando el entonces presidente Felipe González aseguró en el Parlamento que “ni Flick, ni Flock” habían financiado ilegalmente al PSOE. Krupp y Flick (sin noticias de Flock) fueron condenados por crímenes de guerra en los juicios de Núremberg. La reputación de los Quandt, en cambio, salió indemne de sus muy lucrativas aventuras nazis. Hasta 2007.
Nadie antes que Scholtyseck había podido hurgar sin restricciones en los archivos de los Quandt. Se lo permitieron hace tres años, después de que un documental de la televisión pública NDR llevara a las salas de estar de toda Alemania la historia de los dueños de BMW. Muestra el regreso del superviviente del campo de trabajo de AFA Carl-Adolf Soerensen. Uno de los 50.000 esclavos que trabajaron gratis para los Quandt: “Siempre que sueño estoy aquí de vuelta, en el campo”. Habla en danés sobre las condiciones de trabajo que mataron a decenas de sus compañeros. “Era el infierno”. El partisano antinazi danés rompe a llorar y se disculpa en alemán, “es demasiado”.
En el documental de 2007, esta escena viene seguida de una entrevista a Sven Quandt. Resulta pasmoso cómo el hijo de Herbert y nieto de Günther, nacido en 1956, se enreda en una estrambótica negación del pasado nazi de su padre y de su abuelo antes de zanjar: “Todas las familias tienen su lado oscuro”. La fortuna familiar y ciertos negocios le permiten dedicarse a lo que más le gusta, que es correr rallies y conducir deportivos. Aquellas declaraciones pusieron a los Quandt en la picota y les llevaron a encargar el informe del profesor Scholtyseck.
Del resto de los Quandt se sabe poco. Johanna Quandt, tercera y última esposa de Herbert, fue al principio su secretaria. Los 5.200 millones de euros en los que se tasa el patrimonio de la octogenaria empalidecen solo en comparación con los 9.000 millones de su hija Susanne.
Susanne Klatten (49 años), hermanastra de Sven, comparte BMW con su madre y su hermano Stefan. Es dueña absoluta de la química Altana, uno de los gajos de AFA. No concede entrevistas. Hace tres años destapó (muy a su pesar) un sonado escándalo de chantaje, cuando un suizo llamado Helg Sgarbi le sacó 7,5 millones de euros a cambio de no revelar sus relaciones íntimas. Klatten está casada desde 1990, pero terminó denunciando al gigoló. Fue condenado a seis años de prisión en 2009. Las escapadas de Klatten al adulterio de clase media en el Holiday Inn de Múnich dieron que hablar en medio mundo. Rüdiger Jungbluth, uno de los pocos periodistas que ha tratado a Klatten, cree que el escarnio público “debió de resultarle muy duro”. Pero supo regresar a su vida normal de madre de familia, conductora de un Mini y mujer más rica de Alemania.
Empujado por la inminente publicación del libro de Scholtyseck, Stefan Quandt (45 años; 4.900 millones de euros) concedió el 23 de septiembre su primera entrevista, junto a su prima Gabriele. Preguntados por el semanario Die Zeit, ambos aceptan con pocas reservas el contenido del libro. Explica la hija de Harald Quandt que su contenido “es doloroso y nos avergüenza”.
Las potencias aliadas no persiguieron a Günther ni a ningún otro Quandt. Recompusieron el imperio tras la rendición incondicional. En 1959, Herbert se hizo con BMW en las mismas narices de la omnímoda Mercedes-Benz. Su anciana esposa y sus hijos Susanne y Stefan controlan el gigante automotriz de 100.000 empleados y 35.000 millones de euros.
Benjamin Ferencz, que fue fiscal en los juicios de Núremberg, evaluó en 2007 la implicación de Günther Quandt en el entramado económico del nazismo a la luz de las nuevas investigaciones: fue “tan culpable como todos los demás”. Como Krupp, como Flick y como Thyssen. Criminales de guerra."
--- Jerzy Bielecki, el jóven católico polaco que en 1944 liberó a una joven judía en Auschwitz, murió recientemente en su casa de campo polaca a los 90 años de edad. Su historia es digna de un guión de Hollywood. Ahora mismo os la cuento:
Jerzy tenía 19 años cuando los alemanes le apresaron en Polonia, bajo la sospecha de que pertenecía a la resistencia, y le enviaron en el primer transporte de presos varones -todos polacos- al campo de concentración de Auschwitz en abril de 1940. Casi tres años más tarde, en enero de 1943, una joven judía polaca de 22 años, Cyla Cybulska, fue detenida junto a sus padres y tres hermanos - dos varones y otra chica- en el gueto de Lomza, en el norte del país. La familia al completo fue enviada a Auschwitz-Birkenau. Los nazis asesinaron de inmediato en las cámaras de gas a los padres y a la hermana, pero Cyla y sus dos hermanos fueron enviados a trabajos forzados.
Jerzy y Cyla se conocieron en estas circunstancias en septiembre de 1940 y la chispa del amor prendió enseguida entre los dos presos. El joven polaco decidió escapar con su novia, pero el plan que urdió parecía un disparate. Gracias a su amistad con uno de los trabajadores polacos del almacén del campo, consiguió un uniforme de oficial de las SS y logró elaborar un salvoconducto falso. De esta manera - y gracias a su buen conocimiento del idioma alemán- consiguió hacer creer a algunos guardianes que era un oficial de los servicios secretos que se llevaba a la joven judía fuera del campo para interrogarla. En una entrevista concedida en 2010 a Associated Press, Jerzy contaba sus sentimientos en aquellos momentos: "Sentía el pánico que me corría por toda la espalda a la espera de recibir el primer tiro al cruzar la puerta de salida".
Después de diversos avatares, la familia de Jerzy insistió en que éste se reuniera con ellos en Cracovia. Cyla fue escondida en casa de unos agricultores amigos. Pero al término de la guerra los dos enamorados fueron incapaces de reencontrarse. Jerzy acabó casándose en Polonia, y Cyla, por su parte, contrajo matrimonio con un judío, con el que acabó recalando en New York.
En 1982, Cyla contó la historia de su liberación a su sirvienta polaca, que quedó estupefacta. Había escuchado la misma historia contada por el propio Jerzy en la televisión de su país antes de abandonarlo para trabajar en Estados Unidos. Ambas mujeres se pusieron manos a la obra para dar con el paradero de Jerzy, y el reencuentro se produjo en el aeropuerto de Cracovia en el verano de 1982. El enamorado acudió a la cita con un ramo de 39 rosas rojas, una por cada año en que habían estado separados.
Cyla Cybulska murió en New York en 2002. Jerzy Bielecki murió el pasado 22 de octubre, y deja mujer, dos hijas, cuatro nietos y un bisnieto. El lunes se celebrará el funeral católico en la localidad polaca de Nowy Targ.
--- Fotos de 20 dibujos y otros artefactos clandestinos realizados por los reclusos en los campamentos de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial se exhiben en el museo de Auschwitz y viajarán luego a Estados Unidos. Un portavoz del museo dijo que la exhibición "Arte prohibido" está ubicada en el antiguo campamento de exterminio de Auschwitz I, en lo que fueron los baños, parte del conjunto Auschwitz-Birkenau. Grandes fotos a color muestran dibujos y esculturas hechas por los internos de Auschwitz, Buchenwald y Ravensbrück, los campamentos de concentración organizados por los nazis.
Más de un millón de personas, en su mayor parte judías, murieron en Auschwitz, un campamento regentado por los nazis en Polonia de 1940 a 1945. En Ravensbrück, al norte de Alemania, la mayor parte de los 130.000 recluidos de toda Europa eran polacos. Apenas sobrevivieron 32.000. Al parecer unos 56.000 internados murieron en Buchenwald, en el centro de Alemania.
Los dibujos muestran la suerte de los reclusos, escenas de la vida cotidiana y retratos. Incluyen además parte de los cuentos de hadas que algunos reclusos escribieron para sus hijos que dejaron atrás. Otros objetos son un figurín de madera y un brazalete de metal con escenas de Auschwitz, encontrado cerca de un crematorio en Birkenau, poco después de ser liberado por el ejército soviético en enero de 1945, y un crucifijo procedente de un campamento de mujeres en Ravensbrueck. Cada foto va acompañada por una breve descripción y algunas con unos pocos datos biográficos del artista. Los objetos son mostrados en fotos para permitir mayor movilidad de exhibición y proteger los originales.
"El arte era la fuga de los internos de la brutal realidad. Las fotos de alta calidad son un compromiso que nos permite contar la historia de estos objetos de arte sin exponerlos al peligro y estrés de largos viajes. Será una exhibición itinerante", dijo un portavoz del museo. La exhibición durará hasta noviembre, cuando viajará a Washington y Detroit. Los originales siguen almacenados en Auschwitz.
5 comentarios:
1. Yo soy Flick...yo soy flock...somos dos, en un reloj...nada que ver no?? jajaja. Nada, tampoco me compraré un BMW.
2. Jo, estas historias de amor y almas gemelas me pueden, qué monos ellos.
3. Ya hay que tener moral para ponerse a dibujar en esas condiciones. A ver si viene a España.
1besico!
Thanks for using the time and effort to write something so interesting.
My site:
rachat credit ficp et rachats de credits
menos mal que tengo un audi, menuda historia carlitos. al final un poco revista del corazon parece pero me ha gustado un abrazo
Vaya, qué sorpresa! jeje Me alegro de que te gustase. Últimamente suele salir por los periódicos alguna noticia que otra sobre el tema y siempre me acuerdo de ti. La verdad es que la IIGM es algo que no pasa de moda, tema interesante donde los haya.
Lo que me alucina de la historia del polaco, es cómo debía de quedar el pobre chico con el uniforme de las SS, tras haber pasado 3 o 4 años en Auschwitz. No debía de estar famélico, sino lo siguiente. Tuvo un valor impresionante, como tú dices digno de un guión de Hollywood.
Si me topo con alguna noticia más, ya te pasaré, a ver si te sirve.
FIONA: Nada que ver, jejeje, aunque creo recordar que era "yo soy flick, yo soy flack...." Yo como tengo un simple Peugeot (que además, pese a ser obligados a trabajar para los nazis, hizo una labor importante para boicotear la producción. algún día lo contaré), sin problemas.
MIGUELON: Lo dicho, como tengo un Peugeot, no tengo problemas morales, jejejeje
ALITA: De nada mujer. De bien nacidos es ser agradecidos. Todo lo que vayas encontrando me lo pasas, que tengo demasiados frentes abiertos y no llego a todo. No lo había pensado, pero si es cierto, debía estar famélico el pobre diablo.
Publicar un comentario